jueves, 20 de diciembre de 2012

2012 fin de mi anterior mundo

     Al igual que con los hombres, – nunca se lo digo pero lo pienso; no quiero ser “la primera que...” quiero ser la última-. Lo importante no es como empieza, sino como acaba el año.



Este año que ha durado un suspiro ha sido muy denso, difícil y bastante farragoso.



   Acepto, como sentimiento de compañía, que una crisis vital es una oportunidad de cambio y crecimiento, pero yo no la había pedido y siempre me han gustado los tacones. La pizzería de la vida tiene la mala costumbre de no hacerme nunca ningún caso y traerme y quitarme lo que le da la gana, no sé por qué sigo yendo...


      Empecé poniendo un doloroso punto y final en lo sentimental, poniendo un hasta luego que pronto se convirtió en adiós.-(A veces me caigo mal cuando me leo, pero es que pasó así)-. Comenzó el año y le dije adiós a mi único motivo de felicidad, el único motivo de felicidad y alegría de la mujer que ama demasiado siempre es un hombre. Así que este 2012 no prometía mucho ni me apetecía nada. A finales de enero me pasó algo similar a lo que le pasó a Juana... Tuve un cinematográfico ataque de ansiedad, -si ya me leéis desde hace tiempo sabéis que prefiero contarlo con mi toque de humor personal- “mi padre ha muerto, mi marido me engaña” (por supuesto él no era mi marido, pero yo estaba muy triste y él era toda mi felicidad, cuando lo pienso me avergüenzo de mí misma, pero fue así). También dos amigas intentaron calmarme ese día, repetía lo mismo que Juana en el vídeo, llorando sin consuelo, por eso os pongo el enlace que expresa mejor que yo lo que es Volverse loca.



     Me planteé muchas cosas en mi vida bastante difíciles para mí. Lo más importante es que no estaba dispuesta a necesitar a un hombre de ese modo nunca más. Me juré hacer lo que fuera para no necesitar nunca más a un hombre así, para ser tan absolutamente fuerte e independiente que nunca en toda mi vida pudieran hacerme tanto daño. No sé si esto tiene algún sentido para quién me lea, pero cuando te rompen el corazón tan bien lo único que puedes hacer es construirte uno nuevo e indestructible, lo que me quedó del mío a principios de año no tenía ningún arreglo. Grandes problemas requieren grandes y esforzadas soluciones. No hay soluciones fáciles a problemas difíciles. Un día escribiré sobre los refugios fáciles, los visité casi todos, era hora de refugios difíciles. Puede parecer pueril este discurso, pero estaba -y aún un poco- pasando por el peor momento de mi vida, renunciar a alguien que te hace feliz pero que no te conviene no es nada fácil y menos si estás haciendo un duelo por perder a tu padre. Sabía que no iba a haber besos, mimos, alegrías, mariposas, ni abrazos. Pero después de esto espero poder compartir amor y no sólo darlo, dar (demasiado) amor ya sé y después de todo esto; si no lo recibo nunca, dolerá menos.



         Mi pequeña lista de logros de este año es que en enero, dejé de fumar definitivamente, volví al gimnasio a tope, hice dieta, perdí peso, me propuse estudiar y además de hacerlo aprobé cuatro de diez y con muy buena nota.


He vuelto a leer libros (no podía leer desde que murió mi padre), a ir al cine (desde que murió mi padre me causaba fobia estar en el cine, así que lo cuento como un logro), he podido volver a ver películas y concentrarme en ellas. Me estoy culturizando en materia de cine clásico y música, he descubierto que me gusta. He aprendido a cocinar cosas nuevas, a colgar cuadros, poner estanterías, pintar...

He aprendido a estar sola y tranquila conmigo misma, he aprendido a cuidarme, a poder dormir tranquila. He aprendido a poner límites y decir "no". He aprendido a zafarme de las personas que me quitaban la energía que necesitaba para mí. He aprendido a perdonar.



Me propuse estar conmigo misma, meterme hasta el fondo en mi duelo para superarlo, descubrir qué cosas me gustaban y qué cosas hacer por mí y mi vida, lo he hecho y lo sigo haciendo, para hacerlo aún mejor en el futuro.



Lo más importante de este 2012 para mí -porque ha sido lo más difícil-es: he renunciado a mi papel protagonista y profesional de mujer que ama demasiado.



    Cuenta la leyenda, que llevo solucionando la vida de mis parejas desde los 15 años (voy hacia los 26) y eran problemas bastante complicados, no quiero quitarme méritos en este sentido. He manejado toda clase de adicciones en hombres; drogas, juego, alcohol... He luchado todas sus guerras y peleado todas sus batallas; pérdidas de sus padres, depresiones, desilusiones amorosas, búsquedas de empleo, despidos, terminar estudios básicos o empezarlos, he sido su “madre”, amante, esposa, maestra, psicóloga, doctora, enfermera, “coach”, bufón, cocinera, costurera, amiga... Lo he sido todo, o mejor dicho, lo hice todo para que me quisieran. Mi realidad inconsciente era “el amor no se regala hay que ganárselo, si lo hago todo muy bien me querrá tanto como yo a él y estaremos juntos para siempre”. Me encantaría de verdad estar exagerando con lo que acabo de escribir, pero si mis amigas me leen pensarán que todavía me quedo corta... Desde los 15 años... No me queda nada por hacer por ninguno de mis novios, todo lo hice para que me quisieran, por un poquito chiquitito de cariño, esto se llama prostitución emocional, me encanta el término, lo dice todo. Lo hice todo por una sensación de paz interior y de deber cumplido. Ahora que estoy mucho más sana y serena (pero aún no he terminado con mi proceso) reconozco que también lo hice por soberbia para sentirme poderosa y reforzada en mi autoestima y mi ego, reconocerlo fue el primer paso, el siguiente dejarlo.

        Toda mi vida necesitaba a un hombre, sé que a mucha gente le pasa, pero reconocerlo y decirlo en voz alta no está socialmente aceptado por eso alomejor parezco un poco bicho raro pero yo sólo era feliz si tenía un hombre en mi vida y vaya hombres... No uno cualquiera, siempre necesitaba a un hombre que me necesitara, qué bien me hacía sentir eso, me parecía precioso... Cuántas más cosas tuviéramos que vencer juntos, más realizada me sentía yo, porque más me necesitaba él y más contaba conmigo, más dependía de mí... Por supuesto de todo esto me he ido dando cuenta con los años, hasta hace dos años yo sólo era una maquinita-soluciónalo-todo. Pensaba que si quieres a un hombre todo esto es algo que se debe hacer, es un deber moral. “Hacer eso es querer, hacer menos es otra cosa, es querer menos”-así pensaba yo-. Por supuesto, ninguno me dijo nunca que parara, ninguno me devolvió todo lo que yo hacía o algo, ninguno perdió la cabeza por mí o hizo algo tan sencillo como llevarme a comer a la luz del sol. Algunos antes de “pegarme el cambiazo” e irse con la siguiente - eso los que avisaban, porque la mayoría me han puesto cuernos de Rudolph con iluminación incluída-. La mayoría tenían la displicencia de decirme: “eres demasiado para mí, ya no es lo mismo, ya no siento lo mismo, estoy agobiado”. Lo que no decían es “ya me has solucionado la vida, ya te puedes ir que ahora voy a divertirme con la nueva, ya no me sirves...” Yo era algo así para mis novios como el genio de la lámpara de Aladdín, mi misión en el mundo era hacer sus deseos realidad, con ello me sentía bien -era una ecuación simple; mi novio bien=yo bien-. ¿Conocéis a alguien que pudiendo pedir deseos que le serían concedidos inmediatamente pidiera felicidad y libertad para el genio? Pues lo mismo me pasaba a mí con los hombres, ellos querían sus deseos hechos realidad, ninguno quiso liberarme o pidió que yo fuera feliz. Podéis replicarme que tal vez haya algún Aladdín, que yo siga igual, satisfaciendo deseos porque mi forma de amar es preciosa y seré retribuída por un príncipe Aladdín algún día (precioso desde fuera porque si no lo habéis vivido no sabes lo sola y triste que te sientes)... Lo siento pero paso, el precio es muy alto y no lo pago más, -prefiero gastar en zapatos-, en enero llegué a la conclusión de que no podía sufrir tanto por “amor” lo encomillo porque eso no es amor para mí ya, eso es esclavitud y yo me he liberado. Estoy sola, sí, pero libre.



     Lo que entendía yo con las palabras de ellos, sus infidelidades y cambios por otra, era tan bonito como: por supuesto, que yo no era ni guapa ni atractiva, esto ya de base, que todo lo que yo hacía estaba mal. -Si durante un año te repiten que: no sirves para nada, que eres una inútil, que lo haces todo mal, que se va con otras porque tú con tus celos le haces pensar más en ellas y te aíslan del mundo y la gente que sí te quiere. Si te dejas aislar cada vez más para que algún día él te quiera y estéis bien, si te dejas asustar por él, le disculpas todo porque lo amas... Pues te acabas creyendo que de verdad eres fea y no sirves para nada y que por eso se va con otras que son más preciosas y maravillosas que tú-. También entendía que mi manera de ser y de querer no valía nada para ninguno de ellos -(la mujer que ama demasiado rige su autoestima por lo que dice el novio de turno porque ella no tiene)-. Siempre me culpabilizaba a mí misma con que yo podría haber hecho las cosas mejor, me culpabilizaba porque pensaba que yo les avergonzaba. Entonces me decía a mí misma que con el próximo tenía que hacer aún más cosas y mejor, pero además esconderlo, de manera que pareciera que todo lo había hecho él y era su propio mérito y no el mío, “si él no lo dice es que yo no tengo méritos y además si yo tuviera algún mérito no me pondría los cuernos”-eso me repetía yo, pensaba "seguro que a las chicas que son preciosas y muy buenas novias no les son infieles los chicos". Siempre me esforcé por “ser la (gran) mujer detrás de un (gran) hombre” para que no me dijeran “eres demasiado...” 

Resumidamente mi objetivo; interpretar el mismo papel pero actuando mejor cada vez. La cosa es que nunca se recibe más afecto por más cosas que hagas, lo sé, lo he intentado... La responsabilidad de todo esto es mía (digo responsabilidad porque no me gusta decir culpa, ya me he torturado bastante), ellos ya eran así, (unos más y otros menos) el problema de hacer, dar y amar demasiado era mío y llevo un año poniendo remedio, creo que no lo estoy haciendo nada mal... Aún no he llegado dónde quiero pero como se dice coloquialmente; os juro que me lo estoy currando mucho.

El 2012 ha sido pues el año del fin de mi anterior mundo. Estoy elaborando cosas muy difíciles pero que me parecen muy necesarias, pienso seguir por este camino y escribiendo qué tal me va...


martes, 11 de diciembre de 2012

Carta (de amor) desesperada

Querido Rick Pershing;



      He averiguado que eres el agente de la CIA que lee mi facebook, no preguntes cómo lo he sabido pero lo sé. Supongo que el amor tiene estas cosas; ¿tú crees en el amor? Bueno, mejor no me lo digas que prefiero que sea una sorpresa...


        Me he animado a escribirte porque sé que llevas años leyéndome; para manipular mi mente, enviarme publicidad personalizada y por supuesto informar a tus superiores de lo peligrosa que soy por lo de mis maniobras por el control de armas en Oriente medio y el crudo en Oriente próximo... Pero todo eso ya es pasado querido. Debemos darnos una oportunidad, yo quiero que sepas que he sentido una puñalada en el corazón cuando he creído que los de “anonymous” nos habían separado definitivamente esta noche, son buenos chicos, pero si nos hubieran separado no podría decir lo mismo. ¿A quién pretendo engañar? Te escribo porque temo perderos a ti y sobretodo a mi cuenta de facebook. De pronto ha llegado el caos, nadie sabía que estaba pasando, yo he empezado a pensar por mí misma, a tener pensamientos libres, no los que tú me inculcas manipulando mi mente subliminalmente a través de la publicidad que escoges cuidadosamente y con mimo para mí basándote en mis fotos y conversaciones privadas. Entonces, he sentido pánico querido, porque he creído que nunca más volverías a saber de mí y ni siquiera te he visto nunca pero creo que seríamos muy felices. Ya que no lo preguntas porque eres tímido, mi madre también lo cree, le he hablado de ti mientras hacemos calceta en el brasero ¿tú lo crees? Bueno no hables, que así es sorpresa.

         He pensado que podríamos tener una cita ya que creo que debes estar tan solo como yo, leyéndome a todas horas detrás de la pantalla, pobrecito mi Rick querido... ¿lees a alguna chica más? Espero que no, eso sería muy mala cosa, no es que sea celosa pero me gustaría ser la única... Pero bueno no me lo digas, que prefiero hacerme ilusiones, así es todo más romántico y puedo soñar que tengo una oportunidad de envejecer a tu lado en nuestra autocaravana.



           ¡Ah! Casi se me olvida, si tienes más de cuarenta años y pesas más de noventa kilos, espero que seas un perfecto caballero y me mientas como es debido, confío en ti y lo sabes. Lo sabes, porque te lo he confiado todo desde 2008 menos mi número de cuenta bancaria, pero podemos hablar de eso, pienso que lo más importante en una pareja es la comunicación-(porque lo del contacto físico contigo ya veo que va lento)-. Y tú y yo llevamos mucho ganado, puesto que llevamos años comunicándonos, bueno, más bien yo me comunico... Pero en cualquier caso, creo que nos irá muy bien juntos, el horóscopo de Esperanza Gracia lo decía y no puede equivocarse... ¿Tú crees en el horóscopo? Bueno no me lo digas que se estropea la magia... ¿lo pillas? Jajajaja la magia, Esperanza Gracia es bruja...   Ya sabes que tengo un humor muy inglés, no sé que le parecerá eso a un hombre de Ohio como tú... Confío en que no sea un problema. De todas formas tu sentido del humor también es peculiar, nunca he entendido por qué si la publicidad es personalizada me llegan anuncios de promociones de viaje para 2+SPA ¿son indirectas? ¡Qué tonto que eres! No hacía falta...

No sé que decirte de mí que no sepas, tienes toda mi información, la básica y la detallada. Incluso el pin de la Blackberry que ya no tengo porque se me estropeó, pero eso ya lo sabrás porque me conecto desde mi nuevo móvil... Aún no nos hemos casado, pero todos dicen que te he vendido mi vida, ¿no te parece súper romántico? pero eso lo dicen porque nunca han sentido lo nuestro y no les hago ningún caso... Mis amigas no se atreven a escribir a sus agentes pero yo es que soy así, natural como la sierra de Tramuntana, tenemos que ir con los niños... ¿tú quieres tener niños? Bueno no me lo digas que así es una sorpresa.



Como te decía, creo que deberíamos tener una cita. He pensado que podríamos compartir un batido de chocolate con nata montada y una guinda por encima o de topping como decís en tu tierra y tomar unas tortitas con sirope de arce, o unos pancakes, para que te sientas como en casa. Iba a decirte que yo sé cocinar, pero ¡qué estupidez! todo eso ya lo sabes, sale en mi biografía...



Si quieres algo típico de aquí podemos vernos en “ca'n joan de s'aigo” yo estaré tomando un helado de chocolate y un cuarto. Seré inconfundible no te preocupes; me pondré un discreto girasol en cuyas raíces habrá restos de tierra incrustada prendido al pelo, unos delicados y sobrios pendientes de rabanitos y también llevaré una gabardina verde flúor de poliuretano que me compré en el mercadillo de Santa María (me gusta mucho combinar colores y texturas sutiles). Si esto sale bien, pasearemos cogidos del brazo por allí todos los domingos de nuestra vida. Espero no pasarte desapercibida con tan modesto atuendo y que nos veamos muy pronto. ¡Ay! Querido Rick, no quisiera presionarte, pero tengo mucha ilusión depositada en que esta relación salga adelante...



Si no contestas en un mes pensaré que “pasas de mí” -como dice la gente joven de hoy- (soy una mujer muy adelantada a mi tiempo, muy moderna con todo, ya lo verás, a veces hasta llevo mini-faldas) y entonces como te decía, si pasas de mí y no contestas; eliminaré mi cuenta, me haré otra, otro agente nos manipulará a mi información y a mí y no volverás a tener noticias mías. Si me enfado mucho me iré a Badoo para que no me encuentres, creo que eso lo gestionan los rusos, pero prefiero evitar esto último, me ha dicho la vecina que “allí [en Badoo] pasan cosas muy raras”.



Recibe un casto beso en los nudillos amado Rick

y un caluroso apretón de manos (creo que eso es lo que hacéis los americanos jijiji)

jueves, 6 de diciembre de 2012

Qué (no) hacer

         Este es un fragmento comentado del libro de Jorge Bucay: El camino de las lágrimas. He intentado evitar escribir algo así y seguir "pasando de todo" no dar lecciones, pero como soy la afectada directa intento protegerme en todo momento, acabo de ver million dolar baby y comparto que esa norma es la más importante.



Para poder acompañar saludablemente a un familiar o amigo que ha perdido algo o a alguien valioso es
posible hacer muchas cosas, pero es necesario dejar de hacer algunas otras.
Transcribo aquí abajo una pequeña lista incompleta de algunas premisas importantes
Tener en cuenta las actitudes que no ayudan:

1.. No le digas que lo comprendes si no pasaste por una situación similar.
2.. No hagas lo que hace la gente "porque es lo que se acostumbra"
3.. Decídete ayudar hasta donde tu corazón te pida y no hasta donde tu cabeza te exija.
Nunca hagas lo que no quieres hacer.
4.. No intentes buscar una justificación a lo que ha ocurrido.
5.. No te empeñes en animarlo ni tranquilizarlo, posiblemente lo que más necesita el otro
es que lo escuches.
6.. No le quites importancia a lo que ha sucedido hablándole de lo que todavía le queda.
7.. No intentes hacerle ver las ventajas de una nueva etapa en su vida. No es el momento.
8.. Evita las frases hechas.
La incomodidad nos mueve a recurrir a expresiones que no ayudan para nada: "Tienes que olvidar" "Fue mejor así" "Dejó de sufrir" "El tiempo todo lo cura" (odio esta puta frase, de nada) "Mantente fuerte por los tuyos" "Es la voluntad de Dios" "Es la ley de la vida" Dejar que se desahogue. Sentir y expresar el dolor, la tristeza, la rabia o el miedo frente a la muerte de un ser querido es el mejor camino que existe para cerrar y curar la herida por la pérdida. Estás equivocado si piensas que dejarlo llorar no sirve más que para añadir dolor al dolor. Estás equivocado si crees que ayudar a alguien que sufre es distraerlo de su pesar. Es mediante la actualización y la expresión de los sentimientos que la persona en duelo se puede sentir aliviada y liberada. No temas nombrar y hablar de la persona fallecida por miedo a que se emocione. Si llora, no tenés que decir o hacer nada en especial, lo que más necesita en esos momentos es tu presencia, tu cercanía, tu compañía y tu afecto.
Tampoco temas llorar o emocionarte con su llanto. No hay nada de malo en mostrar tu pena, en
mostrar que a vos también te afecta lo que ha pasado, en mostrar que te duele ver a tu amigo o familiar en esa situación. Lo que más necesita el que está de duelo, por lo menos en estos
momentos, es una oreja para poder hablar, un espacio para sentirse débil y un hombro para llorar.
Esta es quizás la premisa más importante para recorrer el camino de las lágrimas con un ser querido: NUNCA interrumpas la expresión del dolor. Mucha gente corta intencionalmente las expresiones emocionales del otro con una supuesta intención de protegerlo de su sufrimiento pero ocultando (a veces sin siquiera saberlo) la verdadera intención: protegerse de sus propias emociones dolorosas.
Hablar del ser querido que ha muerto. Es imprescindible, cuando estamos cerca, permitirle al que está de duelo que hable todo el tiempo y todas las veces que lo necesite del difunto y participar con naturalidad de ese diálogo.



***



La mejor droga es sin lugar a dudas la presencia sostenida de quienes amorosamente deciden acompañar al que pena hasta el final de este camino.
Y de todas maneras, de ellos se reciben no sólo las "buenas palabras" sino también, muchas veces, "las malas bienintencionadas acciones".


Las buenas palabras son, por ejemplo:
Respeto,
Permiso,
Compañía,
Sostén,
Ayuda,
Facilitamiento,
Propuesta,
Presencia.
Y las "malas" acciones podrían ser:
Forzar,
Empujar,
Manipular,
Salvar,
Interrumpir,
Olvidar,
Invadir,
Apurar.
Aceptemos que puede haber alguien que está muy triste, con mucho dolor, y que con
sinceridad no quiere por ahora que lo ayudes a salirse de ese lugar.
Hay que tener mucho cuidado, hay que ser muy respetuoso.
A veces es muy difícil saber si estás molestando o estás ayudando, (preguntar si molestas constantemente es una gran idea, mejor que molestar por miedo a preguntar).
Sumándose al duelo, los manejos de los padres y otros familiares o de algunos amigos (pocos amigos) determinan, a nivel social, una presión culposa a veces más insoportable que el dolor de la misma pérdida.
Me parece bueno acercarse y me parece bien proponer; pero estoy seguro de que hay que evitar los "hazlo por mí".
A veces escucho, por ejemplo:
"Tienes que salir, porque tienes familia...
porque tus amigos...
porque tu carrera...
porque fulano...
porque mengano...
Y yo digo, puede que sea una buena idea recordarle que hay otras cosas, pero no lo es forzar una actuación y menos desde la culpa, porque a veces, como dijimos, hay que preguntarse sinceramente si lo que estoy queriendo es ayudarte a salir por ti o estoy queriendo que tú salgas de tu tristeza, porque soy yo el que no soporto verte triste. Antes de decir nada al doliente, pensar en esta última idea.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Cincuenta sombras de traumas

...No se liberan en dos meses.

        En primer lugar pido perdón por si alguien tiene o sigue un blog serio y/o respetable sobre crítica literaria, yo voy a hacer una modesta contribución -por llamarlo algo- en mi peculiar o raro estilo.

       Dejando al margen que la trilogía me ha gustado y que la sexualidad de Grey es como para pedírsela por favor a los Reyes Magos para que al menos algún hombre con el que nos crucemos la tenga, daré mi opinión.

       Antes de entrar en materia, mucha gente me ha dicho, y se dice y se comenta en la red, que es literatutra basura y/o porno para mamis. Yo nunca había leído novela erótica así que por ese motivo alomejor el libro me ha gustado. Evidentemente no tiene la calidad literaria de “El Quijote” “ese libro del que todo el mundo o casi todo el mundo habla alguna vez en su vida y que casi nadie ha leído” -como decía mi antiguo profesor de gríego del instituto-. Pero aunque no sea literatura de calidad, tiene el típico “algo” que engancha y eso junto con una buena promoción crean un best seller (súper ventas para los que estudiamos con la LOGSE).

     Desde el punto de vista de la temática de este blog, a saber; “sufrir por amor”, “cómo dejar de sufrir por amor”, “autoestima” y sobretodo “las mujeres que aman demasiado” diré que el mensaje que nos vende el libro son los padres. Cuando me refiero al mensaje, hago alusión al archi-comentado mito que me esfuerzo por desmontar en cada post: “el amor de una buena mujer puede cambiar a un hombre”. Para mí ese es el mensaje que se publicita expresa y tácitamente en la trilogía de E.L. James. 

      Como ya he escrito en otras ocasiones, especialmente a las mujeres, se nos inculca por todas partes; música, cine , literatura... La subliminal idea de dar amor a otros sin pedir nada a cambio, la subliminal idea, muy de los cincuenta y más de moda en los ochenta de que “el chico malo” conflictivo y/o problemático cambiará gracias al amor incondicional y la infinita paciencia de una buena mujer. Para muestra un botón: El ideal Disney de La Bella y la Bestia. Maravilloso el ideal y un gran filón creativo para el cine y la literatura, de hecho la señora James ha publicado un best seller, pero como ya sabemos; bastante doloroso en la vida real... Si tenemos una sola vida de una media de ochenta años y dedicamos 20 a cambiar a un hombre, creo que no me salen las cuentas...

     Resulta que el atormentado y traumatizado Grey ha probado todo tipo de terapias; conductista, sistémica, psicoanálisis, humanista... Muy interesante porque no sé si lo he dicho ya, pero la mayoría de “mujeres que aman demasiado” están de acuerdo en que su pareja requiere de una psicoterapia por motivos varios. En el pódium; depresión, alcoholismo, drogadicción... Son los males comunes de las parejas de las mujeres que aman demasiado. El señor Grey ha hecho todo tipo de terapias y todas han fallado, lo único que le ha ido bien de verdad ha sido...redobles ... TATA TACHÁN TACHÁN... ¡el amor de Anastasia!

     La que quiera engañarse que se engañe, yo me he engañado muchas veces y he repetido con gusto y alevosía, y me considero muy romántica pero el amor no es el mejor de los psicólogos ni de los psiquiatras, que no os vendan esa moto. En este sentido, es absolutamente ingenuo creer, por seguir con el libro, que en cuestión de dos meses un hombre con los traumas psicológicos y carencias internas de Grey vaya un buen día de repente a convertir, lo que podría haber sido sin duda la sumisa número 16 en la mujer de su vida, su amor, su más , su esposa y la madre de sus hijos... Resulta que las otras 15 eran iguales que Anastasia, estética y físicamente. “Me gusta pegar y someter a chicas menudas, morenas y de ojos claros porque me recuerdan a la puta adicta al crack”- le dice Grey a Anastasia haciendo una clara alusión a su madre y al por qué de sus preferencias sexuales de dominación. Entonces, ¿qué hace diferente a Anastasia de las otras quince? ¿El amor? ¿Que se ha enamorado y nunca le había pasado? Vamos chicas, que no os engañen. Toda mujer que ama demasiado se cree que con ella la relación será diferente, se cree eso de “con las otras tuvo mala suerte, no supieron llevarle”. Pero es que a las personas no se las lleva porque no son un coche. Si un hombre es cualquier perfil tipo, o similar a: cachorro abandonado, Don Juan, novio Ikea... NO VA A CAMBIAR, ni con tu gran amor ni con los veinte o treinta que tenga en toda su vida. Nadie cambia por nadie, la gente cambia por sí misma y a veces para cambiar por y para uno mismo necesitamos ayuda (profesional), todos somos reticentes al cambio... Todos.

    Amén de la pasión literaria que se tienen Grey y Anastasia, su relación llevada a la realidad es una montaña rusa altamente destructiva. Bajo mi punto de vista crítico y echando mano del recurso de E.L. James diré que la psicóloga que llevo dentro opina, dicho burdamente, que ninguno de los dos está bien de la cabeza. Él por lo menos se trata y a ella no le vendría nada mal... Una relación entre dos personas así sólo sale bien en las novelas y en el cine, de nada.
Ya sé que la historia es una novela y por tanto irreal, pero la critico como si lo fuera [real] porque el concepto de él cambiará por ti, sí es muy real y mucha gente (sobretodo mujeres) lo cree.

Por un lado, merece unas líneas su ruptura de limón, reconciliación de naranja. Típico: todo son risas y panderetas con tu novio hasta que te pega con un cinturón mientras tú vas contando en voz alta y te vas de su casa cabreada y lo dejas, luego él te regala dos docenas de rosas blancas y aquí no ha pasado nada.
En la vida real esto no pasa, me refiero a que si un hombre te pega aunque te pida perdón y te regale rosas lo volverá a hacer, no será algo anecdótico que ocurra una sola vez, ya sé que es una novela, pero quería dejarlo claro.

Por otra parte creo que gran parte del erotismo que se desprende de la misma es, -(a parte de por lo sexual, poderoso, rico y la fastuosidad de la vida de Grey)- debido a que; -(dejando el BDSM de postal que practican a un lado)-, muchas cosas de la vida sexual del matrimonio Grey son practicables en casa. Es decir, Grey es un hombre creado por una mujer y por lo tanto, sabe bien como tratar a una mujer en la cama y fuera de ella para hacerla sentirse sexy y deseada, creo que eso es gran parte del erotismo (perdón por repetir la palabra) que se desprende de la trilogía. He hecho alusión al BDSM de postal que practican porque realmente el sado no es tan “bonito”. Vivimos en la era de internet, os invito a investigar sobre ello...

      Para mí que no me tengo por monja hay al menos dos momentos coitales surrealistas en el libro a los que no quiero dejar de hacer una mención especial. Primero; el momento coito en un párking público post-persecución automovilística a gran velocidad dónde han estado a punto de ser asesinados y el segundo; practicar sado atada a una cruz de madera y ser fustigada estando embarazada. -¿Es que nadie piensa en los niños?- Cosas muy normales, muy de a pié y que por supuesto ha hecho todo el mundo, -estoy siendo sarcástica-. Creo que aquí le pasó a la Sra. James lo que les pasará estas navidades a los vendedores del iPhone 5; “se le fue de las manos”.

     Para terminar, supongo que este post va a ser de lo más impopular por lo de extrapolar una relación novelesca ficticia a una real, pero no quería dejar de hablar de este ejemplo relacional destructivo que como digo se nos vende por todos los medios y opino que la trilogía cincuenta sombras no es una excepción.
    Una práctica que vengo realizando desde hace casi un año es observar críticamente cómo -en el sentido de en qué manera- se nos vende a las mujeres la idea de que es “normal” sufrir por amor y que “amores reñidos son los más queridos”. Pues NO, NO Y NO querido refranero español, si sabes contar no cuentes conmigo. Si queréis fijáos en las canciones de la radio, las letras de desamor que escuchamos, los sentimientos de los que nos hablan, las historias de amor comerciales tipo “tengo ganas de ti” qué ideas nos venden... Es escalofriante.
     Sufrir por amor, no es normal y si aún pensáis que lo es, no debe ser normal, que nadie os lo haga creer. El amor es vida y felicidad tal y como yo lo entiendo y sino es que es otra cosa -aunque puedo estar estrepitosamente equivocada, claro-.

Hace relativamente poco César me dijo: “los príncipes azules no existen tía, tienes que aprender eso y tenerlo claro”. Gracias a que me encuentro mucho mejor y más fuerte para no caer en las garras de hombres así con la facilidad de antes, no le dije nada, pero en mi mente me dije alto y claro: “lo que sí tengo claro y he aprendido es que no eres tú”. Yo no sé si los príncipes azules existen o no existen, depende de lo que cada una entienda por ello. Yo más bien he conocido a muchos sapos y nunca tuve un príncipe, lo que sí tengo claro es que si un hombre te ama de verdad hará lo posible y lo imposible por ser tu príncipe sin necesidad de matar dragones.
Los hombres sanos psicológicamente y que aman de verdad existen y no son los padres como suelo decir -(aunque yo no haya conocido a ninguno aún)- y no por eso hay que conformarse con menos. Y por cierto, si no existen me tengo a mí misma y como bien decía mi sabio padre “no hay como uno solo llevándose bien”.

jueves, 29 de noviembre de 2012

La niña que no soñaba con el bricolaje

      Alguien me dijo hace poco, con motivo del nuevo aire que le estoy dando a mi habitación, algo que me resultó muy bonito; tu habitación es tu casa y tu casa es el reflejo de tu alma, renovar tu habitación; tirar lo viejo dejar lugar a lo nuevo, reformar lo estropeado y darle una utilidad práctica es renovar tu alma, purificarla. La verdad es que la metáfora me gusta por profunda y filosófica y pese a que suelo practicar este tipo de friki-reflexiones en solitario ésta no se me había ocurrido.

     Todo empezó con un sueño; Londres, lugar en el mundo en el que espero y deseo poder vivir algún día, a ser posible pronto, sé que ese es mi sitio en el mundo y me importa bien poco si suena cursi, lo siento así. Me enamoré de un cuadro-foto de dicha ciudad -(y siempre es mejor así, que enamorarse de un cachorro abandonado o del Don Juan de turno)- el cuadro, que objetivamente no es especial ni muy original como sinónimo de nunca visto, -(qué curioso, con las personas al enamorarnos a veces pasa lo mismo, objetivamente todas las personas son iguales pero lo que nos hacen sentir es único, original, especial e irrepetible) -me encantó. Mi sueño ahora tiene un espacio físico en mi vida, tiene un sitio privilegiado en mi pared.

En este momento de cambios y reformas en la alcoba de Julieta me he encontrado con algunas dificultades, a saber; jamás había pintado una habitación, colgado un cuadro, ni una estantería ni un espejo, por decirlo asépticamente. Esas cosas las hacía un pintor al que no he querido pagar y por supuesto, papá.

    Cuando yo era niña y jugando a las cocinitas soñaba cosas tan normales en una niña como; mi boda, mi vestido de novia, ser periodista de éxito como April O'Neil -pero sin botines blancos, gracias,( luego vino la abogacía, en tercero de EGB)-. Soñaba también con tener un novio fuerte y guapo que se ocupara de estas cosas, alguien como Eric el príncipe de la sirenita (pienso que es el príncipe Disney más buenorro de todos; moreno ojos claros, no digo más). Y mientras tanto, yo por supuesto llevaría unos altos tacones, más altos que los de mamá, una bonita sonrisa, un magnífico collar de perlas y prepararía limonada para mi afaenado amorcito, seríamos todo sonrisas al mirarnos... Lo de la limonada radica en sonrisas y lágrimas. La limonada que beben es rosa o color coral y captó mi atención, además me pareció muy seductora la forma en que la baronesa Schröder ofreció limonada al capitán von Trapp, supongo que puedo datar y justificar por ahí mi sueño infantil.
     Otro pensamiento de la infancia era -como el de todas las niñas- que mi padre era un súper- héroe, así que si ningún chico era de mi gusto para ser mi novio modus Jazmín de Aladdín-chulita-rechaza-pretendientes, mi padre siempre, siempre, siempre y para siempre estaría ahí para montarme una estantería, una lámpara, un armario...

      Pero la vida es eso que pasa mientras haces planes y la vida ha tenido otros planes distintos a mis sueños infantiles de limonada para novio -(no sé hacer limonada ni tener novio como los que se ofertan hoy)- y padre eterno de seguros catalana occidente que lo arregla todo, todo y todo... Mi padre y yo solíamos interpretar ese anuncio, era una de esas tonterías padre e hija que son especiales...

          El tema es que he contado con la inmesurable ayuda de mi hermana y mi mejor amiga sin las cuales nada de esto habría sido posible, para jugar a “la hora de la herramienta” y aprender a hacer todas esas cosas que si tienes suerte, hace un novio y si tienes mucha más, hace un padre.

Sensaciones.
Es estimulante aprender cosas nuevas, fomenta la autodependencia que tanto necesita una mujer que ama demasiado para rehabilitarse y cualquier otra persona que quiera crecer como tal. La autodependencia es sana para todo el mundo. Pero obviamente me dan pena los motivos que me han impulsado a este aprendizaje, aunque haya sido desde luego, positivo.
Me he reído mucho tratando de colocar una estantería entre tres y darnos un ataque de risa, me he desesperado porque en un primer momento parecía que no iba a terminar nunca, he sentido impotencia por la falta de uniformidad del color que se fue instaurando milagrosamente a las pocas horas, he llorado en cuclillas los pocos momentos que he estado a solas con este proyecto por: “ese agujero para colgar el espejo lo hizo papá...”, “aquí está la marca de la estantería que se cayó porque me la montó mal, casi me abre la cabeza...”, “he manchado el techo blanco de fucsia y las esquinas no me han quedado muy bien pero seguro que él me habría dicho que estaba perfecto...”, “nunca podrá ver todo lo que he aprendido a hacer ni cómo ha quedado”...

Aún a riesgo de parecer una maruja -y para no deprimirme más que la venta inmobiliaria- contaré que también he renovado cortinas y ropa de cama que rima con drama -disculpad el tono de humor, ironía y frivolidad, obviamente son mis defensas para hablar de algo doloroso-. Cómo decía de las cortinas, las viejas me las compró mi padre, fuimos juntos, lo recuerdo perfectamente creo que me encapriché de unas de las cortinas más indecorosamente caras de El Corte Inglés, pero mi padre era como Guido (la vida es bella) y no me refiero a ir sonriendo hacia su propia muerte, cosa que también hizo. Sino a que era un hombre que podía hacerme creer cualquier cosa y me consentía todo, yo era la niña de sus ojos y lo sabía. He tenido mucha suerte de tener un padre que entre infinitas cosas, me regaló unas cortinas-caras-de-niña-consentida y su ropita de cama a juego. Él dijo que era por mis buenas notas pero yo nunca fui mala estudiante hasta la Facultad, lo hizo porque quiso...
Siempre que me llevaba de compras me decía “y no pidas más ¿eh?” pero daba igual que dijera eso. Recuerdo que poco después me compró bastante ropa que valía un dinero “por haber aprobado el curso e inglés, te lo mereces”- me dijo... Yo creo que si le hubiera dicho que me gustaba la osa menor como iluminación en mi cuarto hubiera preguntado su precio a la NASA. No es amor de hija, cualquiera que le haya conocido sabe que él era así. Así que cuando he ido a comprar cortinas y ropa de cama he llorado, me da igual si al verme alguien ha pensado que soy la loca de los gatos de los simpson porque los gatos me dan alergia... Tengo un máster en llorar en la tranquilidad de mi coche en un parking público o en el mío, cosas del duelo supongo y los duelos es mejor llorarlos o esa es mi opinión.
 
Recuerdos lacerantes.
Los muebles de mi habitación que fuimos a comprar juntos “de lo único que has de preocuparte es de que te gusten”-decía .La maleta de viaje que me compró para mi primer viaje de estudios de 4º de ESO, las bufandas de macramé que me hacía, una armónica que nunca he sabido tocar y que me regaló las navidades del 92 cuando murió mi abuelo paterno, libros, montones de libros...Le he dado un sitio de honor a la saga Harry Potter.

Torradita emotiva.
Cuando iba a 1º de ESO fui a ver la primera película con una amiga del colegio, no había leído ninguno de los libros pero quedé muy impresionada. Mientras mi padre nos preparaba la cena con su horrible delantal con trabalenguas “un tigre, dos tigres, tres trigues” incluído, yo no cesaba en hablarle de Harry, de Hermione y de Ron y de muggles que mi padre pronunciaba mugles para hacerme rabiar, le dije que teníamos que ir a la librería a preguntar si estaban los libros.
La tarde del día siguiente, al volver del colegio a las 5 y media sobre la mesa de mi escritorio, sin envoltorio pero adornados con un bonito lazo de raso turquesa estaban los 4 libros de Harry Potter, -(los otros aun no estaban a la venta)-. Así era mi padre cariñoso, detallista, buen cocinero...
Lo cotidiano es lo más doloroso para mí, no necesito días especiales para sentir dolor especial, la gente que lo ha experimentado supongo que lo comprenderá... Tal vez ahora alguien comprenda más y mejor porque el frikismo potteriano significa tanto para mí... Para el Señor de los anillos no hay excusa, salvo que soy friki y punto.

Tal vez si es verdad que la habitación sea el reflejo del alma de uno mismo después de todo.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Abstinencia en Palma

El hombre.

César y yo hace unos pocos años que somos amigos, luego fuimos amantes, más tarde en la aritmética del amor yo quise un signo más y él quería un igual o un menos incluso, él añoraba a su ex decía, "pero tú me encantas" decía... Así las cosas nos dijimos adiós pero en vez de cantando como Amaral, nos lo dijimos llorando con labilidad. Después por decirlo asépticamente él me hizo daño. Mi orgullo y yo nos indignamos profundamente le odié como Scarlett O'Hara odiaba a Rhet Butler -es que así queda más gracioso y peliculero la realidad no es tan teatral y dolió más, además él se le parece tiene esa sonrisa canalla y cautivadora, amén de algunas perlas que dice y dedica-. Así que como es obvio me juré odiarle siempre, después lo que pasó fue el tiempo y que me dí cuenta de que no es sano odiar tanto -(tiempo).

Respecto al más y el menos ya sabéis que los polos opuestos se atraen... y ¿sabéis ese capítulo de sexo en nueva york en que Carrie viaja hasta Atlantic City para ver a Mr. Big en tren (con su horrible grano incluído) y Samantha? Para los que no, brevemente; Carrie está deseosa de acostarse con él, de tener sexo por diversión y sólo sexo porque le gusta el sexo con Big. Entonces ella llega presenta su libro basado en su columna y Big se comporta como el perfecto caballero; no quiere tener sólo sexo con ella (ahora que ella sólo quiere eso con él), la lleva a a cenar le comenta todo lo que ella ha escrito (casi se sabe el libro de Carrie de memoria) y ya en el hotel (en la cama del hotel) Carrie no deja de decirle que deje su libro que él ya no le hace daño, que por favor sólo quiere acostarse con él y que olvide el maldito libro, que eso fue hace mucho tiempo, que ella ya no siente lo mismo, que se tumbe en la cama con ella y el otro erre que erre con la página 33 y citar frases del libro. “Niña, sabía que te había hecho daño pero no tanto, lo siento muchísimo, creo que es mejor que no nos acostemos, no soportaría volver a hacerte lo mismo ahora que ya lo sé”. Bien, lo he vivido, es una realidad, obvio que yo no he escrito un libro como Carrie, ni soy columnista de éxito ni comparable, pero si tienes un blog estas cosas pasan. Me hizo gracia ver ese capítulo en televisión justo pocos días después de que me pasara a mí... Increíble pero cierto que escribir te juegue estas malas pasadas. Yo por supuesto, pasada la furia del primer momento me lo he tomado con humor. He aprendido que como todo en la vida, y César no es excepción, hay que tomarse las cosas con humor y con humor las escribo.

Algo malo, algo bueno.

César no es un hombre de los que expresa una opinión y la mantiene en el tiempo (con respecto a mí). Su opinión es voluble como su ánimo, de todos modos le acepto como es, pretender cambiarlo es manipularle e ingenuidad por mi parte y odiarle es orgullo. Él ya era así y yo lo sabía, -antes de que nuestros labios se alegraran de volver a verse-. Esto lo escribo aquí enmedio porque no me decido si es malo o bueno, pero como dice Fito “fue divertido me equivocaría otra vez”.

Algo bueno es que es un hombre que sabe besar (tal vez fue a una academia y luego se licenció cum laude, no está contrastado), ¿alguna vez os han besado y habéis sentido que no podíais respirar? Eso son para mí los besos de César y nadie nos ha hecho sentir lo mismo; ni a mí, ni a mi cuerpo con sólo un beso; eso es lo que los babilonios y yo llamamos una putada y no me refiero a la foto del disfraz de Halloween mitad puta, mitad hada que subí a facebook.

Tal vez el hombre César está en lo cierto cuando dice que la atracción es una cuestión meramente química, yo no sé si es química, física o biología... Sólo entiendo del microclima tropical que siento en el ambiente cuando le tengo cerca, pasión lo llaman algunos historiadores...

Pero cuando entre dos personas hay chispa, o saltan chispas si están cerca el uno del otro, a veces se cortocircuita y eso le pasó a mi atormentado César. (Atormentado lo digo por tormenta eléctrica, da igual, era muy malo incluso para mí jajaja).

Con las primeras chispas y fogonazos de nuestra reconciliación amistosa pero tropical decidimos ser amantes, amantes de alcoba; no de los novelescos románticos, ni tampoco amantes que se aman como en los puentes de Madison. A los cuatro días, César, al igual que ya lo hizo Big años antes, decidió que no quería hacerme daño y que no era sano que fuéramos amantes que quería ser un caballero hacer las cosas bien conmigo y que fuéramos amigos(¿véis por qué digo que su opinión es inconstante? ¡4 días!). Se disculpó por todo el daño que me hizo y él desconocía, ya que contra todo pronóstico había leído mi blog y una carta mía de la Era de los Metales que le escribí cuando lo nuestro se hundió como el Titanic.   Mi orgullo de mujer y yo, nos indignamos con ligeros chubascos de fuerza de carácter leve a moderado y dejé una vez más pasar el tiempo porque eso es algo que he aprendido de los chicos, dejar pasar el tiempo y hacer “como si nada”. Entonces, metafóricamente hablando, con el ceño fruncido y los labios apretados por la rabia, guardé de nuevo en el cajón la lencería sexy y bonita de amante patrocinada por intimissimi cambiándola por vestirme de amiga; un vaquero una camisa a cuadros de leñador y unas botas tipo Dr. Marten's, “venga va, sí, vamos a ser amigos yo seré tu amigo con tetas y me vestiré metafóricamente como tu colega de la taberna. Pero eso sí, con los labios pintados en carmín que una es muy presumida y aunque seamos amigos yo me siento muy mujer”. Me estoy esforzando por ser comprensiva, comprendo que primero quiera ser amantes y luego cambie de opinión y me diga que no es sano y que seamos amigos que quiere ser mi amigo y muchas cosas más, puedo entender muchas cosas, pero no tan rápidas, claridad y coherencia por favor señor, gracias. Al fin y al cabo, acabo de aprender a perdonar...

A partir de ese momento, vestida yo a cuadros y botas -como he descrito metafóricamente- y un tanto incómoda aún, porque yo prefería divertirme un poco con la otra vestimenta y con él. Resulta que fuí yo sola la que se esforzó por ser amigos, él iba poniendo distancia y trabas a nuestra amistad porque claro, yo estoy "enamorada", o no quiere hacerme sufrir porque "yo siento algo más" y no quiere "que se confundan las cosas" (según él) se lo han dicho mi carta, mi blog y “mi actitud” de mi actitud hacia él podría hablar mucho, pero no hoy.
      Resulta que el hombre que sabe besar no acepta que yo quisiera lo mismo que él por una vez, ¡qué miedo les da a algunos hombres una mujer que sabe lo que quiere!, o tal vez sólo les da miedo una mujer, una mujer de las de verdad... Perdonádme ya paro, que sino empiezo a despecharme y ahora soy super hippy -flowers amo y perdono a todo quisqui...
Entonces como decía, me dí cuenta de algo fatal, por mucho que yo me explique y le hable él va a seguir pensando lo que piensa o lo que quiera y en su derecho está de pensarlo, esto es: que yo le guardo amor eterno, o al menos que tengo mi Elie Saab Pronovias almidonado en casa esperando para cuándo él se decida, o bueno ya puestos en el mundo real que quiero ser su novia y comer con sus padres los domingos, ¡ah! Y ver qué tiempo tan feliz haciendo manitas y piececitos porque yo es que soy de un meloso subido... Yo entiendo muchas cosas que le pasan, entiendo muchas cosas que piensa, comprendo muchos sentimientos, pero hoy simplifico hablando de mis sensaciones y no de las suyas. Comprendo y acepto, comprendo y respeto, comprendo y entiendo... Yo sé lo que son amigos, César también porque tiene muy buenos amigos. Esta es la cruda verdad que él no me dirá en voz alta pero ya lo hago yo, no pasa nada, le ahorro el trago: César y yo no somos amigos, él no lo dice yo sí, no lo digo con rencor; comprendo acepto y respeto. No sé si actuando como si lo fuéramos lo seremos, algún día y aunque todo esto es el recuerdo de un esguince en un día nublado como presagio de tormenta, tampoco me roba el sueño. Estoy en paz y tranquila, he perdonado.


      Así que por estas cosas y otras que me guardo para próximas ediciones, estoy haciendo lo más difícil de todo, no por César, sino por mí: no hacer absolutamente nada con respecto a este tema.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Un helado para pensar

Dejar de preocuparse y ocuparse

Degustando un delicioso helado de chocolate en Can Joan de s'aigo -lugar emblemático de Palma- he pensado en algunas cosas. Del exquisito sabor del helado mi mente ha ido al sinsabor de una idea que debo aceptar. Creo tan importante dejar de preocuparme como de ocuparme, máxime cuando debería ocuparme, sino más al menos mejor, de mí misma.

¿Por qué me preocupo y ocupo?

     Como presidenta y confesa ex-mujer que ama demasiado -(me estoy rehabilitando y creo que voy bien)- me resulta más fácil que respirar ocuparme de otros antes que de mí, especialmente hombres. Los hombres en apuros, esa es mi especialidad, cuantos más apuros más me atraen porque soy rescatadora experta aunque no me llame Bianca ni viva en Cangurolandia. Necesito un hombre que me necesite, o mejor dicho lo necesitaba, hasta que hace casi un año emprendí otro camino del cual os hablo y os escribo largas parrafadas.
Esto es muy lógico; todo el tiempo que invierto en los problemas ajenos, lo resto de los propios y si a los propios no queda tiempo, mejor que mejor.
Me declaro culpable de “cuéntaselo a la tía Julieta, ella lo solucionará todo”. Sé que puede parecer bonito y altruista, yo lo pensaba y lo sentía, hoy me he dado cuenta de que lo que soy es bastante cobarde. Eso es, escondo la cabeza cuál avestruz en solucionar vidas y problemas ajenos para no mirar hacia los míos, yo que me tengo por sabia aprendiz de psicóloga experta he visto hoy, por todo en conjunto y nada en particular, mi absoluta falta de destreza en manejar mis asuntos.
Como a todo el mundo me preocupan bastantes cosas. Ahora mismo en mi top 5 destaco dos de la lista: una amiga y un hombre(¿amigo?)... -¿Veis mi carrera en esta lista? Porque yo no... Y debería estarlo.

Mi amiga.

Mi amiga es una mujer que ama demasiado y ella no lo sabe. No lee mi blog desde hace un tiempo porque no puede, dice que no acepta ver que su hombre es como un hombre sobre los que yo escribo, que si él encaja en esos perfiles el mundo tendrá razón en que lo suyo no va a ninguna parte y mi romántica amiga cree en lo único de su historia y en lo especial de la misma. Si sólo ella entiende su historia y le da sentido entonces son los demás los equivocados y su amor es, si cabe, aún mas grande. Toda mujer que ama demasiado pasa por eso en todas sus relaciones...
Ella es maravillosa y muy inteligente; habla cuatro idiomas y tiene dos carreras, entre sus otras muchísimas cualidades. Antes de amar demasiado era una hippy urbana de una energía vital contagiosa, le gustaba tocar la guitarra y decorar su casa con hermosos colores y frases que me invitaban a la reflexión. Hemos pasado por muchas cosas juntas, es una amiga de la infancia. Al menos yo he sentido muchas cosas con ella; la cercanía y la distancia entre ambas, la amistad y la enemistad, el enfado y la reconciliación. Con ella empecé a perdonar y eso es algo que no se olvida. Nunca había perdonado a nadie hasta hace casi un año, cuando decidí dejar de torturarla con mi ignorancia y la perdoné.
Estoy preocupada por ella desde hace unos 4 años y muy preocupada desde hace casi uno y no sé si ahora la situación reviste mayor gravedad o yo estoy más cansada o tal vez todo a la vez. Por ella he llorado, he sufrido, me he indignado... Me resulta muy irritante ver el daño que se inflige a sí misma, antes me daba pena y me causaba tristeza, ahora me rebelo, me exhalto, me enfado... Y debo aprender a callarme cuando eso me pasa y ya no le digo lo que pienso, dudando si está bien o mal no decirle por infinita vez lo que pienso y lo que debe hacer cuando ella me pregunta.
     Cuando ella está así es mi reflejo de hace unos años atrás. Es un reflejo de mí que no quiero volver a ver y que el espejo me escupe algunas veces. Pero ella no tiene la culpa y yo debo aceptar eso, no ha recorrido mi camino ni tiene por qué hacerlo. ¿Quién soy yo para decirle que por ahí no es? Es cierto que soy su amiga y que yo veo el precipicio que se abre a sus pies, pero a veces no es sólo que haya que caer es que hay que saltar y precipitarse al abismo y una vez en el fondo más hondo, en la fosa de las marianas de cada uno, subir y volver... Yo sé que ella tiene luz propia para ver allí abajo al fondo de todo, allí está muy oscuro ¿pero ella lo sabe? ¿me corresponde decírselo o debo ponerme un bonito bozal? No, no debo decir nada, en la fosa de las marianas no hay cobertura, quién haya estado lo sabe, válgame la expresión no haber cobertura como sinónimo de no querer escuchar... Aún así a la manipuladora o ayudadora (para mí en este caso son sinónimos) que llevo dentro se le resiste la idea de que ella no tiene por qué dejar de amar demasiado si no le place. No tiene por qué iniciar ningún camino que yo le muestre... Ella me pide ayuda pero yo sé que eso no lo hace de verdad. Quién tiene un problema y pide ayuda, en primer lugar, la toma muy fuerte con las dos manos y en segundo lugar, también la busca por sí mismo. Tenía razón todo el mundo: lo admito. A mí orgullo y a mí nos cuesta mucho pero lo admito, el primer paso debe darlo uno mismo o en este caso ella misma.
Mañana continuaré con el hombre (¿amigo?).

jueves, 8 de noviembre de 2012

Mi parada de autobús

    Si me quedo aquí tú no vas a volver, pero yo seguiré allí como si no te hubieras ido.
Si no estudio, si no me licencio, si no avanzo demasiado todo seguirá igual como antes como cuando tú eras y estabas. Si no rehago mi vida, de verdad, te rendiré culto, si nunca tengo novio nunca tendré que presentártelo y con ello pasar por el decir “no existe”. Si no me caso no me faltarás ese día más que en ningún otro, porque desde que soy un zigoto sueño con ese día. Si no tengo hijos no tendré que llorar por otro motivo más, pensando que no podrás alegrarte de conocerlos y así el día más dulce de mi vida, el más feliz ya nunca será el más feliz, ya es imposible que lo sea así que ¿para qué?. Si no voy demasiado lejos de casa, no estoy saliendo demasiado, así que me quedo dónde estoy, si no voy de viaje me quedo aquí donde tú estabas, mi Roten-Meyer interior está más contenta y me deja tranquila.

Si no tengo vida sexual no tengo que sentirme viva ni culpable por vivir y que tú ya no puedas vivir nada. Tampoco tengo que explicarle nada a nadie, ni callarme en su cama, porque eso no se puede explicar; que me siento culpable, tal vez puede explicarse pero ningún hombre quiere escuchar eso, ninguno que no tenga un billete a Kuala Lumpur con carácter inmediato al post-coito.
Si no termino lo que debo hacer y nunca lo empiezo no tendré que terminarlo sin ti. Si el mundo cree que soy infantil por mi conducta rezagada en los estudios, les doy una razón simple para un sentimiento complicado, me critican, se burlan y me dejan en paz al menos un rato, con la paz que necesito.
Si siento demasiado padezco porque todo esto es demasiado. Si siento poco me quedo dónde estoy pero tú ya te has marchado.
El tiempo no soluciona nada, lo hace todo más real y real es lo que siento. Pero lo que siento no es correcto porque soy joven y los jóvenes viven felices y jóvenes, pero yo me siento tan vieja que ya me pesan los años, o el turrón de Suchard que comí en Navidad, no lo sé muy bien...
      Con lo que hablo, a veces no hablo, porque así no tengo que decir de diez veces doce que me ha parecido verte en cualquier parte, o que huele a tu loción de afeitar, pero sólo era alguien de tu edad, sólo era alguien con tu ropa, sólo era alguien con tu pelo... Tú ya no eres, tú ya no estás ni existes, de diez veces doce me lo repito y no lo creo.
  
    A veces pienso en hacer como si nada o al menos seguir, venga sí ¡vamos! Hoy empiezo; terminar mi carrera, vivir en Londres, viajar o dar la vuelta al mundo como Willy Fog eso me habría hecho muy feliz. Luego conocer un chico o mejor un hombre, puestos a pedir, conocernos de verdad los dos, no conocer yo sola y leerles como un libro que ya sé como termina, pero que aún así me leo deseosa de que por una puta vez acabe de otra forma y explicarle, de verdad, sin limitaciones, sin pensar en; “esto no quiere oírlo, calla”, “no digas esto que se asusta, calla”, “no hagas esto que lo pierdes”... Decirle qué siento y qué me pasa y sobretodo qué me ha pasado, sueño que no le importa y que me comprende porque la vida es sueño dicen. Sueño que por una maldita vez tengo esa suerte que yo digo que son los padres y nos va bien, nos casamos y que tenemos hijos y que somos felices y luego me horrorizo y me repugno de que todo esto vaya a suceder sin ti. Por el casamiento no me preocupo, lo veo tan lejos como llevar dentadura postiza y de los hijos igual... Pero no hace falta casarse en sueños para la desolación, en el mundo real en casa ya no hay nunca tortilla de patata, ya no hay canciones gregorianas o de mocedades en la cocina y nadie me llama Nemesia. Ya no tengo escudo, ni rompe-olas, ni paraguas, no hay palmada en la espalda, no hay soluciones para todo, no hay explicaciones para todas las cosas; las reales y mis fantasías.
     La gente en abstracto juzgará y opinará si sentir esto está bien o mal, yo no lo juzgo he dejado de hacerlo, lo acepto porque lo siento y contra eso puedo hacer muchas cosas y lo sé, pero sigo sintiendo lo mismo. Si hago lo que todos esperan mucha gente estará más tranquila y también más feliz, pero yo temo hacer lo que todos esperan y seguir sintiendo lo mismo, sospecho que así será. Por eso me recreo en no hacer nada y puede parecer fácil, pero no hacer nada es muy difícil. Sé que él querría que hiciera algo, pero él no está y yo no creo en nada. No creo que haya nada más allá, me parece un precioso y respetable consuelo para quién lo quiera, yo no es que no lo quiera es que ni lo siento ni lo creo.
¿Un título en mi pared llena un vacío tan grande? Creo que no, tal vez sólo lo crea porque no lo tengo aún o por llevar la contraria a todo el mundo, siempre he sido muy salmón. A la única persona que llevo la contraria es a mí, sólo me destruyo y me perjudico a mí.Y si no tengo un título ¿qué hago? Quedarme aquí esperando, esperar como quién espera una línea de bus que ya no existe. Pero si voy viendo cosas desde mi parada, si voy viendo gente desde mi parada, me siento menos culpable. Pero vivir en una parada de un autobús metafórico no es vivir y eso lo sé. Sentirme menos culpable me hace sentir mejor, o al menos, menos mal pero eso tampoco está bien porque no estoy avanzando y se supone -como el valor en el ejército- que la vida es avanzar. No sé si es cuestión de tiempo o de acostumbrarse, pensar en acostumbrarme me repele, es algo que detesto, si me acostumbro haré como si nada y ha pasado algo. Parecerá que es normal y yo no acepto la normalidad de lo que ha pasado.

Hay una frase de El jorobado de Nôtre Dame que tú nos llevaste a ver, recuerdo que te aburrió mucho esa película en el cine pero te quedaste con nosotras, te gustaban las películas Disney y los dibujos animados, siempre fuiste un niño grande que esperaba conmigo mirando la carta de ajuste hasta que empezaran los dibujos por la mañana, pero si cantaban mucho eran un “bodrio” como decías tú. La frase que rescato dice: “la vida no es un deporte que se mira, si mirar es lo único que se te ocurre entonces verás como tu vida pasa de largo”. No debería, en honor a tu memoria, vivir mirando la vida desde una parada de bus. ¿Pero en honor a qué memoria si ya no existes? ¿qué sentido tiene eso y qué sentido tiene nada? Y así se debaten mi cabeza y mi corazón que nunca se ponen de acuerdo. Yo espero que un día uno acabe con el otro y todo sea más fácil. Lo espero desde la parada de bus.