domingo, 2 de septiembre de 2012

La importancia del principio


“He conocido a un chico...”

Todo empieza con esta frase. Todas recordamos el momento en que vimos por primera vez a ese chico/ hombre especial que nos llamó la atención.

El principio de la relación resulta de lo más o es lo más importante de la misma. Esta es mi opinión absolutamente discutible y contestable que no tiene por qué ser compartida.
El comienzo nos presenta al otro y aunque no lo veamos en full HD desde el principio, nos da un perfil bastante aproximado. Digo lo del full HD porque casi nadie prestamos atención a los comienzos, son de esas cosas que adquieren importancia a medida que pasa el tiempo pero no en el presente inmediato en que ocurren.

La manera de interactuar desde un principio probablemente marque el ritmo de viaje que lleve vuestra relación y dibuje los límites que impone cada uno para desarrollar la misma. Todo esto que he expresado tan asépticamente como si esterilizara un escalpelo, adquiere pleno sentido si lo llevo a escena con personajes, vestuario, atrezzo y por supuesto... ¡acción!

“Era de noche, la última noche que pasé en casa de mi ex pareja. Yo estaba muy triste y perdida. Aún no había asumido que lo nuestro había terminado, mi ex acababa de darme un golpe tan fuerte -(metafóricamente hablando, gracias)- que me sentía absolutamente inconsciente del mismo y de mi dolor. Yo era la negación absoluta de que lo nuestro había acabado. Salí de su casa y me fui de fiesta con una amiga.
Un amigo mío estaba allí con dos amigos más, hubo el clásico protocolo de rigor de saludar a mi amigo y presentarle a mi amiga. Cuando mi amigo fue a presentarme a uno de los chicos que iba con él yo ya sabía quien era. Me sabía su nombre y apellidos por la red social en que lo vi, así como sus fotos e intuía cosas de su vida en función de la vida que él había exhibido en esa red social concreta. Mi amigo dijo: “te presento a...” yo le hice callar con un ademán y dije el nombre y apellidos del chico que me iba a presentar para asustarle o encantarle, todo o nada. ¿Por qué quería encantarle si no me había atraído ni en persona ni en foto? -para llamar su atención, aunque todavía no sabía muy bien para qué. El chico quedó perplejo, sonrió, rió y se quedó cortado. Reaccionó rápido preguntando si me conocía de algo, yo me jacté por mi clara ventaja en el juego que yo sola había empezado diciendo: “tú a mí no, pero yo a ti sí”. Lo dejé muy desconcertado e intrigado y debí impresionarle porque ya no nos separamos en toda la noche.
Tengo numerosas fotografías de esa noche. Casi todas con él. Los chupitos hicieron que yo llorara por mi ex y él me consolara- (todo muy lamentable y por desgracia muy típico)- me abrazó me dio tres palmaditas en la espalda y supongo que empezó a pagarme chupitos de 3 en 3 también...

Nos quedamos solos casi toda la noche, de pronto todo iba muy lento y la música rápido y me estrelló un beso en los labios con ninguna premeditación y con alevosía sorpresiva. Yo me enfadé, lo miré mal y me fui de su lado, él me siguió para disculparse: “lo siento, pero no lo siento, volvería a hacerlo” decía. Yo sólo sentía pena por lo de mi ex y ahora me preguntaba cosas como ¿tengo que contarle esto?
Él fue muy comprensivo con mi reacción y también muy claro con lo que quería de mí esa noche con el beso que me disparó.
Con su “inicial persecución” de esa noche yo sentí que él me necesitaba, parecía que necesitaba mucho estar conmigo puesto que no nos conocíamos y parecía encantado de estar conmigo, relajado y feliz. Pensé pobrecito, ha bebido y yo le he gustado no ha querido molestarme con el beso”- le justifiqué.

Sus amigos habían ligado esa noche y él se quedó conmigo. Eso hizo nacer en mí una cierta sensación de dominio de la situación y de superioridad -¿a qué mujer no le gusta que un hombre en el que no está a priori interesada le dedique sonrisas y halagos?-. Le desafié a dejarme sola diciéndole que por qué no se iba por ahí como sus amigos que a ver si no se aburría, entonces me espetó “¿en serio te parece que algún tío puede aburrirse contigo? Eres toda una personaje.Estoy mucho mejor aquí”.
Esta frase tan bien traída hizo que yo pasara de DEFCON 2 a DEFCON 3 y dijera en mi cabeza la tan manida frase, “qué mono”.

Desayunamos juntos, me pidió el móvil, el messenger y me agregó a la red social donde lo vi por primera vez. Me mandó 3 sms esa misma madrugada. Empezó el “acoso” y más tarde mi derribo.

Inseparables desde ese día, pero yo me sentía tan atraída por él como por las lechugas iceberg de la marca Hacendado. Me gustaba hablar con él, me entretenía y me reía, nos decíamos muchas cosas por la red social como si ambos quisiéramos exhibir un no-se-sabe-qué.

Pasadas dos semanas repetimos la operación de nuevo. Tengo muchísimas fotografías de ese día. Absolutamente pegados físicamente, como imán y hierro tan desde el principio de conocernos. Mi diversión con él estaba cambiando de forma. En casi todas las fotos salía mordiéndome la mejilla, abrazándome o mirándome a los ojos.

Nos hicimos íntimos amigos, nos lo contábamos todo quedábamos cada día, hablábamos hasta las tantas incluso habiéndonos acabado de ver. Hacíamos un montón de actividades solos o con amigos, -predominaba salir a beber y salir a secas, fuera cuando fuera. Los dos teníamos ganas del otro probablemente en distintos sentidos, lo que yo no sabía es si los dos nos teníamos ganas, o si sólo las tenía él, porque yo pasaba.
Durante todo el mes y algunas semanas que duró este intenso cortejo yo me iba a la cama sin poder dormir por mi ex y la muerte de lo nuestro. El chico recién llegado me decía cosas preciosas, se mostraba atento conmigo, me cuidaba muy bien. Yo cada noche lloraba por lo de mi ex y me preguntaba a mí misma una y otra vez por qué no sentía nada por este joven tan maravilloso que se esforzaba tanto por agradarme y divertirme. Por qué no era capaz de sentir algo por él que me lo daba todo.
Yo deseaba con todas mis fuerzas no estar sola, no soportaba pasar mucho tiempo conmigo misma. Mi ex ya estaba con otra y yo me sentía tan poca cosa por estar sola... Tan incompleta y vacía...
Mis amigas empezaron a sugerir que rehacer mi vida con este chico era una idea espléndida. Decían que con él yo estaba más risueña y distraída y que merecía volver a enamorarme como mi ex había hecho.
El tiempo pasaba muy rápido, mi pretendiente seguía comportándose como un perfecto necesitado de amor y yo siempre fui todo amor. Yo necesitaba un compañero, necesitaba no estar sola. Necesitaba que él me necesitara, que alguien me quisiera. Él me necesitaba porque me lo decía -(tan pronto ya me lo decía)-. Tenía problemas familiares y una chica no correspondía su amor y aún así era un encanto conmigo.
Con muy poco tiempo llegué a la conclusión unidireccional de que él se merecía una chica como yo.
Él merecía tenerme para no necesitarme más y estar por fin tranquilos de tenernos el uno al otro. Merecía que lo amaran porque nunca había tenido una novia, le habían hecho daño y a juzgar por su actitud yo era la clase de mujer que él siempre había buscado y necesitado.
De pronto me di cuenta de algo terrible “me había ganado poquito a poco él que llegaba por casualidad”.
Una de las canciones para la conquista que utilizó conmigo fue: “me gusta como eres una niña, una madre, una mujer en mi vida”. Pasé a DEFCON 4, le creí plenamente. Estaba alucinando con que me definiera tan bien sin a penas conocernos y me pareció muy bonito que pensara eso de mí y que sintiera algo así por mí, yo no lo sentía aún, pero eso me iba importando cada vez menos.
Y en este ajedrez yo ya había sacrificado mis peones con los primeros chupitos de tequila, los alfiles y torres fueron cayendo en los estudiados movimientos de; paseos por la playa, fiestas, bares, discotecas y conciertos. Con esa canción y sus halagos agradeciéndome cada minuto que yo le dedicaba y pasábamos juntos me puso en jaque (¡a mí ! que era la reina de la relación).

A finales de febrero, fueron preciosos nuestros primeros besos y a partir de ahí todo fue a peor” -Jaque mate.

La historia de esta chica podría ser la de cualquiera cambiando algunos detalles decorativos. Hay muchas historias similares de chico conoce chica y viceversa en una situación de necesidad.

Este largo principio debería decirnos muchas cosas.

1.Cerrar la puerta de casa de tu ex para correr la cortina de una discoteca -( o lo que sea)-, conocer a otro hombre pensando en el primero ; y seguir quedando con él, pensando en el primero; y besarle sin haber olvidado al primero, NO ES SOLUCIÓN ni una gran idea. Si lo habéis comprobado ya lo sabéis por vosotras mismas y sino os lo digo yo.

2.En esta fase tan primaria de conocer a un hombre las mujeres debemos hacer uso de nuestro gran sentido de la intuición. Pero ojo, intuir no es saber a ciencia cierta, no es conocer de manera irrefutable. Esta chica intuía quién era él por haber visto cosas en una red social, por haber oído cosas y por su comportamiento, no hay que olvidarlo, en una noche de juerga.

3. Él mostró un interés que casi rayaba la devoción desde un principio, “hizo todo lo que pudo y supo para conquistarme”, “debí impresionarle porque no se separó de mí en toda la noche”.
Justo en el principio, queda muy claro el interés de un hombre por nosotras, eso se nota. Pero ojo que no sea un tipo de interés a un 175 % TAE que luego nos cueste un disgusto. Reflexionemos qué tipo de interés y por qué le hemos interesado. Sé que lo que digo es aburrido, cuando se conoce a un chico una no piensa, actúa. Yo digo esto como forma de autoprotección, por si alguna tiene miedo a sufrir o quiere protegerse sanamente de esa clase de hombres que pretenden engullirte en un romance furioso. En un tornado que te levanta del suelo y te arrastra a 250 km/hora hasta un lugar que no conoces y al golpearte contra el suelo te parte las piernas -(o el corazón).
No hay nada de malo en reflexionar un poco en esto, para no crearnos unas expectativas en las que sólo hemos pensado nosotras y el chico no sabe nada de ellas, y en la mayoría de casos, ni las intuye...
Por cierto y esto a algunas no os va gustar, ¿habéis pensado que si tanto le habéis impresionado vosotras sin hacer nada y en una sola noche, puede impresionarle cualquier mujer?

Vuestro orgullo femenino se resiste a esta idea y me responde, “pero es que yo soy mucha mujer, yo puedo volver loco a un hombre a la primera de cambio, yo soy diferente”. -Si lo pensáis más de una de las que me leéis, es que todas podemos hacerlo y todas nos sentimos diferentes. Luego todas podemos impresionar a la primera con la fuerza de un ciclón. Si él se queda a nuestra vera y nos “persigue” con mucho interés, es fácilmente impresionable.
Preguntaos ¿por qué le he gustado yo tanto?, ¿de veras le he gustado yo tanto? Cuidado con estos espejismos. Vale la pena reflexionar sobre el hecho de que él no nos conoce de nada-ni nosotras a él-, es más, sabe tanto de nosotras como sobre si existen el Cielo y el Infierno. Y sin embargo, quiere estar siempre contigo. Yo digo: pónle freno chica y aconsejo sospechar. Los romances rápidos y furiosos terminan como empiezan, las relaciones duraderas -alomejor es aburrido y lo siento pero-, las cosas de palacio princesas, van más despacio.

4.”Cada noche me preguntaba a mí misma por qué no era capaz de sentir nada por él que me cuidaba tanto y me lo daba todo”. En primer lugar, los cuidados nos los dan nuestros padres- o deberían-, buscar una actitud paternal es un componente infantil de la relación. Demuestra claramente un vacío propio que pretendemos y esperamos que el otro pueda suplir. Este tipo de mujeres que buscan este tipo de hombres llaman cuidado de su hombre a la atención que les presta. Valga de ejemplo: llamadas, canciones, citas... Cosas fáciles de hacer para un hombre que quiere conseguir a una mujer, como sea.
¿Qué es darlo todo para esta mujer? La persecución pasional del principio, estar siempre juntos, ir a la playa, a comer, a cenar, salir, pasear, conciertos, fiestas... cualquier actividad lúdica. ¿y darlo todo de verdad? Ella no lo sabe y si se lo dieran no le gustaría porque se llama: libertad, espacio, calma, conocerse en la intimidad emocional. Cosas difíciles, tal vez ella las llamaría aburridas. Y se quejaría de: “yo creo que no le gusto, vamos muy lentos, aún no me ha vuelto a llamar desde hace dos días. No ha intentado besarme aún”.

5 . Lo que él piensa no es lo que tú piensas que él está pensando, en otras palabras, él no piensa como tú. Es otra persona. “Alucinaba con que él me identificara tan bien con esa canción y que sintiera tanto por mí, yo no lo sentía, pero eso me iba importando cada vez menos” . Así empieza a devorarte una relación que tú en realidad no quieres tener pero te metes en ella por comodidad.
Él en realidad no te gusta tanto como tú a él, parece claro que él está mucho más implicado que tú y que aparentemente tú no estás corriendo ningún riesgo en este nuevo viaje con tu nuevo compañero. Y yo pregunto. ¿seguro que no?

Volveré a ello en otro momento para las que quieran seguir más allá de sentir así.





0 comentarios:

Publicar un comentario