jueves, 6 de septiembre de 2012

Me he encontrado un cachorrillo abandonado y quiero quedármelo.

Ayer hablé de “Don Juan” y hoy me apetece describiros desde mi laboratorio al “cachorrillo abandonado”- (éste es uno de mis favoritos, para mi desgracia).

Fase1: El encuentro y la venta

Encuentro. no suele ser muy agraciado físicamente pero es un hombre: bueno, dulce, cariñoso, inteligente, divertido, buen conversador, maduro -(lo parece)-, ingenioso, respetuoso, educado, generoso, amable y comprensivo. Por todo ésto, causa una magnífica impresión y además es tierno y tímido, el típico “paradito”.
Normalmente se va convirtiendo en tu amigo. Puede ser un clásico “amigo de amigo” y por eso os veis muy a menudo, casi a diario. Y aunque sea en grupo, - y él un chico tímido con las mujeres-, tenéis vuestros momentos de contaros intimidades y confidencias y os convertís en “amigos íntimos”.
Sus consignas: “me encanta hablar contigo”, “te cuento esto a ti porque me cuesta mucho hablar con chicas”, “soy muy reservado con mis sentimientos y me cuesta explicar si estoy mal, pero contigo es fácil”. “Supongo que todo esto me pasa porque he tenido muy mala suerte con las mujeres”, “he tenido muy pocas novias en mi vida, no ligo nunca, es como si las mujeres no me vieran”. “Sólo he tenido una novia y me hizo sufrir mucho, me trató muy mal”, “cuando me enamoro lo doy todo y luego me dejan”. De ésto último tú captas que al pobrecito nunca le han querido y que se ha encontrado con mujeres que siempre se han aprovechado de él y su bondad. -Vamos que te dan ganas de adoptarlo ya mismo, o de ponerle un platito con dibujos de flores de pienso de Royal Canin y otro platito con agua fría; porque además de cachorrillo pequeñito y abandonado, está muerto de hambre (afectiva).
Se vende como tu amigo y te cuenta su vida en verso desde su niñez hasta hoy. Y todo lo que te cuenta "te parece bonito" como la canción de Pau Donés y tierno como el pan Bimbo. Te cuenta presuntos secretos que sólo sabes tú y no sabe ni su familia porque él rara vez habla de sus emociones con nadie. ¡Claro!, él por querer, quiere ser un tipo duro - como Clint Eastwood en gran Torino- de cara al exterior, pero en realidad no lo es y eso te despierta más la ternura Bimbo sin corteza; tu presunto amigo es todo miga y a ti te está entrando un hambre.... Además, te dice que contigo ha dejado la coraza porque le pesaba mucho y que él ve lo buena y dulce que tú eres.
Normalmente te cuenta cosas muy tristes- (frente a un buen café o cerveza)- o la mayoría de las que cuenta, lo son. Empieza a parecerte una de esas personas que “ha sufrido mucho en la vida”, un gran hombre venido a menos por sus circunstancias y que, con un golpe de suerte, -(el amor de una mujer sería su suerte)-, estaría más feliz. Piensas que su ex era una bruja por las cosas horribles que él te cuenta que ella le hizo y que él es un trozo de cielo, un caramelo de toffe relleno de dulce de leche.
En definitiva, un pobre cachorrillo aullando y llorando abandonado en la gasolinera de una estación de servicio de autovía y eso nos da mucha penita y nos lo queremos llevar a casa como sea..
A continuación, nos creamos en la mente la superproducción de Spielberg de que muchas de las “cosas malas” que le suceden son sólo por su timidez y mala suerte. -Claro, con lo mono que es, pobrecito- es que menuda novia que le tocó tener al pobre, si se hubiera enamorado de otro tipo de chica... Entonces lo miras como hombre un día, de repente, “aunque no es muy agraciado, tiene muchas cosas que ofrecer y es una pena que haya mujeres tan superficiales que no lo vean”-dijo tu cabeza. Y a él le dices en voz alta cuanto tiene que ofrecer al mundo.
A partir de aquí, él ya es tu amigo y por tanto, se ha ganado tu confianza, empiezas a reforzar su carente autoestima y su seguridad en sí mismo.

Ayudar a un amigo que lo pasa mal es lo que haría una buena amiga porque él se lo merece y ha sufrido mucho en la vida. Esta última idea tarda muy poco en convertirse en una verdad irrefutable dentro de tu mente. Él lo está pasando mal y te parece una persona débil y tú te crees Wonder-Woman a su lado, eres su rescatadora aunque no residas en Cangurolandia ni te llames Bianca y le vas a ayudar, porque tú puedes y además eres su amiga.
Si te repites que eres su amiga crees que es más creíble, no corres ningún riesgo de enamorarte porque él es un amigo y los amigos se ayudan entre sí. Además a ti no te gustan este tipo de hombres como él, sólo es un amigo, él es el necesitado y tú vas sobrada, sólo hablas de él porque le aprecias y como le tienes cariño, te da pena...

Fase 2: la compra, ¿qué compra?
no eres consciente pero hablas más de él de lo normal.
Y entonces un día, tus amigas que llevan 20 minutos aguantando la chapa de algo que, sólo a ti, te parece divertidísimo que hizo el perro de tu “presunto amigo” ayer a las 4 y 18 minutos de la madrugada; te preguntan ¿te gusta este chico? Y tú dices: “nooooo ¡qué va!, sólo me cae muy bien, pero ojalá me gustara porque es una pasada de tío yo no sé cómo le ha podido ir tan mal... ” Y sigues torrándosela a tus amigas que tienen que comerse con patatas toda la vida y milagros de este chico porque tú, misteriosamente, no dejas de hablar de él, de hecho es que te apetece hablar de él... En ese momento, para ti, que no eres consciente de lo que te está pasando con él, es como si te saltara un banner informático que dice: “AVISO está a punto de realizar una compra on-line, pulse OK o Cancelar”. Te asustas, tú no querías comprar nada, te da un vuelco el estómago porque casi has comprado algo que no sabías que estabas comprando, pero le das a cancelar y aquí no ha pasado nada.
Con algo más de tiempo, esto se repite y tu mejor amigo -(el de verdad, no el cachorrillo abandonado)- te coge aparte y te pregunta: “¿te gusta? Y dime la verdad que a mí no me engañas; llevas una hora despotricando de su ex y diciendo que ojalá hubiera venido...” Y entonces te avergüenzas, te despiertas, ves la luz, tienes una revelación como las de Santo Tomás de Aquino. Y lo admites por fin: “sí, me gusta, pero no se lo digas a nadie somos amigos y todo esto es horrible...”
Más tarde o más pronto, la CNN, la FOX y hasta las televisiones autonómicas se están haciendo eco de la noticia. Todo el mundo lo sabe, es oficial e irreversible, te gusta. Todo el mundo lo sabía en realidad, menos él que vive en otro planeta y no se da cuenta de nada y entonces más te gusta. Está claro, si no se da cuenta es porque no puede creerlo. No puede creer que alguien como tú se haya fijado en alguien como él y eso te parece precioso. -“Pobrecito, es que es un inseguro, pero yo le demostraré que por supuesto puede gustarle a alguien como yo, le demostraré que merece a alguien como yo y que su sufrimiento ha terminado”.
Resumiendo coges al cachorrillo que llora y está tembloroso y muerto de hambre y le dices: “pobrecito mi perrito, ¿te han pegado? ¿te han abandonado? ven con mami yo te cuidaré y te daré muchos besos y te voy a querer un montón, ya lo verás”.

Si esto me lo contara una amiga y a mí no me hubiera pasado bromearía fingiendo que estoy en una subasta pública y gritaría: ¡Adjudicado! vendido el cachorro abandonado a esta mujer de gran corazón, gracias a todos por sus pujas.


Fase3: te llevas a casa un dulce cachorrillo abandonado, se hace mayor muy deprisa y ¡oh sorpresa! Es un pitbull.

Pues resulta que nuestro “presunto amigo” en calidad de “algo más sin definir” es un amorcito. De esos que te tratan como a una reina y te ponen música bonita y te llevan a ver estrellas para besarte y te sueltan eso de que la más bonita está con él y que no se lo puede creer. Que de verdad es alucinante que tú, zarina del imperio ruso, con las legiones de hombres que debes tener a tus pies -o deberías- lo hayas escogido a él que no es nadie.
Y tú, por tu parte, como él se siente tan “nadie” refuerzas aún más su autoestima y seguridad diciéndole: “pues mi querido emperador, siéntete afortunado de yo te haya esculpido en un relieve sobre un mármol de Carrara y te haya escogido a ti”. -Y a mí me está subiendo el azúcar y necesito insulina con tanta pastelada pero es que todo es precioso y de colorines al principio y sois muy felices y coméis perdices pero...

Los cachorros abandonados requieren muchas atenciones y mucho afecto. No es culpa de ellos, son cachorros y no se dan cuenta, no pueden estar solos y necesitan muchas cosas de ti que eres su dueña. Estableciendo un paralelismo, tu “presunto amigo” te necesita cada vez más porque ahora sois amantes y tú no quieres que necesite nada porque no quieres que le falte nada. Sientes que tienes que demostrarle que tú estás para todo porque el pobre se lo merece. Tú no eres como su ex ni como las otras mujeres que ha conocido, tú eres buena porque él lo dijo y puedes hacerle ver que esta situación en la que está mejorará gracias a que tú estas en su vida. A estas alturas te has encariñado muchísimo con este hombre (o cachorrillo) y puede que él contigo, te dice que nunca le han tratado así y que no esperaba sentir tanto por ti, que menos mal que estás en su vida porque eres lo poco bueno que tiene y que alucina con que tú estés con él, que es irreal...
Pobrecito, -piensas otra vez, aún no sabe cierto que lo quiero- quiero hacer más cosas por él.
Pero cuanto más haces, él más necesita, es una espiral. Él quiere más tiempo contigo y tú también, él quiere más noches contigo y tú también, el quiere más de ti... -Cada vez necesita más porque ya estaba necesitado, desde mucho tiempo atrás.

Y empiezan las cosas raras cuando tú comienzas a hacer todas las cosas que él te ha pedido -y otras que no te ha pedido de propina-, porque es tu cachorrillo amado y te gusta consentirle un poquito.
De pronto tú estás con él pero es como si él no te viera, como en Ghost pero sin ser bonito. Él sólo ve sus problemas y sus necesidades y tú pasas a un segundo plano, eres la que los soluciona, como si trabajaras para él o algo así. Ya no te valora por lo que haces, es casi como si fuera tu obligación solventarlo todo. Ya no cuentas para él, lo poquito que le pides no te lo da porque él está fatal y necesita muchas cosas.

-No te quejes, así empezaste y él ya estaba mal ya necesitaba cosas.
Respuesta en tu defensa:
-Ya, pero yo creía que el cambiaría cuando viera que yo le quería.
-San “yo creía” y san “yo pensaba” son hijos de doña Ignorancia.
El final no es bonito, apareció la fobia al compromiso de la que escribí ayer en forma de huida. Y como fue muy duro y triste todo; termino con una leyenda céltica que me contó Brave mientras montábamos a caballo y tirábamos con arco.

Cuenta la leyenda que hubo una vez en la vida dos cachorrillos abandonados:

El primer cachorrillo, cuando se hizo mayor, huyó de los brazos de su dueña y se fue corriendo como un perro de caza a los de una “perra” -(el término no es peyorativo, sólo sigo con la metáfora)- “pretechoni” que estaba en esa discoteca y la besó.
El segundo cachorrillo se hizo mayor también y su dueña confiada; lo dejó a solas sólo un momento para que aprendiera a estar solo y él se diera cuenta de que podía estar solo, porque ya era un perro mayor.
Pero otros perros vinieron a buscarle y él no podía esperar a su dueña, ella le había dejado solo y él necesitaba muchas cosas en todo momento; ellos le ofrecían compañía para ir a jugar y él aceptó.
Se fueron todos a un parque muy grande y conoció a una perra en celo abandonada -(no va con segundas, es que ellos son perros abandonados)-. El perro se dejó llevar por sus instintos primarios y decidió en ese momento abandonar la casa de su dueña, no iba a volver nunca más, quería consumar con la perra en celo y lo hizo. Y así, el cachorrillo abandonado del principio resultó ser un pitbull que había olvidado a su dueña; pensad que no se puede luchar contra los instintos perrunos y, si se podía, él no sabía.
Y él y su perra en celo pasaron el resto de sus días felices y juntos en una perrera muy cercana a la casa de su dueña. FIN

1 comentarios:

Unknown dijo...

Absolutamente cierto. No saben defenderse ni reclamar lo que es suyo, por tanto, cuando la pareja en cuestión se cansa de aguantar al perrito abandonado porque no espabila (ni espabilará), cuando se harta de irle detrás y que todo sean lamentos y desgracias, el perrillo se queda simplemente contemplando el vacío existencial sin nada que aportar ni argumentar, y la observa alejarse haciendo el moonwalk (como dirías tu) sin inmutarse. Luego la culpa es de ella (y así lo interpretarán sus nuevas novias y amigos). Y él no es que haya hecho algo malo, es que directamente no ha hecho nada.

Publicar un comentario