sábado, 1 de diciembre de 2012

Cincuenta sombras de traumas

...No se liberan en dos meses.

        En primer lugar pido perdón por si alguien tiene o sigue un blog serio y/o respetable sobre crítica literaria, yo voy a hacer una modesta contribución -por llamarlo algo- en mi peculiar o raro estilo.

       Dejando al margen que la trilogía me ha gustado y que la sexualidad de Grey es como para pedírsela por favor a los Reyes Magos para que al menos algún hombre con el que nos crucemos la tenga, daré mi opinión.

       Antes de entrar en materia, mucha gente me ha dicho, y se dice y se comenta en la red, que es literatutra basura y/o porno para mamis. Yo nunca había leído novela erótica así que por ese motivo alomejor el libro me ha gustado. Evidentemente no tiene la calidad literaria de “El Quijote” “ese libro del que todo el mundo o casi todo el mundo habla alguna vez en su vida y que casi nadie ha leído” -como decía mi antiguo profesor de gríego del instituto-. Pero aunque no sea literatura de calidad, tiene el típico “algo” que engancha y eso junto con una buena promoción crean un best seller (súper ventas para los que estudiamos con la LOGSE).

     Desde el punto de vista de la temática de este blog, a saber; “sufrir por amor”, “cómo dejar de sufrir por amor”, “autoestima” y sobretodo “las mujeres que aman demasiado” diré que el mensaje que nos vende el libro son los padres. Cuando me refiero al mensaje, hago alusión al archi-comentado mito que me esfuerzo por desmontar en cada post: “el amor de una buena mujer puede cambiar a un hombre”. Para mí ese es el mensaje que se publicita expresa y tácitamente en la trilogía de E.L. James. 

      Como ya he escrito en otras ocasiones, especialmente a las mujeres, se nos inculca por todas partes; música, cine , literatura... La subliminal idea de dar amor a otros sin pedir nada a cambio, la subliminal idea, muy de los cincuenta y más de moda en los ochenta de que “el chico malo” conflictivo y/o problemático cambiará gracias al amor incondicional y la infinita paciencia de una buena mujer. Para muestra un botón: El ideal Disney de La Bella y la Bestia. Maravilloso el ideal y un gran filón creativo para el cine y la literatura, de hecho la señora James ha publicado un best seller, pero como ya sabemos; bastante doloroso en la vida real... Si tenemos una sola vida de una media de ochenta años y dedicamos 20 a cambiar a un hombre, creo que no me salen las cuentas...

     Resulta que el atormentado y traumatizado Grey ha probado todo tipo de terapias; conductista, sistémica, psicoanálisis, humanista... Muy interesante porque no sé si lo he dicho ya, pero la mayoría de “mujeres que aman demasiado” están de acuerdo en que su pareja requiere de una psicoterapia por motivos varios. En el pódium; depresión, alcoholismo, drogadicción... Son los males comunes de las parejas de las mujeres que aman demasiado. El señor Grey ha hecho todo tipo de terapias y todas han fallado, lo único que le ha ido bien de verdad ha sido...redobles ... TATA TACHÁN TACHÁN... ¡el amor de Anastasia!

     La que quiera engañarse que se engañe, yo me he engañado muchas veces y he repetido con gusto y alevosía, y me considero muy romántica pero el amor no es el mejor de los psicólogos ni de los psiquiatras, que no os vendan esa moto. En este sentido, es absolutamente ingenuo creer, por seguir con el libro, que en cuestión de dos meses un hombre con los traumas psicológicos y carencias internas de Grey vaya un buen día de repente a convertir, lo que podría haber sido sin duda la sumisa número 16 en la mujer de su vida, su amor, su más , su esposa y la madre de sus hijos... Resulta que las otras 15 eran iguales que Anastasia, estética y físicamente. “Me gusta pegar y someter a chicas menudas, morenas y de ojos claros porque me recuerdan a la puta adicta al crack”- le dice Grey a Anastasia haciendo una clara alusión a su madre y al por qué de sus preferencias sexuales de dominación. Entonces, ¿qué hace diferente a Anastasia de las otras quince? ¿El amor? ¿Que se ha enamorado y nunca le había pasado? Vamos chicas, que no os engañen. Toda mujer que ama demasiado se cree que con ella la relación será diferente, se cree eso de “con las otras tuvo mala suerte, no supieron llevarle”. Pero es que a las personas no se las lleva porque no son un coche. Si un hombre es cualquier perfil tipo, o similar a: cachorro abandonado, Don Juan, novio Ikea... NO VA A CAMBIAR, ni con tu gran amor ni con los veinte o treinta que tenga en toda su vida. Nadie cambia por nadie, la gente cambia por sí misma y a veces para cambiar por y para uno mismo necesitamos ayuda (profesional), todos somos reticentes al cambio... Todos.

    Amén de la pasión literaria que se tienen Grey y Anastasia, su relación llevada a la realidad es una montaña rusa altamente destructiva. Bajo mi punto de vista crítico y echando mano del recurso de E.L. James diré que la psicóloga que llevo dentro opina, dicho burdamente, que ninguno de los dos está bien de la cabeza. Él por lo menos se trata y a ella no le vendría nada mal... Una relación entre dos personas así sólo sale bien en las novelas y en el cine, de nada.
Ya sé que la historia es una novela y por tanto irreal, pero la critico como si lo fuera [real] porque el concepto de él cambiará por ti, sí es muy real y mucha gente (sobretodo mujeres) lo cree.

Por un lado, merece unas líneas su ruptura de limón, reconciliación de naranja. Típico: todo son risas y panderetas con tu novio hasta que te pega con un cinturón mientras tú vas contando en voz alta y te vas de su casa cabreada y lo dejas, luego él te regala dos docenas de rosas blancas y aquí no ha pasado nada.
En la vida real esto no pasa, me refiero a que si un hombre te pega aunque te pida perdón y te regale rosas lo volverá a hacer, no será algo anecdótico que ocurra una sola vez, ya sé que es una novela, pero quería dejarlo claro.

Por otra parte creo que gran parte del erotismo que se desprende de la misma es, -(a parte de por lo sexual, poderoso, rico y la fastuosidad de la vida de Grey)- debido a que; -(dejando el BDSM de postal que practican a un lado)-, muchas cosas de la vida sexual del matrimonio Grey son practicables en casa. Es decir, Grey es un hombre creado por una mujer y por lo tanto, sabe bien como tratar a una mujer en la cama y fuera de ella para hacerla sentirse sexy y deseada, creo que eso es gran parte del erotismo (perdón por repetir la palabra) que se desprende de la trilogía. He hecho alusión al BDSM de postal que practican porque realmente el sado no es tan “bonito”. Vivimos en la era de internet, os invito a investigar sobre ello...

      Para mí que no me tengo por monja hay al menos dos momentos coitales surrealistas en el libro a los que no quiero dejar de hacer una mención especial. Primero; el momento coito en un párking público post-persecución automovilística a gran velocidad dónde han estado a punto de ser asesinados y el segundo; practicar sado atada a una cruz de madera y ser fustigada estando embarazada. -¿Es que nadie piensa en los niños?- Cosas muy normales, muy de a pié y que por supuesto ha hecho todo el mundo, -estoy siendo sarcástica-. Creo que aquí le pasó a la Sra. James lo que les pasará estas navidades a los vendedores del iPhone 5; “se le fue de las manos”.

     Para terminar, supongo que este post va a ser de lo más impopular por lo de extrapolar una relación novelesca ficticia a una real, pero no quería dejar de hablar de este ejemplo relacional destructivo que como digo se nos vende por todos los medios y opino que la trilogía cincuenta sombras no es una excepción.
    Una práctica que vengo realizando desde hace casi un año es observar críticamente cómo -en el sentido de en qué manera- se nos vende a las mujeres la idea de que es “normal” sufrir por amor y que “amores reñidos son los más queridos”. Pues NO, NO Y NO querido refranero español, si sabes contar no cuentes conmigo. Si queréis fijáos en las canciones de la radio, las letras de desamor que escuchamos, los sentimientos de los que nos hablan, las historias de amor comerciales tipo “tengo ganas de ti” qué ideas nos venden... Es escalofriante.
     Sufrir por amor, no es normal y si aún pensáis que lo es, no debe ser normal, que nadie os lo haga creer. El amor es vida y felicidad tal y como yo lo entiendo y sino es que es otra cosa -aunque puedo estar estrepitosamente equivocada, claro-.

Hace relativamente poco César me dijo: “los príncipes azules no existen tía, tienes que aprender eso y tenerlo claro”. Gracias a que me encuentro mucho mejor y más fuerte para no caer en las garras de hombres así con la facilidad de antes, no le dije nada, pero en mi mente me dije alto y claro: “lo que sí tengo claro y he aprendido es que no eres tú”. Yo no sé si los príncipes azules existen o no existen, depende de lo que cada una entienda por ello. Yo más bien he conocido a muchos sapos y nunca tuve un príncipe, lo que sí tengo claro es que si un hombre te ama de verdad hará lo posible y lo imposible por ser tu príncipe sin necesidad de matar dragones.
Los hombres sanos psicológicamente y que aman de verdad existen y no son los padres como suelo decir -(aunque yo no haya conocido a ninguno aún)- y no por eso hay que conformarse con menos. Y por cierto, si no existen me tengo a mí misma y como bien decía mi sabio padre “no hay como uno solo llevándose bien”.

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