martes, 31 de diciembre de 2013

2013

Cerrar etapas siempre me ha resultado duro en todos los ámbitos de la vida.

Sin lugar a dudas el 2013 ha sido mucho mejor que el 2012 y me siento muy agradecida por ello. “Lo que me pasa es siempre lo mejor que me puede pasar”.

Empecé el año tratando de desengancharme de alguien, más bien, de desintoxicarme e independizarme emocionalmente. Creía que ya había aprendido a no prostituirme emocionalmente y creía también que ya no sentiría dependencia por nadie pero la vida me mandó directa a la recuperación, aunque me dijo que cada vez suspendo menos mal y que pronto aprobaré... Pasé ese examen con nombre y apellidos pero sabe dios lo que me costó. Hoy siento una profunda compasión por lo que fuimos el uno para el otro, hoy lo entiendo todo. Pero las prácticas me siguen fallando en los temas del corazón.

Continué el año cargando con la promesa que le hice a mi padre de terminar la carrera, con el peso de la presión de mi madre y de todos los que no entendieron lo que es perder a un padre como el que tuve y trataron de hundirme a golpe de adverbios temporales como ¿“aun” no has terminado? o “¿todavía” te quedan tres? Y “ya” hace tres años, deberías tenerlo superado. Estoy profundamente agradecida a esas personas que la Vida puso en mi camino para que me viniera abajo, sólo me hicieron todavía más fuerte porque se ve que aun no sabía lo fuerte que soy.

Enfermé del estómago por tragar tanta ansiedad, rabia y dolor, pero desde entonces las enfermedades para mí sólo son avisos de nuestro cuerpo para que le hagamos caso y paremos porque algo estamos haciendo mal.

Así cursé el primer nivel de reiki y más tarde el segundo y las terapias alternativas me sanaron. Esto ha sido lo mejor de 2012 para mí. Acercarme a ese mundo y participar de él.

En junio me rompí cansada de pelear con todo y que todo me saliera mal académicamente. Luchar para perder siempre pudo conmigo y tiré la toalla. Juré intentarlo una última vez o dejarlo para siempre porque estaba harta de mi carrera y sus sinsabores.

Fui bendecida con un buen trabajo en verano cuyo precio fue no ver apenas el mar que amo ni a mis amistades. Pero terminé la carrera que estaba terminando conmigo. Terminé la carrera y como ya auguré no me alegré por ello, sólo me siento menos cargada, ya no debo nada a mi familia. Ellos tienen mi título y yo mi libertad, a todas luces he salido ganando.

Pude ver a mi mejor amiga dando el “sí quiero”. Ese día fue muy especial, entendí muchas cosas sobre mi gran amor, el amor de mi vida sin dudas, -pero soy joven, habrá más, a fuerza de repetirlo me lo acabaré creyendo-. Le vi, me vi y perdoné, aunque aun me quedan algunos flecos que no me he perdonado a mí misma. Cuando nos vi no me quedó más remedio que perdonar porque no existe mayor acto de amor y así le dije adiós y solté el cordel con el que sujetaba nuestro Universo y todos nuestros años. Solté nuestro Universo el que yo guardaba que era un globo en forma de corazón con todas las cosas buenas y malas que habíamos vivido juntos, ¡cuántas cosas había dentro! Solté el globo y se fue muy lejos en el cielo hasta que desapareció de mi vista. Lloré en un avión, no sé a cuantos kilómetros de altura. Ya de pequeña no soportaba que mis globos se fueran volando. Papá no iba a comprarme otro porque estaba en el cielo, yo solté el globo con nuestro Universo para que se fuera al cielo donde debí enviarlo hace mucho. Nunca había soltado nada adrede. Sigue sin gustarme soltar pero tuve que hacerlo, ya soy mayor para globos en forma de corazón ni para crear universos paralelos con quien no me quiere y aun dudamos si lo hizo alguna vez.

Siento mucha más aceptación por la muerte de mi padre desde este año.

Y me fui a vivir a Inglaterra en el penúltimo mes del año. La vida me ha puesto delante nuevos retos, personas y experiencias que creí que nunca volvería a sentir y otras que pensé que nunca sentiría. Ocurrió la magia cuando salí de la zona de confort de mi tierra.

He conocido personas maravillosas que me han llenado el corazón. Sé que todas estan ahí por algo, que unas se llevarán cosas, otras me las dejarán pero todas me enseñarán algo, eso lo tengo claro.

Despido el año llevando dos días con el corazón muy triste y sin entender muy bien por qué lo despido así, en este país y lejos de los míos. ¿Por qué acepté tal cosa?
Pero ya he escrito que pienso que lo que me pasa es lo mejor que me puede pasar así que ya vendrán más nocheviejas, espero que mejores que esta que me deja tanto frío y un sabor tan amargo.

Dicen que cerca del final es donde todo empieza.

He recopilado para vosotrxs las entradas del blog de este año que más visitas han recibido. Muchas gracias a todxs por leerme y por seguir ahí o haber llegado justo ahora. A todxs vosotros: luz, paz y amor y os deseo una mejor Nochevieja que la mía.



nueve semanas y media
escribir evita úlceras
hoy hace 3 años
eres más guapa de lo que crees

lunes, 23 de diciembre de 2013

Celos

Ríos de tinta han corrido casi tan rápido como la proyección de películas. Lo hemos visto en Otello, en Juana la loca, en Moulin Rouge... Me refiero por supuesto a los celos.

Los celos encierran muchos sentimientos y, para mí, ninguno de ellos es de amor en el sentido de amor sano que desde aquí trato de definir.

Opino que lo celos nunca proceden tanto de la conducta del otro como de nosotrxs mismxs. Los celos esconden una obsesión y una inseguridad, esconden falta de autorrespeto y de autoestima. La idea inconsciente de los celos es: “si no me quiere ¿quién me querrá? ¿por qué la quiere a ella y no a mí?”. Una persona que se respeta y con sana autoestima jamás experimentaría esa sensación.

Sé que lo que digo es del todo impopular puesto que he escuchado a no pocas mujeres decir eso de: “es que se enfada si quedo con otros chicos porque me tiene muy celosa” como si ello fuera algo de lo que vanagloriarse. Muchas personas -(especialmente mujeres)- consideran que a más celos de él, más queridas son. Me decanto por el equipo de los chicos que opinan todo lo contrario como yo lo hago.

También está la típica y manida frase de “soy celosx si me dan motivos”. Soy de la opinión de que los motivos nos los damos nosotros mismos, no el otro o la otra. Ya sé que lo que digo es muy difícil, pero no creo que sea imposible de lograr. Aspiro a que Shakira pueda bailarle el “waka-waka en paños menores en un cuarto oscuro a mi pareja y no ponerme celosa y a saber que si lo hago el problema es mío. Mi pareja no me pertenece, es un alma libre como la mía. Si quiere compartir su vida y su sexualidad conmigo seré muy feliz y sino es que no es para mí y debe volar libre hacia el waka- waka de Shakira o cualquier compañera o compañero que le plazca. El Universo tiene preparado algo mejor para mí. “Todo aquello que me pasa es lo mejor que me puede pasar”. Desde que practico esta filosofía de vida, mi vida ha cambiado. Todavía no he logrado ser inmune al hecho de no ser “la elegida”o“la preferida” por él en esa fase en que aun está todo en el aire y no se sabe qué sois, pero sé que cuanto más me ocupe de mí, menos me importarán estas cosas.

Hablando de fases. Es una pena la necesidad de posesión y de marcar y definir al otro como algo nuestro y marcarlo con un hierro al rojo vivo cual “esta vaca es mía” para que todo el mundo lo sepa y nosotras durmamos tranquilas. ¡Cómo si ser novios, matrimonio, estar en una relación en facebook o tener un álbum de fotos rubricado “nosotros” con corazones y caras sonrientes fuera una garantía de fidelidad!

Como mujer cornuda en Navidad que he sido y en el resto de estaciones, la vida me enseñó una valiosa lección; si te va a ser infiel es porque quiere y porque puede y lo será de todas formas. De nada sirve ser celosa, posesiva, controladora. Igualmente lo hará, buscará el método. Y si estás ahí sé que no me crees, pero hasta te está haciendo un favor si esos cuernos son los últimos y puedes empezar a vivir para ti misma.

Como mujer a la que han abandonado como un perro en la autopista y he sido sustituída inmediatamente y por lo tanto me he puesto celosa por ello, la vida me enseñó otra valiosa lección. Primero; confía, llora y respira hondo. Después, la(s) mala(s) experiencia(s) y la terapia para sanar la dependencia emocional, me enseñaron que los que se van con otra “al día siguiente”, no se van con ella porque (pon aquí tu motivo preferido para destruirte y torturarte) se van con otra porque no saben estar solos. Pura y simplemente por eso. Primero fue su mamá y después necesitan a cualquier otra mujer, la que sea, no escogen, todas les vienen bien, para que les acompañe siempre y les solucione la vida. Siempre buscarán a otra porque solos no tienen ni puñetera idea de qué hacer con su vida.
Un día en casa en un momento de inspiración mientras aun estaba con el último dependiente con el que he estado pensé. ¿Si un día tenemos un hijo y se pone enfermo qué hará, llamar a su madre, llorar? Y si yo me pongo enferma y necesito su ayuda ¿qué hará?, ¿Decirme que tiene miedo y que lo siente pero que no puede soportarlo?

También mi orgullo quiere participar en este debate y añadir que nunca nos cambian por algo mejor, siempre nos cambian por algo más fácil. No pretendo denigrar a ninguna mujer cuando digo ´”algo”, me refiero a que a ellos les parece que su relación es mejor que la que teníais y no es que sea mejor es que es más fácil. Los hombres así (de dependientes, los que te cambian por otra al día siguiente) son inmaduros e irresponsables. Un hombre irresponsable nunca podrá comprometerse contigo ni con nadie así sea Adriana Lima con alas. Un hombre irresponsable no está comprometido consigo mismo y no sabe quién es, ni qué quiere. Primero mamá y después sus novias, las cuales ha ido enlazando haciendo liana se han encargado de su vida. Lo más fácil para este tipo de hombres siempre será una relación nueva y una chica nueva, ello siempre es algo más fácil que ser un hombre, ser responsable, ser comprometido e intentar arreglar las cosas. Y por supuesto, si no tienen arreglo, terminar bien. Pero nunca podemos esperar que esta clase de hombres termine bien con nosotras y si tanto lo queremos, sólo podemos desearle que él termine bien consigo mismo.

Para terminar, ¿qué ocurre con los celos extra-matrimoniales? Esos que se siente cuando alguien empieza a gustarte o cuando ya se ha terminado... Hace poco alguien me dijo que los celos en ese caso no son celos, es rabia o egoísmo. Puesto que la rabia es dolor camuflado estoy de acuerdo. Entiendo la rabia y el dolor por las expectativas truncadas en el primer caso, o por los proyectos fracasados en el segundo.
En cuanto al egoísmo por querer a esa persona para nosotros y no aceptar que esa persona quiere a otra; una relación desde el ego siempre se relacionará contra otro ego o con el ego del otro, nunca tendrá acceso a la esencia (al corazón). Si el ego es la coraza y nos relacionamos con la coraza puesta no podemos abrazarnos de verdad, las corazas (los egos) chocan, parece que se pelean, hacen ruido y molesta porque es desagradable ese juego/combate de egos de acción y reacción.
Pero si nos atrevemos a dejar la coraza y a abrazarnos a ciegas podremos expresar y no discutir, podremos pedir, comunicarnos y no exigir. Podremos decir: “sí, es verdad preferiría gustarte yo pero te deseo lo mejor si no sientes lo mismo, no eres para mí”. Tan importante como saber abrazar la esencia del otro, es saber soltarlo sobre todo si quiere irse. No ates a nadie nunca porque el corazón no se ata, la coraza sí y ahí está toda la basurita de uno.

Ese es el amor, sincero y sin celos, que quiero ofrecer y que deseo recibir, llamadme soñadora.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Hipatia

No sé si alguien vio hace unos años la película “Ágora” de Alejandro Amenábar. Pese a que dicen los entendidos que ésta pisotea la historia deliberadamente, me gustó mucho y ayer mismo recordé al personaje de Hipatia.

Como sabéis, Hipatia ha sido aclamada desde antiguo por movimientos feministas como un ejemplo de mujer hecha a sí misma, luchadora e inteligente, entregada a la enseñanza y el pensamiento, e incluso liberada sexualmente (de lo cual no hay datos históricos de rigor).

Ayer, por circunstancias del corazón y de la vida londinense recordé, como persona no entendida en el tema que soy, la película. Más concretamente la muerte de Hipatia y cómo uno de sus discípulos -(yo creo que enamorado de ella)- la asfixia porque sabe que un tumulto de cristianos enfurecidos van a lapidarla hasta la muerte. Simplemente me parece el momento de mayor carga dramática, ella acepta su muerte cierra los ojos lentamente dando a entender que ha entendido que es mejor morir así que lapidada. No me sorprende en absoluto la aceptación de su propia muerte, sin duda era una mente brillante y portentosa la que ostentaba.

Esta muerte me llevó a reflexionar algo que habitualmente digo a mis amistades y a mí misma en temas del corazón. “¿Qué prefieres: la muerte o la agonía?”

Al principio, cuando conocemos a alguien, como ya he dicho otras veces, se nos muestra el/la otrx en todo su esplendor -y oscuridad-, sólo hay que mantener los ojos bien abiertos y ser sincerx con unx mismx. Pero no pongáis esa cara de alivio que parece fácil pero a la hora de la verdad, el corazón nos juega malas pasadas. De esta forma, si no es valiente cuando le conoces, no lo será y si no te pregunta por tus cosas ya desde el principio, no esperes que lo haga movido por el clásico “deus ex machina”; el amor. Le gusta hablar de él y no de ti (alarma), no te está engañando lo está mostrando abiertamente y te lo está demostrando no incurriendo nunca ni por accidente en la consideración de preguntarte cómo estás o de pensar que alomejor estás absolutamente agotada y que mueres por dormir, pero claro, "pobrecito (otra alarma) está muy triste y ha tenido un día horrible, ¿y tú qué? tú sin embargo puedes con todx porque eres Harry Potter (sal corriendo).

En cualquier caso, la responsabilidad es de una misma, cuando en lugar de escucharnos a nosotras mismas y decirnos en un alarde de sinceridad “estoy muy cansada, (y haciendo el idiota muy bien) primero yo (mi bienestar) y luego él” seguimos ahí, a las migajas, a las tantas de la noche, como un perro muerto de hambre a ver si así ve que soy más buena que las uvas con queso y me quiere para siempre jamás amén. No es culpa de que él sea egoísta o deje de serlo (decía mi padre que “cada uno es como es y bastante desgracia tiene"). Es responsabilidad nuestra prostituirnos emocionalmente con premeditación y alevosía. Él no tiene la culpa porque somos dueñas de nuestra vida y podemos elegir quedarnos a las migajas por si caen, o pensar más en nosotras y valorarnos. Esto es, la muerte o la agonía de la que hablaba antes.

Aún así, a menudo la falta de afecto, el aburrimiento o la necesidad de creer que sí, que por qué no, que tal vez es hora ya de abrir el corazón y rezumar corazoncitos rosas y rojos correteando por una verde pradera... Tal vez eso nos haga caer en el error de que cambiará. Pero nunca cambian nada -(salvo de novia y si eres tú, que los dioses te ayuden)- y a mi edad y con lo que llevo a las espaldas lo sé de más, pero da igual. De pronto estoy ahí otra vez, en el mismo juego en el que otro ha empezado la partida y claro... Yo estaba tan aburrida y sola que ya estábamos con el juegos reunidos. 


 
Tristemente (y no lo digo por dar ideas) los juegos del ego y estrategias de “ahora paso de ti para que me hagas caso" siempre funcionan de un modo u otro. Pero ya soy mayor para juegos, no quiero jugar, para tonterías me bastan las que me invento para hacerme reír. Me quiero más que para contentarme con alguien que me dedica su tiempo porque “ahora paso de él, ahora le hago caso”, valgo más que para mantener a alguien a mi lado suscitando su interés a golpe de estrategias infantiloides tales como no hablarle. Así que prefiero asfixiar todas las mariposas de mi estómago lentamente y ver cómo mueren. Elijo la asfixia de Hipatia para todo sentimiento que haya podido tener porque ya he muerto lapidada emocionalmente varias veces y no es un juego divertido, si quiere jugar creo que ya ha salido la Play Station 4.
Seamos inteligentes como Hipatia, aunque duela, nuestra dignidad lo merece.

viernes, 6 de diciembre de 2013

6 de diciembre

Querido padre:

No puedo creerlo pero va a hacer 3 años que no estás físicamente aquí conmigo, me siento nostálgica y melancólica por ello pero ya sabes que soy demasiado sensible, siempre lo he sido y por eso siempre me creí todas las historias que me contabas, como aquella en la que la madre de Bambi no estaba muerta, sino que estaba escondida tras los arbustos... Puede parecértelo por el desdén, pero no estoy enfadada, es sólo que me protegiste demasiado siempre, pero no sabías quererme de otra forma.

Quererme así casi te costó la vida padre y eso no está bien tienes que saberlo. Como aquel día en la playa que casi te ahogaste nadando desesperadamente porque la marea se llevaba mi pelota en forma de tomate y yo estaba llorando en la orilla. Padre, esa pelota no valía nada ¡por favor! por muy importante que fuera para mí y por mucha pena que dieran mis pucheritos con seis años y mi llanto a lágrima viva, tu vida valía muchísimo. Debiste dejarla marchar y decirle adiós a la pelota conmigo desde la orilla, me habría gustado aprender a perder contigo y no con esos chicos no muy buenos que fueron mis novios años más tarde. Yo creía que todos serían tan buenos como tú lo eras conmigo, eras el hombre de mi vida, yo me creía que me querrían como tú a mamá, yo no sabía que había hombres malos que hacían daño a las mujeres. Debiste decirme que hay personas en el mundo que sólo quieren hacer daño y que pueden partirte el corazón en constelaciones enteras, no estuviste muy lúcido callándote eso; que era un riesgo que me podría ocurrir también a mí y que tenía que ser valiente de todas formas y que podría superarlo. Te estoy dando mucha caña papá pero que no te duela, te lo has currado mucho como padre de verdad. Tú no te enteraste mucho porque bueno... Eras mi padre, pero me han hecho mucho daño. Yo creía que si era tan buena con ellos como tú eras conmigo, les protegía como tú hacías conmigo y les pintaba un mundo de colores y aventuras me querrían como yo a ti. Ya sé que es muy complicado lo que te digo padre, y que me dirías que soy más rara que un perro verde, pero es que pasó exactamente así y no veas toda la terapia que me he tenido que tragar por ello, porque te fuiste muy pronto y porque no entendía nada de lo que estaba pasándome. Mi psicóloga es muy maja, fíjate que me ha aguantado con todo lo que hablo, lo loca que estoy y lo difícil que he sido. Te habría caído muy bien y seguro que se la habrías torrado un montón haciéndole muchas preguntas y contándole muchas cosas de psicología inventadas por ti mismo para hacer ver que sabías más cosas de las que sabes y le hubieras contado chistes sin gracia. Siempre hacías lo mismo y yo ponía los ojos en blanco.

Tan sensible era yo que si se me iba volando un globo y se me perdía ya me traías otro en seguida o dos. Si veías un twingo como yo los odiaba simplemente me decías “Carmencita no mires” y yo ya sabía que ese coche horrible y que me ponía de mal humor estaba ahí y no debía mirar para ser feliz...

Desde que era muy pequeña -y especialmente con el episodio del rescate de los socorristas de Cruz Roja en la playa cuando fuiste a por mi pelota- supe que arriesgarías tu vida para salvarme del llanto, de la pena y de la pérdida. Pero al morirte tú, con perdón, se nos jodió el chiringuito y montar un kiosko está muy caro. Ya no estabas para salvarme del llanto y ojalá sólo hubiera sido llanto como cuando la pelota, pero es que el mundo dejó de girar papá y tú no estabas más en él. -¿Entiendes por qué debiste enseñarme a perder algo alguna vez?­ De todas formas gracias padre por haberme dado tanto amor y haberme hecho sentir tan querida, siempre tengo todo ese cariño paterno conmigo , sé que estás en mí y que he tenido mucha suerte de poder disfrutar un padre así durante 23 años y no olvidarlo nunca.

Estás en mi lunar sobre el labio, en mi nariz y en mis pequeñas manos. Estás en los hombres de tu edad que van por la calle vestidos de maestro zamorano como tú. Estás en todas las cosas porque has trascendido, sé que estás en el Universo otra vez aunque no sepa donde.

He cumplido dos de las promesas que te hice cuando dejaste de respirar en el hospital y toda esa gente que no pintaban nada (tal vez no tenían lienzos ahora que caigo) nos dejaron despedirnos a ti y a mí solos. Me dió mucha pena hablar contigo y que no me contestaras, era la primera vez que eso pasaba y siempre sería así. He cuidado a mamá y a mi hermana lo mejor que he podido y sabido como tú lo habrías hecho. He terminado la carrera este año, sé que era muy importante para ti. En tu honor ahí está, quiero que sepas que no me ha valido la pena todo lo que he sufrido por ese papel, pero ya lo tenemos papá. Sé que te prometí que intentaría hacer que cada día de mi vida estuvieras orgulloso de mí, pero no lo he conseguido, me dejaste un vacío muy grande mucho tiempo y me hice mucho daño a mí misma por ello. Espero que puedas perdonarme, yo casi ya me he perdonado todo el daño que me hice y que me dejé hacer. No soy perfecta papá, no lo puedo todo. Eso no estuvo bien, me hiciste creer que podía lograr cualquier cosa que me propusiera, pero los que montan el desfile de Victoria's Secret no opinan igual que tú. No, ahora en serio, era sólo para que te rieras un poco porque sé que estarás llorando con mi carta papá porque te estás haciendo viejo. No puedo conseguir todo lo que me proponga porque soy humana y no todo depende de mí. Cuando enfermaste me propuse protegeros a todos, especialmente a ti. Me propuse tener cáncer yo y morirme yo en vez de tú y míranos tú allí y yo aquí. Me propuse protegerte mientras vivieras y un momento que me fui a hacer la compra para casa te caíste solo en la habitación sin que yo estuviera allí para protegerte de caer o decirte que no te levantaras de la cama que aun estabas bajo los efectos de la anestesia. Si me hubieran arrancado las uñas una por una no me habría dolido tanto como saber que te caíste porque yo no estaba allí¿entiendes por qué tengo razón y no debiste hacerme creer que puedo conseguir todo lo que me proponga? Yo me propuse dar mi vida por la tuya y no funcionó y luego ya no me propuse nunca más nada durante mucho tiempo.

Ahora me siento mejor, ya no te debo el terminar la carrera. Era una deuda que tenía contigo a un tipo de interés muy bajo por mi parte.

Tienes que estar tranquilo, realizado y feliz papá, te echamos mucho de menos pero las 3 estamos bien. Yo estoy viviendo en Londres y me va bien, aun aquí veo y siento cosas que me demuestran que estás muy cerca de mí. Me siento muy fuerte ahora padre no te preocupes por mí porque me rompí en muchos pedazos y me hice de nuevo y ahora soy más fuerte que nunca.
Voy entendiendo cada vez más porque tuviste que marcharte pero me gustaría mucho que estuvieras aquí. Quiero darte las gracias por marcharte día 6 de diciembre para que podamos tener unas felices navidades alguna otra vez en la vida. Echo de menos montar el belén y el árbol de Navidad contigo con todos esos adornos horribles que teníamos y hacer sopa de Navidad contigo, nunca ha vuelto a ser Navidad en casa, pero estaré bien con tu familia, la mía.

Tienes que saber que no tengo novio papá porque me da mucho miedo volver donde he estado ¿qué te parece? Con lo pequeño que eras y el listón tan alto que dejaste, parece mentira...

Me acuerdo mucho de todas las veces que me daban ataques de asma de pequeña y me llevabas de madrugada al hospital en brazos para que mamá pudiera descansar, me acuerdo de aquella vez con 41 de fiebre que yo no podía hablar ni ver bien y te escuché pelear con los médicos “¡que yo me quedo con mi hija le digo y si no le parece bien llame a su superior, la niña está muy asustada! Nunca ha tenido tanta fiebre”. Me acuerdo de cuando me llevabas a natación y me hacías esa coleta de cebolla horrible arrebatándome la dignidad infantil porque era el único peinado que sabías hacerme con todo el pelo que tengo. De como me enseñaste a cortar patatas onduladas y a cocinar, a no llorar por no saber atarme los zapatos tan rápido como mi hermana, de cuando me regalaste todos los libros de Harry Potter atados con un lazo de raso, de lo mal que conducías en serio papá, nadie podía conducir peor que tú ni más distraído, qué mal me lo hacías pasar...
Por todo esto, no tengo esperanza de encontrar un padre tan bueno como tú para mis hijos aunque eso ya no me quita el sueño, sola o acompañada -si es para bien-, si tengo un niño se llamará como tú. Ya sé que no te gustaba tu nombre pero no voy a discutir contigo padre, te digo que a mí me hace ilusión que mi hijo se llame como tú y punto.
Me voy a despedir con esta canción que escuchabas cuando me acunabas de bebé para que me durmiera. Recuerdo cuando me dijiste mientras escuchábamos esta canción “cuando eras un bebé y no había quien te hiciera dormir si no era dando vueltas con el coche o meciéndote en el cochecito. Siempre que escuchaba esta canción lloraba mucho pensando en cuando fueras mayor y te fueras de casa”. Papá, estaba muy bien que fueras tan sentido y sensible, pero por favor, menos ñoñería hombre. No me ayudaste nada con eso, me hiciste creer que si me iba de casa te morirías de pena y por eso nunca me fui a estudiar fuera, igualmente te perdono porque es que eras muy mono. Todas esas cosas las hacías porque me querías a tu manera, sin límite, por encima de ti y así no se puede ni se debe amar padre, esas cosas pueden costar la vida de uno mismo.

Gracias por permitirme ser y existir y conocerte, ha sido el mejor regalo de mi vida. Hasta Siempre.





martes, 5 de noviembre de 2013

Eres más guapa de lo que crees

Hace algun tiempo ya que circula por internet un anuncio de Dove en el que un artista forense elabora dos retratos de mujeres desconocidas para él; uno según la descripción que éstas individualmente le dan, el otro a partir de la descripción que otros dan de ellas.

De todo el vídeo la que me hizo llorar y me emocionó fue la mujer rubia de pelo corto con el simple hecho de decir que, en el retrato que el forense ha realizado de ella a partir de la descripción de otros, se ve feliz a sí misma.

     En Primaria cuando iba al colegio había una chica -(en realidad había más de una en idénticas circunstancias pero ésta captó mi atención)- que tenía problemas de sobrepeso. No era una niña delgada ni esbelta, tampoco era muy agraciada físicamente, tenía el pelo grueso como hilo de pescar e indomable, además llevaba gafas enormes, zapatos ortopédicos porque tenía los pies planos y llevaba plantillas para corregirlos y también aparatos.
      Tengo una teoría discutible y no científica sobre que en los colegios cuando alguien o algunos empieza a meterse con otro alguien los demás les siguen porque sí, pero claro cuando somos niños no vemos estas cosas. Digo esto porque aquella niña fue blanco de la teoría que acabo de describir.
       Recuerdo un día de tantos -pero este no me dejó indiferente-. A ella le gustaba un chico dos años mayor que ella (cosas de la infancia) y claro, todo el colegio lo sabía y él también y la insultaba constantemente.
      Recuerdo perfectamente como toda la clase de ese chico se metían con ella cada día y cada vez que la veían. Siempre eran los mismos insultos; “gorda”, "puta gorda", “ballena”, “foca”, “vaca”, “cerda”. Algunos realizaban mugidos de vaca para burlarse de ella mientras que otros por su parte optaban por los gruñidos de cerdo, supongo que era la forma que tenían de darle los buenos días desde la granja de playmobil, pero más cruelmente claro.
      Recuerdo que muchos días le tiraban alguna que otra bola de papel de plata a la cabeza para luego darse codazos entre ellos y reírse (cosas de críos sí, pero que marcan profundamente, también).
     Ese día del que hablo le tiraron muchas bolas de papel de plata mientras mugía y gruñía la granja de playmobil, la insultaban y además le escupían. Me parece un excelente momento para decir que íbamos a un colegio concertado y de monjas. Tal vez el problema radica en que las enseñanzas y valores que recibimos fueron: “amaos los unos a los otros mientras el otro no sea gordo”. No recuerdo a nadie del profesorado interviniendo para parar la lluvia de “escupitajos” que caían sobre aquella chica... No lo recuerdo porque nunca pasó. Nunca se hacía nada ante esas circunstancias.
      Supe que esa chica obviamente estaba muy acomplejada por sus problemas de sobrepeso pero nunca la vi mostrar debilidad ante la gente. En el patio se burlaban de ella mientras se comía el bocadillo y le gritaban cosas como: ¡Doraemon cómete otro! O ¿estás embarazada?

Me confesó alguna vez que en casa la situación no era mejor, siempre fue “la gordita”, “la fuertecita”...

Ya siendo un poco más mayor en la secundaria las cosas continuaban igual pero con el agravante de que el sexo masculino le decía cosas como “es que me quiero enrollar con tu amiga que está más buena que tú, pero líate con mi amigo” o se enteraba de que algunos chicos que le hablaban y hacían caso se avergonzaban de que otros chicos supieran que hablaba con “la gorda”. Ella ya tenía muy asumido que era normal que los chicos se avergonzaran físicamente de ella porque ella estaba gorda y eso, obviamente, si te lo han repetido toda la infancia y pre-adolescencia mientras te escupen, mugen y gruñen como si ser gorda fuera un pecado capital, te lo acabas creyendo.

Demasiadas veces (una ya es demasiado) pensó en dejar de comer o vomitar, había chicas que lo hacían y eran las más populares ¿por qué esa mierda es tan importante cuando somos niñas? Muchas veces lo pensó pero se repetía que tenía que aguantar, que tal vez algún día se cansarían de meterse con ella y todo habría terminado, que incluso alguien le pediría disculpas y serían amigos... Ella habría perdonado a cualquiera que se hubiera disculpado. Puede parecer muy tonto a los ojos de un adulto pero ella todas las noches rezaba para que el día siguiente fuera ese día en que se hubieran cansado de vejarla. Cada mañana llegaba al colegio con su mochila "ellesse" rosa y floreada, su sonrisa aparatosa, sus zapatones ortopédicos y sus gafotas y hasta que no llegaba a clase no se sentía a salvo. En su propia clase la mayoría la respetaban, si bien a las espaldas todos comentaban lo gorda que era y lo peor es que ella lo sabía.

Hubo bastantes chicas en ese colegio (no tengo datos de ningún chico) que desarrollaron trastornos alimentarios y fueron anoréxicas o bulímicas.

La chica de la que hablo nunca lo fue y lo sé porque soy yo misma, pero como contrapunto siempre me ha costado creer en mí y tener autoestima, siempre he creído que cuando alguien me alababa físicamente en algo me lo decía o dice porque le caigo bien y no porque sea verdad.

No es culpa de nadie. Es responsabilidad mía por no haber sabido ni saber a día de hoy ser lo bastante fuerte como para superar eso y aceptar los halagos sinceros de los demás por encima de mi inseguridad.
Pienso que si alguien ha vivido lo mismo que yo o algo similar este tipo de campañas publicitarias le producen cierta empatía, emoción y aliento de que esta sociedad tal vez no esté podrida del todo.

Por eso me conmueve el eslogan “You are more beautiful than you think”.(Eres más guapa de lo que crees).


Como dice la canción...





viernes, 1 de noviembre de 2013

Hoy hace 3 años

        Hoy hace tres años empezó la peor experiencia de mi vida. La cuenta atrás hasta la llegada del fatal día 6 de diciembre en que murió mi padre. Así, en un mes, gozando de una perfecta salud... Primero fue una bronquitis, luego resultó tener un pulmón encharcado... Dos semanas después era un cáncer terminal. Día 6 de diciembre dejó de respirar y murió ahogado por el cáncer que contrajo como fumador de dos cajetillas diarias de Ducados negro. Vale la pena pensar en si seguir fumando sólo si queréis pensarlo. Respeto todo lo que cada uno decida hacer.

         Desde 2010 en que la muerte se llevó a mi padre las fechas son terribles y para una persona como yo que tiene la fortuna de tener tan buena memoria para todo lo emocional resulta muy duro. Detesto recordar con igual intensidad lo bueno y lo malo, pero así es...

Desde que me ha pasado esto he sido dos cosas y me cuesta mucho aceptarlas y perdonarme. Muy egoísta y muy miserable.

He sido muy miserable por no poder alegrarme por los demás en sus alegrías ni celebrarlas con ellxs, por no aceptar que la vida sigue y que aunque yo estuviera pasando por el peor momento de mi vida a los demás les pasaran cosas maravillosas. No concibo nada más miserable que no sólo no poder alegrarse por la alegría ajena, sino entristecerse por la felicidad de los demás y yo hice eso. Pero no me salía sentir otra cosa.

Una de mis mejores amigas me invitó a su cena de graduación en su casa, con sus padres, una tarta con su foto con el birrete, sus amigxs... Vive muy cerca de mí. Le dije que tenía una cena y que no podía ir. Ella nunca ha sabido que me quedé en casa llorando. No podía enfrentar ni asumir que ella tenía unos padres vivos que la mirarían llenos de orgullo y amor mientras cortaba su tarta de graduación y que yo nunca tendría eso. Y no sólo eso, es que nunca más tendría un padre vivo. Considero por tanto muy mísero no poder alegrarse por el bien ajeno. Sólo puedo defenderme diciendo lo mal que me sentía, lo descorazonada y deprimida que estaba. Esta sólo es una anécdota de tantas fiestas, cumpleaños, graduaciones y celebraciones a las que he faltado y que por supuesto nadie se merecía lo mal que actué no estando.
He sido muy egoísta porque no podía ver más allá de mi dolor, ni estar por nadie, ni siquiera sabía y lo he ido aprendiendo en estos años, estar por mí misma. Sólo puedo disculparme y defenderme diciendo que no deseo que nadie sepa nunca lo que es que la vida te quite a un padre como al mío en un mes... Independientemente de lo que decidan los demás para conmigo y nuestra amistad, tengo que perdonarme por ello y dejar de sentirme culpable. Un día de estos...


Sé que me está quedando un post muy lúgubre y triste, pero ayer me sentí contenta conmigo misma y quería compartirlo porque sentí que todo el esfuerzo que llevo haciendo para recuperarme en estos años está dando sus frutos. Ayer noche de Halloween pude salir y pasarlo bien, dentro de lo que cabe, por primera vez en mucho tiempo y siendo la víspera del inicio de mi tragedia.
Por influencia cultural o por mi propia personalidad (no voy a culpar a nadie de mis sentimientos de los cuales soy plenamente responsable) sentía inconscientemente que mi sufrimiento por la muerte de mi padre probaba mi gran amor de hija. Es algo que en occidente está muy grabado en el inconsciente colectivo, parece que los duelos insuperables prueban mayor y más fuerte amor, cuando bajo mi punto de vista discutible sólo prueban un mayor trastorno por duelo patológico... Esta parrafada es para decir que me sentía culpable por salir, por vivir, por celebrar, mientras mi padre estaba muerto e incinerado. Y ya sé que él querría verme salir y divertirme, mejor que yo no lo sabe nadie, pero no me salía. No podía ni me apetecía, me daba ansiedad irme dos manzanas más lejos de mi casa (que no fueran para ir al gimnasio de la UIB).

Ahora que estoy con un pie fuera de mi tierra para irme lejos estoy cosechando lo bueno y también malo que he sembrado. No ha habido sorpresas porque soy mucho más dura conmigo misma que con los demás -(lo cual es mucho decir y quien me conoce lo sabe)- y por lo dura que soy conmigo, opino que no me merecía por lo mísera y egoísta que he sido que nadie estuviera conmigo para despedirme, o al menos muy poca gente. He fallado a muchas personas pero eso ya no puedo cambiarlo, y en lugar de devolvérmelo, va el Universo y me concede que mis amigxs vengan a mi fiesta de despedida y que ayer, que era un día muy difícil para mí, sin ellas saber la fecha exacta de mi tragedia, mis amigas, estuvieron pendientes de mí estando de fiesta y me preguntaron en todo momento si estaba bien ya que me veían muy seria. Traté de distraer su atención como hago cuando se trata de este tema para no hablar y romperme y normalmente funciona, pero que no funcione con ellas significa que algo profundo estamos construyendo entre nosotras. O así lo siento yo al menos, espero que no en solitario.

No sé si merezco lo bueno o no que me está viniendo, soy muy dura conmigo y sigo pensando que no lo merezco por haber fallado tanto, pero mereciéndolo o no, estoy muy agradecida al Universo y a la vida.

domingo, 27 de octubre de 2013

Me encantan las bodas

Este fin de semana he estado en Andalucía en la boda de unos amigos. Ha sido muy divertido. Quise escribirles algo y en principio creí que el texto sería para leer en la iglesia por lo que puesto aquí me parece demasiado formal, pero no deja de ser muy en la línea del blog y de lo que pienso sobre el amor y lo que personalmente creo que significa contraer matrimonio.

Si tenemos en cuenta que hay unos 7000 millones de personas en el mundo quizá alguien comparta conmigo que el amor es un encuentro. No se trata de un encuentro sencillo y por eso lo entiendo como el hallazgo de un tesoro espiritual y profundo que nos une sin que nada podamos hacer ni decir salvo rendirnos a ese sentimiento y aceptarlo.

Dos personas que nacen entre 7000 millones de personas más, no tienen en principio el camino fácil para encontrarse y unirse el uno al otro para siempre. Pero el Universo siempre tiene sus propios planes y si algo tengo claro es que si dos personas están destinadas a estar juntas lo estarán.

Todos hemos nacido a la Vida del amor de un hombre y de una mujer y por eso entiendo la celebración del matrimonio como ritual de formación de la pareja y a su vez, la formación de la pareja como el fin espiritual de la existencia humana y el sentido de la vida misma ya que en puridad de esa unión nacemos y por lo tanto somos. En esta creencia que explico y tengo, opino que todo en la vida nos dirige y encamina hacia el otro. Tengo claro que el amor es la fuerza que mueve al mundo. Entiendo pues, que todo lo que habéis vivido desde que vuestras familias de origen os dieron la vida os ha encaminado a este momento; a este “sí quiero” que hoy os habéis dado. Creo firmemente en esta suerte de amor que os deseo para siempre y que hoy -frente a la alegría de vuestras familias de origen y de vuestros amigos celebramos juntos y adquiere pleno sentido con vuestro matrimonio.

Deseo que la gran dicha de hoy sea ínfima con la que os esté por llegar y os merecéis. Deseo que cada día recordéis la promesa de amor eterno que hoy os hacéis y la reinventéis mejor y más sólida día tras día y año tras año. Que en los momentos de discusión o crisis que llegan a veces a todas las parejas recordéis que la igualdad y el respeto han fundado la vuestra y que, aunque diferentes, o teniendo diferencias en algún instante, no hay nunca mejores ni peores en una pareja sólo iguales, sólo el uno respetando al otro.

Deseo que nunca os lleguen las dificultades y que si lo hacen las enfrentéis con las manos entrelazadas como esposos aliados que hoy sellan su amor simbólicamente con la entrega recíproca de vuestras alianzas.

Deseo que de este amor profundo que os tenéis nazcan vuestros sin duda hermosos hijos y que podáis disfrutarlos todo cuanto la vida os permita y que sean más de cien años.

Vuestra familia amigos y yo misma os deseamos todo lo mejor para vuestro matrimonio y que seáis siempre felices.

jueves, 24 de octubre de 2013

Recuerdos

Hace poco alguien me preguntó si me felicitaba por mis logros y caí en la cuenta de que no. -Tengo una Rotenmeyer interior muy gruñona.



Hace también muy poco iba paseando por una de las calles de mi ciudad por la que he pasado muchas veces y entonces me asaltó un recuerdo a punta de pistola y casi me obligó a detenerme y alzar las manos.



Recordé algo tan cotidiano como que en esa calle estaba el dentista de Alejandro y empezó la película: me vi a mí misma años atrás, más joven, con el pelo por la cintura y más acné, subida a aquellos tacones que siempre llevaba a diario, con aquel móvil que no tenía whatsapp, con 20 años ¿cómo puede haber cambiado todo tanto en tan poco tiempo?... Estaba hablando por teléfono, mis amigas me proponían quedar para cenar y yo dije: “un momento me suena que tengo algo ese día por la tarde... -saqué la agenda- sí, eso era ¿ves? Ya sabía yo que tenía algo. No puedo quedar, Alejandro tiene dentista por la tarde. Menos mal que me apunto todas sus cosas porque pedimos cita hace tres semanas ¿te imagina que se me olvida? ¡Qué liada! pobrecito, no quiero que tenga que preocuparse por nada, bastante tiene con lo de su madre... Pero quedamos esta semana cuando él esté en el trabajo o no me necesiten en su casa”.



Ese mismo año, su madre con un pañuelo rosa hermosamente anudado en la cabeza que le regalamos sus hijas y yo por su cumpleaños antes de navidades me dijo: “¿me acompañas al PAC a por las recetas de mi madre en un momento antes de comer?”



Entonces paré la película y me felicité. Esa era yo y afortunadamente ya no. Me dí la enhorabuena porque recuerdo lo realizada que me sentía por cosas como acompañar a Alejandro a los médicos que tuviera que ir y apuntarme sus citas en mi agenda, sus prácticas de la universidad... Lo bien que me sentía por llevarle al trabajo y además cumplir con mis quehaceres diarios. Recuerdo lo feliz que me hacía cuando me decían: “no sé como no estás agotada tienen que estar todos muy contentos contigo por lo que haces por ellos, yo no podría”. Recuerdo lo integrada que me sentía en su vida y en su familia por hacer cosas de esposa de los años 50... Recuerdo que a mí eso me parecía amor y me felicito por haber visto la realidad.



Me felicité porque pese a todo y a todos creo en el amor con toda mi alma -aunque no lo creáis- y ya nunca más me haré eso a mí misma. Nunca me desubicaré, ni haré o daré más de lo necesario para ser querida y aceptada porque ahora me quiero y no merezco eso. Siento nostalgia a veces porque eso es el único “amor-hacendado” que conozco, pero también ilusión porque intuyo que el amor sano y verdadero en el que creo debe ser maravilloso y distinto a todo lo vivido.

martes, 8 de octubre de 2013

El retrato de la mujer que ama demasiado

La dependencia emocional no son los padres -aunque mucho tengan que ver, pero eso es harina de otro costal.



¿Cómo saber si soy dependiente?



       En principio es muy sencillo, lo que pasa es que precisamente por su sencillez y porque está a la orden del día se camufla en una forma “normal” de relación de pareja; en una forma “normal” de amar y relacionarse en pareja. De igual manera que en las rupturas se identifica con una forma más o menos “normal” y culturalmente aceptada de sufrimiento.



Síntomas y conductas típicos -como siempre vaya por delante que salvo mi experiencia no tengo conocimientos profesionales -(no soy psicóloga, ni psiquiatra, ni trabajadora o educadora social)- o de rigor científico sobre lo que explico, pero sé de lo que hablo. Siempre recomendaré acudir a un especialista (preferentemente a un/a psicólogx antes que a un psiquiatra) para cualquier diagnóstico y ulterior tratamiento personalizado.



Puesto que hablo de mí explicaré el problema de la dependencia emocional desde un punto de vista femenino para ayudarme con la narración pero es perfectamente extrapolable al masculino.



1. Somos niñxs adultizadxs, normalmente hermanxs mayores o que por cualquier circuntancia debimos desarrollar muy tempranamente demasiada responsabilidad dentro de la familia de origen.



2.Tener novio es el motor de mi vida, de la Vida y del Universo.



3.Todos los temas de conversación empiezan por “mi novio.../mi marido...” También vale añadir ex a estos dos sustantivos.



4.Si no tengo novio es porque no valgo la pena como mujer ni como persona.



5. La vida de mi novio, sus proyectos, sus triunfos y sus fracasos son mis triunfos y mis fracasos. Soy culpable de sus fracasos e irresponsable de sus triunfos. Yo no me refuerzo con sus logros pero pretendo que los demás lo hagan. Ejemplo: queremos que nos digan y nos reforzamos con frases como; “tu novio es otro desde que está contigo”, “menos mal que te tiene a ti”.



6. Manipulo a mi novio para conservarlo a mi lado (él siempre querrá huir de mi lado y yo conservarlo) y victimizamos para que se quede con nosotras, en plan: “en la vida vas a encontrar a ninguna que te quiera como yo y lo sabes”, “tenías a tu lado a una mujer maravillosa y la has perdido por irte con otra”.



7. Perdonamos lo imperdonable: infidelidades, humillaciones y malos tratos físicos y psicológicos. La magnitud de nuestro amor se mide por lo que consentimos y perdonamos, así, cuantos más cuernos perdono es porque le quiero más, me vanaglorio de todo lo que soporto y perdono para que vean lo grande que es mi amor por él aunque eso me destroce por dentro.



8. Somos la chica para todo, hacemos lo que sea: lavar, planchar, cocinar, ayudar a su familia en lo que es de nuestra competencia y lo que no, cuidamos cuando están enfermos, animamos y más bien obligamos a que estudien o trabajen para que progresen con su vida.



9. Le compramos con: regalos caros, viajes... y nos pasamos el día maquinando cosas que le hagan feliz para que siempre esté bien con nosotras y no quiera dejarnos nunca.





10. Nos sentimos realizadas como personas sólo cuando él lleva a cabo nuestras recomendaciones, es un motivo de orgullo a exhibir a nuestras amigas. Igualmente si no nos hace caso el fracaso es nuestro y debemos mejorar el enfoque para que a él le resulte una idea atractiva. Ejemplo: si queremos que estudie la ESO estudiar con él, hacerle esquemas, acompañarlo a clase...



11. Nunca estamos cansadas si de cualquier cosa de nuestro novio se trata, ni nos quejamos nunca. Creemos que él no merece una mujer quejumbrosa ni cansada.
 12. Ponemos en riesgo nuestra salud (ignoramos a nuestros nervios, ansiedad y malestar) por su amor.



13. Él merece lo mejor siempre, nosotras no. La suerte es nuestra porque él haya querido estar con nosotras y no al revés. Él es lo más importante, nosotras no nos miramos, no nos queremos siempre estamos disponibles para todas sus necesidades. Él nos necesita y estamos ahí fielmente, nada en el mundo es más importante. Creemos más que nada en el mundo que eso es amor.



14. Cualquier hombre que muestre interés en nosotras es buen candidato para ser nuestra pareja. Ni nos planteamos ser selectivas porque sentimos en el fondo que no somos dignas de amor y hay que tener novio, el que sea para sobrevivir.



15. Nos encantan los novios celosos pero fingimos que no nos gustan sus celos ante nuestras amigas. Medimos su amor hacia nosotras por los celos que él tenga. Decimos cosas como “es que me tiene muy celosa porque me quiere muchísimo”. Es lógico y necesario -creemos- que él se enfade o nos nos deje salir vestidas de forma demasiado provocativa. Aceptamos de buen grado que nos diga “ahora tienes novio, no puedes salir así”. Luego ya dejamos de salir porque ni nos apetece, sólo queremos estar con él...



16. Cuando tenemos novio somos (nos creemos): guapas, altas, divinas, estupendas, sensuales, florecidas y maravillosas. Sin novio somos cucarratas -me lo acabo de inventar juntando rata y cucaracha.



17. Buscamos novios adictos y consumidores de drogas, alcohol o juego. Carentes de autoestima, depresivos y con intentos de suicidio. Lo mejor que te puede pasar es que te toque el novio full equip: que sea dependiente de las tres cosas, depresivo y que se haya intentado suicidar. Si tiene una familia desestructurada o es huérfano de padre o madre suma puntos. Creemos que con la fuerza de nuestro gran amor él dejará todo eso y lo superará, sólo necesita que le amen lo suficiente y yo lo voy a hacer. Nosotras somos capaces de amar a la Bestia.



18. La finalidad de cualquier proyecto o actividad es encontrar una pareja si no se tiene ya. Por ejemplo, necesitar sí o sí ligar cuando sales de marcha con tus amigas si no ligas volver a casa llorando sintiéndote la más cucaracha de todas repitiendo "¿qué hay de malo en mí' ¿qué es lo que hago mal para que nadie me quiera ni gustarle a nadie?".

Si se tiene pareja todo en lo que él no esté presente es aburrido y no queremos hacer nada sin ella.



19. No tenemos autoestima. No nos respetamos como personas ni nos aceptamos físicamente y buscamos inconscientemente parejas que aumenten nuestros complejos e inseguridades. Cuanto menos nos queremos ni respetamos más creemos -inconscientemente- amarle a él.



20. Solemos padecer trastornos de ansiedad y del sueño por nuestras relaciones destructivas, pero los ignoramos.



21. Si mi novio me deja como dice Amaral “sin ti no soy nada”, “dragones y abismo” es la mayor desgracia que me puede pasar.



22. Preferimos morir que ser abandonadas por nuestro novio. No tenemos ganas de vivir (solteras).



23. No soportamos estar solas ni pasar tiempo con nosotras mismas, necesitamos estar siempre acompañadas por quien sea, especialmente por las amistades que nos dicen “yo creo que volveréis” pero ninguna compañía nos llena si no es la de él.





24. Siempre queremos volver con él cuando nos deja o es infiel, defendemos lo indefendible y justificamos lo injustificable. Eso es amor-creemos.



25. Siempre tenemos la culpa de que él nos haya dejado y nos la damos por no haber sabido ser lo suficientemente: cariñosa, comprensiva, amorosa, sexual o equis cosa con la que se nos ocurra destruirnos. Si nos ha dejado por otra ella siempre será mejor que nosotras pero la culpa será siempre de ella, nunca de él. Él es bueno, es la víctima de esa seductora y mala mujer, le queremos y queremos volver.



26. Nos asaltan pensamientos suicidas tras la ruptura muy difíciles de controlar.



27. Dejamos de comer o comemos en exceso cuando somos abandonadas, nos damos a la bebida o las drogas y nos regalamos al primero que pase para ver si será él el príncipe rescatador que nos salve de estar solas.



28.Tratamos de darle pena para que vuelva a nosotras aunque ya esté con otra, si no lo hace amenazamos y manipulamos.



29. Nos enamoramos de todos por igual y sufrimos por todos por igual. Sea el chico que conocí ayer de marcha o mi novio de hace dos años, sufro con el mismo grado de ansiedad su pérdida.



30. Estamos obsesionadas con tener al novio que sea o recuperar al perdido y no soportamos que nos lo digan a la cara.



31. Nadie entiende nuestro gran amor ni como nos sentimos, creemos que los demás quieren que no volvamos con él porque no saben lo que estar enamoradx, -somos para con el novio que sea algo así como Gollum con el Anillo Único de Poder.



32. Las mujeres que padecemos esta patología, de no ponerle remedio, corremos un alto riesgo de morir jóvenes por cardiopatías o trastornos nerviosos. vid. María Callas.
Si te has sentido identificadx en algo ¡cuidado! Si te sientes identificadx en todo y además quieres ponerle remedio: SÍ SE PUEDE.


lunes, 7 de octubre de 2013

Reiki

¿Qué es Reiki?



       El reiki es -dicho con mis palabras- la Energía Vital Universal -cuya existencia, vaya esto por delante, no está demostrada científicamente pero en la que yo, que no soy nadie, creo. Se trata de una técnica de sanación milenaria redescubierta por Mikao Usui (un monje zen japonés). Todo en el universo tiene una energía que el reikista canaliza a través de la imposición de manos a otra persona. Mediante el acto de imponer las manos se pretende la sanación de la descompensación (si la hay) de energías en la persona receptora; si no hay descompensación también se puede recibir reiki para potenciar la relajación y el bienestar. 

      Todo el mundo puede dar reiki (si ha sido sintonizado por un maestro) y todo el mundo puede recibirlo en cualquier caso.

Pese a que se practica en muchos hospitales en pacientes enfermos de cáncer y de psiquiatría ,los médicos (en general) son reticentes a esta práctica que consideran paraciencia, placebo y creencia. Lo que sí es un hecho científicamente probado es que mejora el sistema inmunitario, es decir, las defensas. Otro hecho es la efectividad que tiene sobre las quemaduras.


Una mentira muy extendida y que ha hecho no poco daño a esta práctica es que el reiki cura el cáncer.-Sin comentarios.



      De mi familia fui la primera y única en saber que mi padre iba a morir inexorablemente como ya he escrito en otras ocasiones. Mantuve el secreto a salvo de mi madre y mi hermana para protegerlas, “piensa en qué haría papá y hazlo” -me repetía cuando tenía alguna duda (acto que he pagado en incómodos plazos durante casi 3 años).



Cercana la fecha de la muerte dí a entender a mi hermana que “tal vez” (yo sabía bien que no) nuestro padre no se salvaría, ella tuvo un ataque de ansiedad al momento. No dejaba de llorar, ni podía respirar, ni moverse. Yo sabía que iba a pasarle eso y a mi madre algo peor, motivo por el cual guardé el peor silencio que he guardado en mi vida. Tenía claro que mi madre se suicidaría tras la muerte de mi padre o bien, estaría tomando pastillas a perpetuidad sin poder moverse de la cama. Tenía claro que me quedaría sin padre y sin madre a la vez. Tenerlo claro no me restaba dolor ni ansiedad obviamente pero estaba ocupada... No deseo tanto mal a nadie como el que sentí ese mes...



En este contexto, fui fuerte porque ser fuerte era mi única opción. Sólo se lo dí a entender a mi hermana porque a mi padre se le acababa el tiempo y quería amortiguarles el golpe.



Estábamos (cuando mi hermana sufrió el ataque) con una amiga cuya madre es maestra de reiki desde hace años. Nuestra amiga Marta que estaba con nosotras en ese momento me dijo: “vámonos a ver a mi madre, yo os llevo” yo fruncí el ceño y me compadecí de mi amiga por creer en “esas cosas raras que hacía su madre”. “¿Qué cosas eran las que hacía? un día me regaló una piedra que no entendí pero era un regalo... ¿qué era lo que hacía?, ¿brujería?, ¿era santera?, ¿curandera?, ¿astróloga? Tal vez era una de estas personas que cuando una familia pasa por un calvario como tener a un familiar en estado terminal de cáncer trata de aprovecharse de su dinero, yo debía ir con cuidado. Por desgracia ha habido casos donde falsos maestros reikistas han hecho tales cosas. Eso me dije, primero porque nunca creí en estas cosas y no sabía qué me iba a costar la broma de ir a ver a su madre... No sabía a donde iba, ni qué era el reiki. Por respeto a mi amiga y a que esta señora era su madre y si la hija es buena, presumí que la madre también y que no se aprovecharía de nuestra situación, accedí. (Compadeciéndome de mi pobre amiga que cree en las cosas raras de su madre) -pensaba yo en ese momento-, a llevar a mi ansiosa hermana a su casa.

Cuento todo lo que se me pasó por la cabeza porque son muchos prejuicios que tiene la gente sobre este tema, la mayoría, como era mi caso, por absoluta ignorancia y desconocimiento.



Mi hermana no podía hablar así que expliqué la situación como quien narra una historia ajena a la madre de mi amiga, yo debía dar tranquilidad, yo no estaba teniendo un ataque y mi hermana sí. -También he pagado esta protección ajena en incómodos plazos de casi 3 años.



Mi hermana temblaba sobre la camilla, no podía respirar y lloraba como una persona de 21 años que intuye que su padre va a morir dentro de poco. Al imponerle las manos, la que hoy es mi maestra, sobre la cara (chakra del tercer ojo) mi hermana dejó de temblar y llorar de forma automática y cerró los ojos muy relajada. Sé que como prueba sólo tengo mi honor y mi palabra pero fue así y a mí me estalló en la cara todo lo que había prejuzgado a esa mujer a la que no conocía y sobre mi “pobre amiga” la que cree en las cosas rarunas que hace su madre.


        El hecho es que mi hermana se fue muy bien de allí y yo tras mi sesión, después de la de ella, me fui muy relajada. A mi yo escéptica se lo expliqué diciéndole que había sido por el incienso, la música y la tranquilidad que desprendía esa mujer y nada más. Sólo casualidad. Mi hermana durmió toda la noche, lo sé porque yo estuve despierta absolutamente incrédula.



       Mi padre murió ocho días después de mi primera toma de contacto con el reiki. Yo no creía en nada espiritual, ni universal ni en nada obviamente.

Cuando la vida te roba a alguien así es difícil conservar la fé y yo no podía conservar lo que nunca había tenido. Yo quería morirme pronto o dentro de un año en función de como fueran estando mi madre y mi hermana. Cuando ellas estuvieran mejor quería suicidarme, sabía como y donde y que nadie lo sabría. Simplemente no quería ni podía vivir sin mi padre. En mi mente tenía un gran sentido que mi padre viviera y yo muriera, él tenía una familia. Mi madre le necesitaba, mi hermana también. Tenía muchos amigos, se iba a jubilar ese año, tenía que ir a hacer el camino de Santiago, tenía que volver a vivir en su pueblo. Tenía que vivir. Mi vida era absolutamente prescindible, pensaba que mis amigos superarían mi pérdida pronto porque eran de mi edad. Nunca me había (ni me ha) ido bien en el amor así que mi vida no sería una pérdida para nadie, creía que mis padres vivirían por mi hermana, pensaba que mi muerte era lo mejor que podía pasarnos a todos y no deseo a nadie sentir así con 23 años. Si alguien debía morir de cáncer era yo y no él. Pedí todo ese tiempo que guardé el secreto que si había “algo superior” un dios, un equis que nos manejara a todos como piezas de ajedrez cambiara mi vida por la de mi padre. Lo poco que podía dormir, me iba a la cama repitiendo el mantra. “Me cambio por él, que me muera yo y no mi padre”, “me cambio por él...” Puesto que nadie superior, ni inferior, ni ninguna deidad, ni santo, ni ángel,ni mis familiares fallecidos me hizo caso en mis súplicas ¿por qué iba a creer en nada espiritual?¿qué en el Universo podía permitir que mi padre muriera joven dejando a dos hijas que lo amaban y a una mujer de la que estaba enamorado?



     Durante dos años tragué pena, dolor, miedo, rabia, desesperanza y ganas de morir. A mi estómago no le pareció bien ese menú continuado y en febrero de este año me dijo basta. Me detectaron síntomas de úlcera de estómago, finalmente tuve suerte y fue sólo una bacteria llamada helycobacter pilory y a la que le gusta vivir en la boca del estómago de gente que padece ansiedad. Tomaba diez pastillas diarias durante doce días. El médico me dio el alta después de ese tiempo y un mes después yo aun seguía sintiendo que alguien me había colgado un ladrillo con un gancho en el nacimiento del estómago, me dolía mucho y no podía comer de todo. El médico me repitió todas las pruebas dos veces y todo estaba bien, menos mi dolor de estómago, claro.



Hastiada de médicos, ecografías, gastroscopias y demás recordé a la madre de Marta tras haber asistido a una sesión de constelaciones familiares... Pensé en ir a verla, si me sentía mejor bien y sino habría perdido dos horas de mi vida, pero por probar que no quedara.



Me recomendó someterme a un tratamiento depurativo de 21 días y recibir 8 reikis con ella o quien yo quisiera. Yo para mis adentros pensaba “no sé ni qué hago aquí hoy así que imagínate venir 7 veces más”.



El dolor remitió pero no del todo en la primera sesión, al menos dormí sin despertarme por el dolor esa noche. Antes de irme me dio una piedra para que me la pusiera en el estómago cuando me doliera, yo en el coche al irme pensé: “pobre mujer... Cree en estas cosas hay gente para todo, es un poco raruna”.



Para decepción de mi yo escéptica, un día que salí a cenar y el dolor volvió muy intensamente, por desesperación, a las 3 de la madrugada vi la bolsita con la piedra y me la puse en la boca del estómago sintiéndome muy imbécil no os vayáis a creer. No hacía efecto, esperé... Unos diez minutos después el dolor se fue. Mi yo escéptica me dijo: “se ha ido solo, la piedra es casualidad”.



En esas ocho sesiones de reiki me pasó de todo y nada malo. El dolor se fue y no me importa a donde.



A día de hoy me siento muy feliz de haber cursado ya el segundo nivel de reiki y de la paz interior que me ha dado. Me arrepiento de haber sido tan escéptica y de no haber ido antes pero voy intuyendo que no era mi momento y que todo pasa por algo.