miércoles, 27 de marzo de 2013

Anna Karenina

     
Me resultó muy sugerente la historia que desconocía de Anna Karenina y no he podido resistirme a escribir sobre aquello que me hizo reflexionar.

    Por supuesto deseo todos y cada uno de los tocados que lucía Keira Knightley y no me importaría tener también el vestuario y joyas de ensueño incluidas. Pero, si bien la moda es fascinante en la película me parece que el mensaje es también de lo más inspirador.

Para mí el tema de fondo es la autoestima, o mejor dicho, la falta de autoestima.



En esencia tenemos a una mujer fuerte, muy avanzada con respecto a sus ideas respecto a cómo quiere vivir su vida, al margen de los usos y costumbres de su época. 



La mujer de finales del XIX no se planteaba el divorcio, el divorcio era su ruina. “Son leyes hechas por hombres para beneficiar a los hombres”. La propia Karenina le insiste a su cuñada para que perdone a su hermano por haberle sido infiel porque de todos modos se quieren. El hecho de que le haya puesto los cuernos con la niñera al más puro estilo Jude Law, más que parecer no tener ninguna importancia es que directamente no la tiene. Los hombres casados a finales del XIX, (tal y como se refleja en la película), en cuanto su mujer perdía apetencia sexual o no les resultara sexualmente atractiva, pasaba a ser; un simple cuerpo con capacidad para el parto, una esclava responsable del cuidado de la casa y de los hijos, siempre dispuestas a que sus maridos -con perdón de la expresión- infieles, bebedores y puteros dispusieran sexualmente de ellas como una simple ayuda para su propio desahogo sexual... Y claro, como un día “se quisieron” como ambos “se quieren” a pesar de todo, el deber de una buena y fiel esposa es perdonar y dar a luz otro hijo para que la hombría de ese hombre se vea engrandecida a medida que crece el vientre de su mujer embarazada... A esto lo llamaban amor.



     
En este ambiente está el personaje de Anna Karenina, la antítesis, la mujer felizmente casada con un santo varón que la ama y la hizo madre de un hijo. Ella podía ser libre (porque su marido se lo permitía, evidentemente, ya que estamos en el siglo XIX), pero era libre para hacer lo que quisiera y en esta libertad Anna encontró la pasión y el amor.


Había un filósofo llamado Sternberg que sostenía que las relaciones sanas de pareja debían formarse mediante un triángulo equilátero cuyos vértices fueran: intimidad, decisión/compromiso y pasión. Yo no puedo estar más de acuerdo, la perfecta armonía de estos tres elementos crean una relación perfecta. Y es cierto que el amor no son matemáticas, pero si analizamos esta proporcionalidad perfecta colacionándola a la relación de Karennina y su marido, más que un triángulo equilátero nos queda un “churro” muy bien apañado. Mi opinión es que el santo varón no satisfacía la pasión de Anna, aunque fuera perfecto en lo demás. Anna ni sabía (como muchas en su época) lo que era la pasión,  me parece precioso que una persona viva ese sentimiento al menos una vez en la vida. Admiro su valentía de dejarlo todo, dejar lo fácil y cómodo de un hogar familiar con un marido rutinario en alcoba por una historia de amor que quiere vivir hasta sus últimas consecuencias. 
Así pues, Anna tiene un amante y su amante, haciendo honor al nombre, la ama y ella a él. De este gran amor (y así es como deberían llegar al mundo todos los bebés) nace una hija. Él está absolutamente enamorado de Anna y no cesa en demostrarlo pero la hija es bastarda, no pueden tenerla con ellos. Lo hace todo por ella, todo por hacer feliz a su amante. Pero ella no lo es. Se siente culpable por cómo dejó a su marido, socialmente está arruinada y marginada y eso la desquicicia. Su amante hace todo lo que puede por consolarla pero ella está cada vez más fuera de sí y empieza a beber, a exigir y demandar, disparates de una mujer visceral que no sabe manejar tantas emociones y ama, bebe, grita, se enfada y se vuelve cada vez más celosa y posesiva. Su amante cada vez pierde más libertad voluntariamente, cada vez le cede más de sí mismo para que ella sea feliz, pero ella no le cree. Ella no cree que él la ame como dice, ella cree que él le es infiel, sólo piensa (y lo peor es que también lo dice) que cuando él no está con ella, él frecuenta burdeles y está con otra más joven. Pero resulta que no, que este Don Juan estaba enamorado, no necesitaba más burdeles, ya había ido; ni más mujeres, ya hubo demasiadas. Estaba enamorado, muy enamorado...

Ella enloquece, por no poder ver a sus hijos cuanto quisiera y por sus irrefrenables e infundados celos. Tanto es así que se suicida absolutamente incapaz de asumir que sí, que la aman de verdad su ex marido y su amante. Absolutamente desbordada por todo lo que le pasa, por las críticas, los murmullos, por no poder ser vista en público a penas. Por haberse divorciado y estar con otro hombre en público... Por vivir, por amar libremente, por elegir qué hacer con su vida todos la acercaron a las vías del tren para mí, pero ella, por no quererse (y eso que recibía mucho amor) saltó al tren y se mató.
Moraleja: por mucho que un hombre, o incluso dos, te digan eso de "te quiero, te adoro ¿te compro un loro?" Si tú no te quieres, ni estás bien contigo misma para poder recibir amor de otro, estás perdida.



HOY.

¿Realmente hemos evolucionado tanto las mujeres desde el siglo XIX hasta hoy?

Me entristece y me enfurece observar demasiados paralelismos entre la mujer de hace dos siglos y la de nuestros días. Por doquier veo a mujeres carentes de autoestima y que no sólo carecen de la misma, sino que ni se lo plantean. Ni se plantean qué les pasa ni por qué narices no pueden estar solas bajo ningún concepto. La solución siempre es un novio que refuerce la misma. El que sea. ¿Por qué elegir? Tiene que ser este, el de justo al lado de mi casa, porque imagínate... Es que si no estoy con él ya no puedo estar con nadie más en mi vida y ya ni me caso, ni me puedo ir a vivir con él ni tenemos hijos y lo peor de todo. ¡Imagínate que se lo lleva otra!, todo el esfuerzo que YO he hecho para que él sea lo que es y se lo va a llevar otra por la cara y ya se casarán y serán felices y yo pues con un montón de gatos, vieja y sola. -Por si queda algún resquicio de duda estoy siendo sarcástica.


     No dejo de horrorizarme en mi interior (porque en el exterior ya he dado esta batalla por imposible tratando de abrir los ojos a personas, especialmente mujeres a las que aprecio, para que no se dejen embaucar. Pero nadie aprende nada por boca de otro y por lo que veo ni aunque lo experimenten una o veintiuna veces) Digo esto porque hay que volver siempre con el mismo ex, cuantas más veces mejor, cada vez duele mejor y hay que seguir haciéndose daño por tener pareja, para superarlo y hacerse fuerte a solas no, pero para tener pareja lo que sea. Bueno y ya si en vez del mismo de siempre puedes enlazar uno con otro cuando te dejan como quién hace punto de cruz para no estar ni un momento contigo y darte cuenta de que tienes un problema de dependencia emocional severo, eso ya es fetén. 

¿Por qué opino que NO hemos evolucionado tanto cómo creemos? 

       Como decía, me horroriza ver que a día de hoy hay una grave pandemia extendida; la mujer dependiente. Parece que no hemos evolucionado mucho desde 1877, desde aquellas mujeres cuyo hito de vida era casarse y ser desfloradas burdamente para procrear cuanto antes.

    Sí bueno, ¡qué radical eres, qué exagerada! me diréis. Y es que realmente tal vez hemos progresado en cuanto al sexo y digo tal vez porque ese es otro tema. Pero en lo que respecta a como entendemos y manejamos la libertad femenina, hemos involucionado si cabe. 
    No paro de toparme, hasta la extenuación y el hastío personales, con mujeres que no saben estar solas bajo ningún concepto. Es lo único importante en sus vidas, emparejarse. Y así, por tener una pareja dejan algunas sus estudios, otras sus trabajos (“porque a mi novio no le gusta verme de camarera en una discoteca ¿a qué hombre le gusta que babeen por su novia?”), no van de viaje “porque mi novio no me deja, paso de tener bronca”, no salen de fiesta porque “a ver yo tengo novio ahora, no quiero tener problemas”. Dejan a sus amistades apartadas porque ahora tienen novio y eso aunque vaya a durar sólo dos meses es lo más importante, da igual si se ha muerto tu padre o tu periquito Casimiro, ellas ahora tienen novio y el eje de la Tierra es su noviazgo, la misma Tierra rota sólo desde ese noviazgo.-Por si hay duda estoy siendo cínica.

      Mujeres de “paso de que mi novio me vea vestida así y me eche la bronca por ir en vestido”, novios que rompen vestidos a sus novias para que no se los puedan volver a poner (yo lo he visto).

     Con 17 años tuve una amiga cuyo novio le pegaba palizas, ella estaba en el suelo y él le pateaba el estómago -me contaba. Además este hombre que no ha conocido a su padre le rozaba los nudillos contra la pared de gotelé para que le sangraran las manos, si lloraba, golpe; si gritaba, golpe... Él la apartó de todas sus amistades, -(cuidado, mucho cuidado, con los hombres que hacen eso)-. Nos veíamos por las noches cuando él trabajaba, yo iba a verla a escondidas y llevarle tabaco a su preciosa cárcel de amor “he pensado en dejarle, pero me pide perdón. Ayer me compró flores, él lo intenta... Pero pobrecito, se droga y él me quiere, no lo hace a posta, es el amor de mi vida”. Fueron años. Años de golpes, vejaciones y malos tratos. Es un ejemplo extremo de como llevar hasta las últimas consecuencias esta obligación social, este deber autoimpuesto de tener novio como sea y quién sea. Es un ejemplo extremo de en qué puede derivar no saber estar sola, es una instantánea muy clara de hasta dónde se puede llegar.

      A día de hoy, como pasa en la película, a una mujer divorciada se la estigmatiza ¡aun a día de hoy!. Un hombre divorciado es normal “algo le pasaría con esa, algo le haría”. 
Suele pasar también a las mujeres divorciadas, que padecen los súbitos celos de sus amigas casadas, las cuales las repudian y marginan porque temen que al estar divorciadas vayan a la caza de sus maridos. Cuando en la mayor parte de los casos, una mujer divorciada sólo quiere estar en paz, estar consigo misma y rehacer su vida, no destrozar matrimonios ajenos. Un divorcio no es plato de buen gusto para nadie, aunque sea algo necesario, es un trance muy difícil. Pero este es el neo machismo señoras, este es el machismo y el sexismo de mujeres contra mujeres. El machismo que estamos aprendiendo y adquiriendo y con el que se nos bombardea por todas partes... Aun escucho con pasmo a chicas de mi edad decir eso que debería haber fenecido con nuestras tatarabuelas de “si este le ha puesto los cuernos a fulanita es porque ella no debía de querer tener sexo”. -¿¿¿¿PERDONA????

       Chicas que vuelven con el novio de siempre porque tiene que ser ese, no se puede estar sola, hay que volver con el de siempre “porque yo no sé estar sola”. -Bueno, yo cuando nací no sabía hablar y ahora coordino y hasta subordino.

        Novias que sólo pueden comer lo que les dicen sus novios que es bueno comer para cuidarse y adelgazar (yo lo he visto). Novios que llevan un tupper con lechuga y zanahoria a sus novias para que no engorden, novios que les preguntan “qué has comido, no me falles”. -Hablo de mujeres que podrían ser modelos, no de personas con obesidad cuyas solidarias parejas les ayuden ante la dificultad de perder peso...

       Mujeres que se quedan durmiendo en casa mientras sus novios salen de fiesta (porque ellos sí pueden salir) y en la mayoría de estos casos ellos salen a ligar por ahí porque la novia es algo fijo y cómodo pero aburre.-Qué curioso, tal y como en 1877.

        Mujeres que te miran con cara de tienes-que-ser-un-alien y te dicen ¿y tú de chicos nada de nada? ¿Y aquel chico que un día te saludó que te dijo bla bla bla no te ha llamado? ¿no le has llamado?... ¿y el de la cafetería de aquel día qué tal?, ¿tampoco?, ¿y no te gusta nadie? ¿Pero no tienes ganas de conocer YA a alguien y de tener novio? Pero mira a ver qué haces tía, que tampoco no hay nadie perfecto y ahora las de 18 vienen muy bien enseñadas...Te vendría muy bien estar con alguien para distraerte … ¿Y no volverías con tu ex? Pero, ¿ y si te lo pidiera sobre la Torre Eiffel a la luz de las velas y te dijera que se arrepiente de lo que te hizo? ¿eh ? No volverías? Yo no sé como puedes estar sola tía, al menos para distraerte yo que sé...

-¿Y si me dejáis en paz y os vais a por pasteles de Ikea y te preocupas de ti y de tu vida? ¿eh? ¿no te apetece meterte en tu vida? No sé, alomejor eso te serviría para dejar de cuestionarme y darte cuenta de que la vida no es una lucha constante por tener un novio sea el que sea. Alomejor es que estas tan condenadamente obsesionada con el tema que ni ves nada más...



     En conclusión, entiendo que una persona yerre una vez. Todos tenemos derecho a equivocarnos, pero a partir de la segunda se trata de una opción (de vida). Dejar tus amistades, tu vida y todo para darlo todo por una relación una vez en la vida es comprensible y dispensable. Pero luego, uno puede pensar que cuando eso termina se queda uno sin nada donde guarecerse y sin nadie en quién apoyarse. Y quedarse sin absolutamente nada porque lo apostaste todo por una historia de amor, a falta de un adjetivo más elaborado, es muy duro. Si es lo suficientemente duro, no lo repetirás muchas veces más. Si lo has pasado suficientemente mal por amar demasiado y entregarte demasiado demasiadas veces no volverá a ocurrir y te atreverás a estar sola porque habrás aprendido convenientemente el precio de estar mal acompañada por no estar sola. Pero para eso no hay que sufrir sólo de boca, hay que haberse partido la boca contra el suelo varias veces (en mi caso fueron cuatro) y el corazón... bueno, de corazón tendrás suerte si te queda algo con tanto destrozo...




martes, 19 de marzo de 2013

Día del "no tienes padre"

-Así que es tu cumpleaños ¿eh?

-Estoy aquí celebrando que me he pasado otro año […] Mi padre murió y mi madre pesa 142 kilos. Si pensara con claridad volvería a casa me buscaría una caravana y me compraría una freidora y galletas. El problema es que sólo me siento bien con esto, si soy demasiado mayor ya no me queda nada. ¿Es suficiente realidad?



        Lo mejor de los días execrables es que se acaban y eso espero hoy. No necesito un día especial para acordarme de que no tengo padre, pero la “celebración” del Día del Padre sin Padre, es como un desierto sin arena.

No soy nadie para dar consejos y esto lo digo porque aunque suene fatal me he estado leyendo y he estado pensando en qué y cómo escribo, reflexionando y haciendo exámen y me he propuesto escribir de otra forma. He tenido la desagradable sensación -mientras me leía un libro de alguien que me recuerda asombrosamente a mi forma de escribir y expresarme- de que hay mucha parafernalia soberbia en lo que escribo. Es decir, podría haber dicho lo mismo, pero de forma menos chulesca. El primer paso es admitirlo, el último dejarlo dicen... He revisado eso y ya no me gusta. Como ya sabréis las personas soberbias lo somos para ocultar dolor, cuanto más dolor, más soberbia. No es porque seamos o nos creamos superiores, realmente nos creemos muy poco y nuestro mayor temor es que los demás se den cuenta de nuestro secretillo a cerca de lo poco que pensamos que somos. Nadie me ha dicho nada de toda esta autocrítica que me lanzo, supongo que por qué me quieren, pero en cualquier caso estaré al tanto de que mi vergonzoso afán de superioridad se vaya castigado al rincón de sentir porque ahí es donde la soberbia desaparece, en el rincón de sentir qué me pasa.



      Toda esta introducción como podéis sospechar es porque me resulta muy difícil. Como decía no soy nadie para dar consejos, pero quiero compartir algo que aprendí a los 21 cuando murió la madre de Alejandro. No esperéis para decir “te quiero”, yo nunca se lo dije a él, hasta que murió su madre. Sí, ya lo sé, yo, la más pastel de los pasteles azucarados con topping de fideos de colores no dice “te quiero”, sólo diré en mi defensa que lo demuestro con creces, es para lo poco en esta vida que no hablo demasiado, para demostrar a alguien que le quiero...



Me encantaba el cohete. Yo estaba arriba del todo, tú estabas justo ahí abajo, yo te miraba y gritaba:"¿me ves? ¡Mira lo que hago!". Desde aquí abajo ahora me pregunto si me ves y si ves lo que hago.
       Hice todo lo que pude por mi padre y más de lo que debí pero me siento culpable. A veces la culpa me deja divertirme un poco pero enseguida viene a recordarme (como si lo olvidara) que mi padre ha muerto. Que yo tenía un padre muy bueno y ya no lo tengo y a recordarme que me siento bastante “perro abandonado en la autopista”.

Hay personas que tienen padre como requisito meramente biológico y ontológico y sus padres viven. Hay padres que no quieren a sus hijas, ni a su mujer, o que las abandonaron y viven y diría me da mucha rabia, pero si fuera honesta conmigo misma admitiría que lo que me da es mucha pena. Me da mucha tristeza haber perdido a un padre tan maravilloso como el que tuve la suerte de tener y me da mucha tristeza todo lo que se ha perdido y todo lo que haré sin él, tanta tristeza que gran parte de mí se ha quedado en las noches en ese hospital sin ningunas ganas de hacer todo lo que sigue a estar sin él. Mucha gente me dice “deberías dar gracias de haber tenido un padre así” y bueno, lo dicen como “date con un canto en los dientes” que otros no lo hemos tenido... Realmente agradezco a la vida haber podido tener un padre y haberle regalado toda clase de estúpidas cosas de cuando eres pequeño; como la original mano puesta en arcilla con un “para papá” (la guardó como un tesoro y me salió fatal, me daba hasta vergüenza dárselo, pero él la mostraba a todo el mundo, como si tuviera un Monet en casa) ,o también aquel llavero de un búho pintado por mí, artículos de menaje para la cocina (le gustaba cocinar), libros... Ya siendo yo mayor hacíamos algo especial toda la familia y ya no había regalos infantiles, aun así pasábamos tiempo con él ese día siempre. Pero desde que murió mi padre han muerto todas las fiestas en mi casa. No pasa nada, me lo tomo como algo literario e inspirador, todas las princesas pasan por situaciones difíciles como esta u otras... Se lo agradezco a la vida normalmente, creo que soy agradecida, pero cuando me expreso en estos términos no tengo ganas de estar agradecida porque estoy muy triste y con perdón cagándome en mi puta mala suerte de haber perdido a mi padre y lo último que me apetece escuchar es que “he tenido mucha suerte” o que “debería dar gracias”. Hay días que puedo fingir cordialidad, hoy no lo soporto, estoy triste y punto y no tiene solución. Tampoco pasa nada, dicen los que saben que hay que estar triste para después estar bien pero ¿dos años y dos meses? Tic-tac, tic-tac...



      También hay dos clases de personas, las que me ponen plazo: “ya deberías tenerlo superado porque ya hace dos años” y las que me sentencian a sufrimiento perpetuo “triste ya vas a estar siempre pero te acostumbrarás”. ¿Me acostumbraré a la tristeza? Qué maravilloso. Ahora me siento mejor... Me vale con mi miedo de quedarme así para siempre, no necesito ayuda externa, pero la gente así en general no cesan en ofrecerme este tipo de “ayuda” y comentarios... Vale sí, es la mejor intención de todo el mundo, nadie nace siendo psicoterapeuta, acepto barco como animal acuático y acepto torpeza como buena intención, no me queda más remedio. Es eso o relacionarme con plantas...



     Por suerte, últimamente he encontrado excepciones que me han dado; esperanza, aliento, espacio y respeto. Personas con las que hablar de cosas que ahora me apetece hablar, como cosas profundas, cosas con las que nutrirme y que me dan un poco de alegría más allá de las fresas con chocolate y películas de los 40 y 50.



     Me ha encantado cruzarme en este difícil camino a pie que estoy haciendo y con la pesada mochila que llevo, con gente que sabe hasta dónde puedo y quiero dar y hasta dónde no. Que respetan lo que quiero y puedo hacer y no me agobian, ni exigen cosas que no puedo hacer. Personas con las que compartir nuevas inquietudes. Este blog puede parecer una tontería, pero es “mi tontería”, es mi espacio donde escribir, y ser creativa y ellas me han animado mucho y me siguen animando. Este fin de semana me puse muy contenta cuando dos chicas que no conocía me preguntaron muy sonrientes si yo era la del blog”, pusieron cara de fascinación y me dijeron por qué para ellas “mi tontería” era especial, como lo es para mí. Parece ser que además de tener mi catarsis con la escritura, hay a gente que le sirve de algo lo que escribo y eso es algo que no esperaba y que me llena mucho.

He encontrado personas con las que poder hablar de cosas como “Reiki” sin que pongan la cara de: “pobrecita-se-le-ha-ido-la-olla-con-lo-de-su-padre-la-hemos-perdido”.

Personas con las que hablar de “constelaciones familiares” sin miradas reprobatorias ni de juicio de valor. Y estoy muy contenta de haber recibido más de lo que merezco, porque yo siempre juzgo a la gente, es un defecto terrible que va junto con mi soberbia y del que soy consciente desde que leí el libro de la chica que escribe como yo. De todos modos, siento que en los últimos meses he aprendido bastante más a callarme como forma de respeto cuando no me piden opinión y sobretodo para evitar la polémica porque no me llena como me llenaba antes, o mejor dicho, me he dado cuenta de lo que me consumía antes. Hablaba tanto que no podía escucharme, y ya que estoy haciendo introspección creo que el silencio es justo y necesario.

Encontrarme con todo esto me ha devuelto un poco la esperanza, pensaba que siempre me sentiría sola con mis nuevas cosas con las que llenar mi vida y que me dedicaría a escribirlas aquí. No habría pasado nada tampoco, he estado a solas con mi dolor mucho tiempo, habría podido seguir porque así es como uno se hace fuerte y así es como yo no me voy con el primer “vende motos” del lugar, pero me siento muy feliz de tener compañía para compartir cosas positivas que van llenando mi vida y sus vacíos.



    He empezado con un fragmento de million dollar baby que me impactó mucho. Toda la película es fantástica, me siento muy identificada y siempre me inspira a no dejar el deporte o a volver a él. Tengo muchos defectos, pero que soy una luchadora no se me puede negar. Lo que ocurre es que después llega el día del padre y me canso de pelear con todo, de esforzarme para salir, para estar bien, para estudiar, para acabar la carrera, para ir al gimnasio y no caer en la inercia del “dolce far niente i mangiare di tutto”... Estoy muy cansada y hoy no puedo más. Ya sé que los adultos se esfuerzan y no se quejan por sus esfuerzos, lo que me lleva a pensar que será que no soy adulta, o será lo que sea, pero estoy harta y hastiada.

     Salgo pensando en pasarlo bien como toda la gente a mi alrededor, me esfuerzo, participo y no lo consigo, no es como antes... No me divierto como antes. Miro a mi alrededor, en cualquier, bar discoteca, fiesta, en la playa cine y pienso de esta gente que bebe, se droga, se emborracha y liga ¿quién no tiene padre?, ¿quién a perdido un padre como el mío?, ¿por qué todos se divierten y yo no?, ¿volveré a divertirme? Sé que puede parecer infantil, pero no siento para que le guste a nadie.

Lo he probado todo, incluso también hubo un tiempo en que había un chico que me gustaba mucho y también me sentía culpable, obviamente no podía compartirlo con él porque un hombre de hoy en día de los que te quiere de bolsa de agua caliente en su cama pero sin compromiso, no quiere escuchar cuando vas a pernoctar en su casa, “echo de menos a mi padre, lo estoy pasando fatal”. Esos tipos esperan que vayas “echada de menos de casa”, ellos no tienen la culpa o él en este caso. Si algo aprendimos de Shakespeare en Romeo y Julieta es que “los momentos de dolor no son para hablar de amor” y hombres que sepan lo que es el amor, como yo lo entiendo, no he encontrado a ninguno... Gracias a no haber encontrado ninguno me he encontrado a mí y eso seguro que es para toda la vida así que no pasa nada tampoco. Afortunadamente he encontrado personas que no ven anomalías en que yo esté sola y a solas con mi proceso, en que esté soltera y libre antes que con cualquier “vende-motos” que sepa mandar whatsapps con premeditación, nocturnidad y alevosía. Aspiro a más que eso, y si tengo que quedarme sola, será un placer porque estoy en la más leal compañía (la mía), no es negociable lo que pido y a quién me quiera no le parecerá “demasiado” le parecerá normal. Los hombres que te dicen eres “demasiado...” en el fondo están diciendo, “soy muy poco” y sobretodo están gritando: “me siento muy poco y sobretodo mucho menos que tú y no lo soporto”.



        Cuando digo que lo he probado todo omito lo más importante y que por supuesto no he probado; acabar la carrera. Eso no lo he probado. Primero, porque no me apetece. Segundo, he perdido la ilusión por la que la empecé y por último, ¿qué sentido tiene terminar y avanzar sin mi padre? Asumir que no estará nunca más. No tengo ninguna intención de asumir semejante robo y menos hoy cuando todo conspira para recordarme que mi padre no está.

Lo más inteligente parece acabar la carrera y después montar un kiosco o huir a Costa Rica pero aquí no puedo quedarme más.



      En conclusión, no es necesario gastar o regalar cosas, si podéis pasad tiempo con vuestro padre, nunca sabéis cuando va a ser su último día del padre, la última Navidad, o su último cumpleaños. El tiempo pasado juntos es lo que os queda y no si la corbata era Ermenegildo Zegna o Zara. Haced algo especial, disfrutad mucho de ellos, no esperéis a tener una edad “X” para hablar de “X” con ellos, no pospongáis al verano el tiempo en familia, no aplacéis ese gran viaje que siempre habéis querido hacer porque aunque suene muy teatral, “nunca sabemos cuanto tiempo nos queda” o eso he aprendido yo con todo esto. El tiempo es algo que no se recupera y vale la pena dedicárselo a nuestros padres para tener paz, en la medida de lo posible, cuando nos falten.

lunes, 11 de marzo de 2013

El principio del final

     La última vez que escribí sobre quién-vosotros-sabéis (hace exactamente dos posts) es decir, Alejandro, enfermé del estómago presuntamente a causa de nervios y estrés. Se ve que los recuerdos tienen en mí un efecto parecido al diario de Tom Riddle, (Voldemort para los iniciados) ese recuerdo que casi mata a la pobre Ginny Weasley en la segunda entrega de Harry Potter... Al igual que ocurre en Harry Potter y la Cámara Secreta, a veces los recuerdos pueden tornarse muy poderosos si lo permitimos y pueden tratar de “quitarnos la vida”. Así que, pasando a un tono menos lúgubre y más humorístico, escribo tranquilamente nerviosa pensando en que si siento un leve hormigueo en el brazo izquierdo me está dando un infartito y debo pedir auxilio. Bromas a parte...


Noviembre 2008

- Me “alegra” que hayas ido a ver a la persona que te ayudaría a evitarlo.

-Quiero vivir mi vida y divertirme porque antes no me divertía.

-Me alegra que tu nueva novieta sea tan divertida y que yo no lo sea y que yo quiera que te enfrentes a tus sentimientos, a tu vida.

-¿Pero cada segundo de cada día?

-Intento ayudarte porque esos es lo que hacen los adultos cuando se aman pero si tú quieres irte con “Miss risas” todo el día es cosa tuya pero asegúrate de que ella piensa igual. ¿Te ha dicho por qué no te llamó ese verano? ¿o te ha explicado por qué os mandó un mensaje a él y a ti a la vez?, ¿por qué enviaba mensajes a tu familia en vez de estar? Yo siempre te he querido Alejandro pero has colmado el vaso.



Agosto 2008

-Se ha ...ta, se ha... Julieta , ella...

-Aura, no te entiendo, tranquila no llores, ¿qué ha pasado?

-Está muerta... se ha muerto con él, hace diez minutos... Te necesitamos, mi hermano te necesita, sólo dice “que venga Julieta, no quiero ver a nadie más” y no se ha separado de ella...

-Voy en seguida, me he dormido le llevé a casa a las 5 y media de la madrugada, ¿es muy tarde? Espera lo miro en el móvil... Las diez menos veinte, lo siento me he dormido, en seguida voy. Aura tranquila eres la mayor, te necesitan fuerte.

-Ven pronto por favor te necesitamos con nosotros, eres de la familia.

Nunca he corrido tanto en toda mi vida. Abrí la puerta y nos miramos, él se esforzó por sonreírme siempre lo hacía, siempre me sonreía, ese es el buen recuerdo que quiero quedarme.

No espero que nadie entienda lo que voy a contar pero ¿habéis visto el amor y la profundidad alguna vez?, ¿habéis visto el corazón de alguien, su esencia más profunda y él ha visto la vuestra en una mirada, un tiempo y un espacio? La unión más mística que he tenido en toda mi vida con un ser humano la tuve ese día y no pretendo frivolizar con algo tan doloroso, pero dado que no fue durante el sexo (el cual amplifica, magnifica y/o “crea presuntos sentimientos” donde podríamos hablar de orgasmos y no de emociones) creo con absoluta sinceridad que ese amor y ese abismo es el sentimiento más devastador y visceral que he experimentado en toda mi vida. (Es importante señalar que aun no soy madre, probablemente si lo fuera, mi discurso sería muy distinto).

No obstante, puedo dar la razón a los escépticos y podéis pensar que estoy loca, que era muy joven, que no sería para tanto... Acepto, pero yo sentí eso.



Octubre 2008

Cerca del final.

23:00h

-¿Te gusta el hotel?

-Me gusta estar contigo.

-¿Te importa que me quede tomando unas copas con mis cuñados? Me apetece quedarme un rato con ellos... ¿Me prepararías un baño de agua caliente de los que sólo tú sabes hacer?

-Vale pero no tardes, dan el Orfanato y me da miedo verla sola, pensaba que la veríamos juntos pero me alegra verte relajado y bien... Te espero arriba.



3:00 a.m

Ella se despertó por el frío, él dormía por el alcohol. Ella esperaba que él llegara la despertara y la arropara y eso era culpa de ella, él quería beber y divertirse lo había dejado muy claro.

Él dormía ajeno a todo. Ella lloraba por preparar baños que se enfriaban solos en el baño en suite de un hotel al que habían ido para estar juntos, no para estar cada vez más separados, lloraba porque empezaba a entender que no sólo había muerto ella, lo que había entre ellos estaba muriendo. A él ya no le parecía algo a cuidar lo que tenían, ella quería mantener lo que tenían a toda costa, quería sanarlo, pero siguió llorando porque empezó a entender que sola no podía hacerlo y que no podría en el futuro. Salió al balcón a llorar y a fumar sin hacer ruido. Él ni siquiera sintió que ella se había levantado de la cama. ANTES la habría detenido y obviamente se habría despertado porque dormían abrazados...



Septiembre 2008

     Era una comida familiar. Estaba toda la familia de Alejandro, tíos, tías, primos, primas, su padre... Y por tanto, todo el mundo hablaba, con tristeza en el ambiente pues faltaba la anfitriona que había muerto hacía pocos días. No venía a cuento y Alejandro la miró como nunca olvidaré aunque cumpla 100 años y rompió su silencio diciendo lo bastante alto para que todos callaran:



-¿Cuando te mueras qué hago contigo entierro o incineración?



A ella se le anegaron los ojos y se le hizo un nudo en la garganta, estaba escuchando en ese instante una de las cosas más preciosas que él le había dicho. Él no sólo estaba dando por sentado compartir su vida con ella, estaba dando por hecho que cuando fallecieran estarían juntos. Él estaba expresando su temor a no saber qué decidir si ella moría antes que él. Él estaba compartiendo su miedo porque ese día juntos -como siempre- sin soltarse las manos, habían acudido a la incineración de su madre y él aun la quería y tenía miedo a perderla cuando ella muriese, miedo a no cumplir sus deseos más allá de la muerte de ella. A ella o más claramente a mí, pero me cuesta contarlo en primera persona, me pareció que nada más hermoso podía haber que la expresión de ese deseo.





También puedo quitar toda la magia para los escépticos y puedo simplificar racionalizando todo sentimiento. Sólo era curiosidad por saber que quería yo tras mi muerte, sin nada más. Pero no fue así.



Sin irme a ningún extremo de los que he dicho,  ahora mismo necesito paz y me gustaría alguien que, antes que tras mi muerte, me preguntara por mi vida,  me preguntara por qué hacer conmigo en su vida y lo hiciera, que me amara en vida, sin dramas.





Noviembre 2008



-Este viaje nos vendrá muy bien para olvidarnos de todo lo que está pasando aquí... Me apetece llevarte a desayunar a Starbucks para no escucharte más diciendo las ganas que tienes de ir jejeje y también de compras y me apetece mucho estar solos, es nuestro primer viaje solos.-dijo él, sonriendo.

-Y juntos.-Dije yo.

[...]

Ella empezó a beber y fumar todo lo que podía le estaba perdiendo y él empezó a huir de ella todavía más rápido.

3 días después: humillación.

-¿Qué cojones te pasa?

-¿Por qué estás tan enfadado conmigo?

-¡Porque intento dormir y no dejas de intentar abrazarme! y no sé qué hostias te pasa pero ya hablaremos cuando volvamos de viaje porque estás insoportable, no sé por qué coño tuviste que ponerte a llorar ayer cuando llamé a Griselda y no creas que no sé que llorabas por eso... ¡¿Qué hostias quieres?!

-Sólo quería abrazarte para dormir y estar contigo, creía que este viaje era para nosotros y duermes en la otra punta de nuestra cama. Si no querías estar conmigo ¿por qué me pediste que viniéramos aquí?...

-¿¡Y para esto me despiertas puta guarra!? -no viene a cuento pero necesito imaginar música celta, loros en monociclo, malabaristas, fuegos artificiales para poder seguir escribiendo-. Eres una puta guarra y una zorra y me das asco y no me voy a dormir al sofá porque está Patricia con su novio en el salón y no tengo más remedio que dormir contigo. Déjame dormir de una vez y que te jodan. Y no te pongas a llorar ¿eh? ¡Ni se te ocurra ponerte a llorar encima!

-No sé como has podido perderme el respeto de esta manera y tan rápido... Debo de haberte hecho algo horrible y debes de odiarme mucho para hablarme así, nunca me habías hablado así y estoy sufriendo mucho con todo esto... Sabes que no puedo dormir si estamos enfadados, me pasa desde que eramos pequeños y ahora mismo estoy muy nerviosa y muy triste y no puedo respirar por lo que me has dicho. Así que por favor Alejandro si queda algo en ti del Alejandro que yo conozco dame un abrazo para que me calme, o dime algo que me tranquilice pero no me dejes así, mañana por la mañana lo hablamos y me dices lo que quieras pero no puedo irme a dormir así...

-Además de ser una puta guarra y una puta zorra eres una jodida pesada y me importa una mierda que no puedas respirar, no me sale de los huevos hablarte ni darte un abrazo ni decirte nada que te den por el culo y déjame dormir. ¿Me oyes? ¡qué te jodan!


    Él se dio la vuelta, ella ya llevaba llorando desde el primer “puta” temblaba como la última hoja de un árbol en un día ventoso de octubre, a penas podía caminar, era todo tensión, abandonó la cama con Alejandro en ella, iba a vomitar. Estuvo vomitando y llorando un buen rato, en el baño, el baño estaba pegado a la habitación de ellos dos, después de vomitar tres veces se quedó agazapada y tumbada en el suelo abrazando sus rodillas, llorando sin consuelo, mirando la base de la taza del WC. Si Alejandro no se había quedado en coma tras la discusión, ni había sido presa de una hipofonía súbita debía de oírla llorar y vomitar su pena, pero nada hizo, nada dijo, dejó que todo esto pasara así. Ella también dejó ser vejada y humillada hasta que su cuerpo reaccionó vomitando y con un ataque de ansiedad. Ella volvió al dormitorio a la media hora, aun muy nerviosa, cansada de estar tumbada en el frío suelo del baño y de vomitar, presa del pánico y la incertidumbre de qué iba a pasar con ellos y los días que les quedaban ahí.

Cuando abrió la puerta del dormitorio no podía creerlo, Alejandro dormía plácidamente, es más, roncaba y no era fingido, ella sabía bien cuando él dormía. Eso fue una puñalada, ver que ella estaba destrozada por sus palabras y él roncaba... No tenía a donde ir, las habitaciones estaban ocupadas y el salón también, pensó en tomar una copa, fumar y dormir en la bañera, le pareció lo más sensato. Sólo sabía hacer eso ante lo que le pasaba, eran dos refugios muy cercanos, tabaco y alcohol, cuanto más alcohol mejor, o al menos, menos mal.

En la bañera hacía frío para dormir y le daba vergüenza que alguien fuera al baño y la vieran allí, no quería tener que dar explicaciones. Volvió al dormitorio, tenía escalofríos y temblores, no quería dormir en la misma cama que él, tenía miedo de rozarle sin querer y que se volviera loco otra vez y no fue valiente para decirle que se fuera a dormir él a la bañera o a la terraza, más que no ser valiente, le amaba demasiado como para hacerle daño. No le dijo nada porque también tenía miedo de que él se volviera loco otra vez y volviera a gritarle todos esos insultos horribles, tenía miedo... Acabo de pensar que el miedo es un gran indicador para saber cuando amamos demasiado. Cogió su almohada la puso en el suelo y se tumbó sobre ella para dormir en el suelo y no tener frío, deseando que amaneciera pronto, sabía que no iba a poder dormir pero intentaría descansar. Él roncaba tranquilamente, ella lloraba ansiosamente tapándose la boca con un jersey para no despertarle y que volviera a gritarle... Qué curioso, le dolía mucho el estómago.


Errores

Yo le quería más que a mi vida, primer error.

Él ahora no tenía madre y yo no quise permitirle no tener madre porque no quería que él sufriera segundo error.

Yo no aceptaba que él debía sufrir para después tal vez y sólo tal vez estar bien, tercer error.

Yo no podía soportar perderle, sentía pánico de perderle y de que él me perdiera estando como estaba, cuarto error.

Yo quería serlo todo para él y eso ahora significaba pasar de pareja a madre porque él no la tendría ya más, error fatal.



No se puede querer a nadie más que a la propia vida. La vida es el sustento de todo lo demás que una persona ha de tener, ningún amor sano de pareja vale más que nuestra propia vida ni jamás nos hará tal demanda, y si estamos sanos, jamás haremos tan grotesca oferta.



Nos obsesionamos con evitar el sufrimiento propio y el de las personas que amamos cuando muchas veces del sufrimiento y las crisis brotan los grandes acontecimientos de la vida.



No podemos relacionarnos en pareja desde el miedo a perder al otro. Se trata de cambiar el : “no puedo vivir sin ti” por “sin ti puedo vivir pero me llena el corazón que mi vida sea contigo”.
 Yo era de las “no puedo vivir sin ti” pensaba que me moriría o me mataría pero que mi propia vida no era posible sin él y por cierto, para las románticas como yo, experimentarlo no es bonito, es terrorífico.


sábado, 9 de marzo de 2013

Escribir evita úlceras

Érase una vez la princesa Nemesia, una chica de 23 años como cualquiera de vosotras. Una chica con una melena muy larga y que entonces tenía los ojos muy grandes [...]



-De acuerdo, -le dijo su madre- vé a por las medicinas y a buscar a tu hermana al colegio, llama a Mariluz y leéle el informe a ver qué te dice.



       Nemesia bajó al garaje y pensó en llamar desde el coche a la prima de su padre, Mariluz era superdotada contaba con siete especialidades médicas antes de los 28, había ayudado a la familia en todas las enfermedades que habían padecido y que nunca fueron graves haciendo diagnósticos infalibles incluso en la distancia. La madre de Nemesia pasó un año yendo de un médico a otro que no acertaban a averiguar qué le pasaba, ella con un fax y una descripción de síntomas elaboró un diagnóstico y gestionó que la operaran desde donde ella vivía. Perdonad el vulgarismo, Mariluz era una crack.

Quería mucho a la familia y al padre de Nemesia como a un hermano, todos los primos crecieron y se criaron como hermanos, la distancia nunca les había separado. Nemesia decidió encerrarse en el coche a respirar un poco y llamarla por teléfono, no sabía muy bien qué hacer a pesar de que todo el mundo creía que ella sabía a la perfección qué hacer y cómo en cada momento, ella llevaba el timón y el barco, el capitán estaba muy enfermo...



-Léeme el informe.

-...mamelones neoplásicos sugestivos de ser malignos.

-¿estudiabas letras? ¿de verdad no lo has entendido?

-No lo entiendo muy bien...

-Siento ser yo quién te lo diga, pero no hay nada qué hacer.[...] Cada vez perderá más plasma y se le encharcará el pulmón, cuando le drenen se le volverá a encharcar, se irá debilitando hasta morir...El cáncer de pulmón tiene muy mal arreglo... Si no queréis decírselo que no lea este informe, él lo entenderá perfectamente, como tú lo has entendido...

-Mi padre tiene la ilusión de pasar las navidades en el pueblo con la familia, le ha pedido a mi tío que comprara un pavo para navidades, pensábamos pasarlas todos juntos, nunca nos hemos reunido todos en navidades...

-No sé como podría ser un viaje en su estado, bueno sí que lo sé y sufriría mucho pero no os lo dirá, os quiere demasiado... De todas formas yo creo que merece la pena morir con ilusión ¿no te parece?

-¿Quieres decir que le queda menos de un mes?

-Quisiera equivocarme y me escuece mucho ser yo la que te diga esto, pero por lo que me has leído... ¿Ha perdido mucho peso?

-No, está muy bien, cuenta chistes a todo el mundo, come hasta bombones para curarse...

-Él es fuerte y casi que será peor porque tardará más en morir.



      Fueron 52 minutos de conversación, Nemesia no lo recuerda pero pasó una hora y media entrando y saliendo del coche. Pensó en llamar a alguien, no guardarse algo así para sí misma, pensó en algunas pocas personas pero nadie le pareció apropiado, todos restarían importancia o no serían fuertes, ella debía cargar a solas con eso, debía callarlo y enterrarlo a su padre, a su madre y a su hermana. Su hermana... No dejaba de pensar en ella, era tan joven, por fin había encontrado su camino y no iba a tener un padre en él y su madre... Toda una vida con el mismo hombre. Nemesia se preguntó un breve instante cómo se le dice a una madre "el amor de tu vida se muere lenta y dolorosamente", ¿cómo se protege a una madre de eso? ¿y a una hermana que por fin ha encontrado su camino y no sospecha que la muerte no perdona a nadie? Entonces se confirmó a sí misma que debía guardárselo. Pensó en llamar a Alejandro, pero Alejandro la repudió después de morir su madre también de cáncer. Desde entonces todo entre ellos había muerto lenta y dolorosamente, sólo hacía dos años y le parecía una eternidad. 
Hacía a penas una hora había sabido que su padre moriría y cómo sería. Y entonces, ¿cómo asumir compartirlo con Alejandro y que éste se mostrara evasivo o no quisiera ni siquiera hablarle? No podía respirar, entró al coche se sentó, sacó el segundo paquete de Marlboro del día, no podía llorar estaba bloqueada. Salío, se ahogaba. Ella no lo recuerda pero daba vueltas alrededor de su propio coche, dudando qué hacer, dónde ir, a quién acudir. “A nadie, estoy sola con esto” -pensó y tomó una decisión-.Si se muere de verdad me suicidaré, tomaré pastillas y no sentiré nada, sí eso haré”. “Ojalá hubiéramos muerto todos juntos en un accidente de coche y no tendría que pasar por esto”. “¿Y mi boda?” “¿y el baile?”, bailamos en todas las bodas y nunca bailaremos en la mía, nunca leerá los libros que le regalé, no tendrá tiempo. “¿Mis hijos?” “Cuando sea abuelo les enseñaré a dar de comer moscas a las arañas”-recordó con un dolor insufrible qué él solía decir y ya nunca lo haría-. “No he terminado la carrera ni lo verá”, “nunca la terminaré, no pienso terminarla ni seguir sin él, cuando muera me suicido, no puedo ir al funeral, pero no quiero dejarlas solas pasando por eso”. “Es mejor que me suicide después del funeral, espero que me dejen sola, tal vez es mejor suicidarme cuando haya pasado un año, hacer creer a todos que estoy bien y luego irme a morir en la montaña sola para que no sufran...”

“¿Por qué no puedo morir yo por él? Yo me cambiaría”, “él hace más falta en casa que yo”. “A mí de verdad no me quiere nadie y a él lo quiere todo el mundo”, “seguro que si deseo morir yo con mucha fuerza lograré que él se salve, daré mi vida por la suya”. “Seguiré así, sin comer ni apenas dormir y fumando a saco, tal vez así me ponga enferma y me muera y no tenga que suicidarme”. Pensando todo esto se dio cuenta de que estaba sola con esa carga, sabía que así debía ser y decidió callarse para siempre.

Recogió a su hermana en el colegio, ensayando para hacer el papel de su vida como la princesa más fuerte de la historia, realmente se le daba muy bien. Había “ensayado” con la enfermedad y muerte de la madre de Alejandro durante dos años, proteger y dar amor y esperanza le salía tan natural como respirar.

    Nemesia le dijo a su madre que Mariluz le había dicho que debían esperar a los resultados de la biopsia y que estuvieran tranquilos. Mentir a su madre para protegerla fue difícil por el motivo del que se trataba, no por mentir para protegerla porque llevaba haciéndolo desde tan pequeña que no recordaba cuando empezó.


      Esa noche, como era habitual hasta que el padre fue ingresado, fueron al bar de siempre. César no lo recuerda y ella nunca lo olvidará por las circunstancias que envuelven el caso pero él la abrazó y era un hombre de esos que no expresaba emociones. Realmente lo que le ocurría a César es que estaba bastante amedrentado por la mujer que era Nemesia, por la mujer que todos ven en ella menos ella. No esperéis oir nada grandilocuente, él después del abrazo la miró y no solía mirarla, era tímido, pero la miró tan de verdad que le costó no soltar coraza escudo y lanza y llorar ante él. Dijo: “te admiro muchísimo Nemesia, sólo siento admiración por ti y por todo lo que haces por tu familia y lo fuerte que eres, todos te admiramos y yo estoy muy impresionado, te llevo cinco años y no podría hacer lo que tú. Eres muy valiente y... es verdad que tienes unos ojos preciosos”. -No os encariñéis con César porque no salió bien, él tenía sus propios planes y ¿adivináis qué? No eran quererla y cuidarla. De todas formas, hay actos insignificantes o que ni siquiera recordamos (como lo que César dijo a a Nemesia que para él no significó nada ni ha existido nunca) que suponen un punto de inflexión, en la vida de otros-.

   Nemesia después de esta breve conversación se fue al baño a llorar, “qué duro”-se dijo-, “el mismo día que sé que mi padre va a morir me doy cuenta de que me gusta un chico y es casi un hombre porque es mayor... ¿Será verdad que toda muerte conlleva nacimiento?, ¿y si él fuera lo que he estado esperando? qué pena “enamorarme” cuando mi padre va a morir y cuando yo voy a suicidarme. Me habría gustado besarle al menos una vez antes de morirme pero no se me ocurre nada de ser peor hija que pensar en algo así cuando mi padre se está muriendo... Pero él parece comprensivo... Debo de ser la peor persona del mundo por seguir pensando en esto en un momento así”. “Todo esto es una tontería, seguro que no siento nada pero estoy pasando por el peor momento de mi vida y estoy confundida. Sí tiene que ser eso”.



      Una semana después, Nemesia decidió que daba igual la novia de Alejandro, su vida al margen de ella y todo lo que había pasado hacía dos años. Ella sólo concebía podérselo contar a una persona en el mundo y evidentemente lo eligió a él, o más bien se rindió a la idea de contárselo a alguien y como tenía muchas ganas de que alguien la sostuviera en el peor momento de su vida y alguien tenía que ser Alejandro pues se lo contó sólo a él.

-Alejandro, mi padre...- él la cogió de la mano instintivamente, ella como estaba convencida ¿y aun lo está? De que era el amor de su vida quiso pensar que fue por proteción y cariño, pero sólo fue un impulso.- Se está muriendo y no puedo creerlo, nadie lo sabe, por favor no se lo digas a nadie, será nuestro secreto otra vez... No puedo creerlo.

-Ni lo creerás, de mi madre hace dos años y yo aun no lo creo...

El impulso la venció y habló sin pensar.

-Le prometí a tu madre cuando murió que si tenía una hija -Nemesia omitió muy prudentemente el “mos” si teníamos una hija, fue lo que quiso decir y calló- se llamaría como ella. Yo la quería mucho y la admiraba mucho, ¿lo sabes verdad?.



       Ella sabía que él ya no quería recordar esas cosas, o peor, que ni las recordaba. Pero pareció que estaba pasando un milagro. Él la miró como antes cuando eran dos mitades que formaban un todo, sólo fue una milésima de segundo, por primera vez en dos años desde el funeral ¿¡Alejandro iba a llorar a solas con ella!? Pero los milagros no existen así que sí, él se emocionó, bajó la mirada reprimió el llanto y el nudo en la garganta... Pero en un parpadeo volvió a alzar la vista y le dijo.

-Bueno -le dio un leve toque en la mano y sonrió como si nada, el desconocido había vuelto- hablemos de cosas felices, mi hermana está embarazada, voy a ser padrino. ¿no es muy fuerte?

Nemesia, cuando Alejandro la despidió con un ademán diciendo: "me voy corriendo a por el bus que llego tarde a ruso dale un beso a tu padre" rompió a llorar. Lloraba con todo el cuerpo pensando en aquella canción que hacía dos años fue tan importante porque ella en su eterno amor ciego seguía pensando que "había demasiados buitres negros, que él era demasiado bueno para ellos y que era demasiado frío el momento en que ella lo estaba perdiendo todo" incluido a a Alejandro otra vez.

[…]

      Era oficial, estaba completamente sola ante la muerte de su padre, sólo había reunido fuerza para decírselo a alguien y le había hecho daño; sin querer, sin saber, como sea pero le hizo daño. Nemesia pensaba que aquello que los separó -(la muerte de su madre por la misma enfermedad que ahora mataba a su padre)- ahora que ella estaba padeciendo lo mismo, él tendría piedad y compasión y los uniría... Pero como las desgracias nunca vienen solas tuvo que asumir, y asumió también, el golpe de que Alejandro no iba a estar para ella como ella estuvo para él hacía sólo dos años.



Y entonces Nemesia tuvo que aprender y aprende todavía muchas cosas en la escuela de la Vida y colorín colorado este cuento no ha terminado.