domingo, 27 de octubre de 2013

Me encantan las bodas

Este fin de semana he estado en Andalucía en la boda de unos amigos. Ha sido muy divertido. Quise escribirles algo y en principio creí que el texto sería para leer en la iglesia por lo que puesto aquí me parece demasiado formal, pero no deja de ser muy en la línea del blog y de lo que pienso sobre el amor y lo que personalmente creo que significa contraer matrimonio.

Si tenemos en cuenta que hay unos 7000 millones de personas en el mundo quizá alguien comparta conmigo que el amor es un encuentro. No se trata de un encuentro sencillo y por eso lo entiendo como el hallazgo de un tesoro espiritual y profundo que nos une sin que nada podamos hacer ni decir salvo rendirnos a ese sentimiento y aceptarlo.

Dos personas que nacen entre 7000 millones de personas más, no tienen en principio el camino fácil para encontrarse y unirse el uno al otro para siempre. Pero el Universo siempre tiene sus propios planes y si algo tengo claro es que si dos personas están destinadas a estar juntas lo estarán.

Todos hemos nacido a la Vida del amor de un hombre y de una mujer y por eso entiendo la celebración del matrimonio como ritual de formación de la pareja y a su vez, la formación de la pareja como el fin espiritual de la existencia humana y el sentido de la vida misma ya que en puridad de esa unión nacemos y por lo tanto somos. En esta creencia que explico y tengo, opino que todo en la vida nos dirige y encamina hacia el otro. Tengo claro que el amor es la fuerza que mueve al mundo. Entiendo pues, que todo lo que habéis vivido desde que vuestras familias de origen os dieron la vida os ha encaminado a este momento; a este “sí quiero” que hoy os habéis dado. Creo firmemente en esta suerte de amor que os deseo para siempre y que hoy -frente a la alegría de vuestras familias de origen y de vuestros amigos celebramos juntos y adquiere pleno sentido con vuestro matrimonio.

Deseo que la gran dicha de hoy sea ínfima con la que os esté por llegar y os merecéis. Deseo que cada día recordéis la promesa de amor eterno que hoy os hacéis y la reinventéis mejor y más sólida día tras día y año tras año. Que en los momentos de discusión o crisis que llegan a veces a todas las parejas recordéis que la igualdad y el respeto han fundado la vuestra y que, aunque diferentes, o teniendo diferencias en algún instante, no hay nunca mejores ni peores en una pareja sólo iguales, sólo el uno respetando al otro.

Deseo que nunca os lleguen las dificultades y que si lo hacen las enfrentéis con las manos entrelazadas como esposos aliados que hoy sellan su amor simbólicamente con la entrega recíproca de vuestras alianzas.

Deseo que de este amor profundo que os tenéis nazcan vuestros sin duda hermosos hijos y que podáis disfrutarlos todo cuanto la vida os permita y que sean más de cien años.

Vuestra familia amigos y yo misma os deseamos todo lo mejor para vuestro matrimonio y que seáis siempre felices.

jueves, 24 de octubre de 2013

Recuerdos

Hace poco alguien me preguntó si me felicitaba por mis logros y caí en la cuenta de que no. -Tengo una Rotenmeyer interior muy gruñona.



Hace también muy poco iba paseando por una de las calles de mi ciudad por la que he pasado muchas veces y entonces me asaltó un recuerdo a punta de pistola y casi me obligó a detenerme y alzar las manos.



Recordé algo tan cotidiano como que en esa calle estaba el dentista de Alejandro y empezó la película: me vi a mí misma años atrás, más joven, con el pelo por la cintura y más acné, subida a aquellos tacones que siempre llevaba a diario, con aquel móvil que no tenía whatsapp, con 20 años ¿cómo puede haber cambiado todo tanto en tan poco tiempo?... Estaba hablando por teléfono, mis amigas me proponían quedar para cenar y yo dije: “un momento me suena que tengo algo ese día por la tarde... -saqué la agenda- sí, eso era ¿ves? Ya sabía yo que tenía algo. No puedo quedar, Alejandro tiene dentista por la tarde. Menos mal que me apunto todas sus cosas porque pedimos cita hace tres semanas ¿te imagina que se me olvida? ¡Qué liada! pobrecito, no quiero que tenga que preocuparse por nada, bastante tiene con lo de su madre... Pero quedamos esta semana cuando él esté en el trabajo o no me necesiten en su casa”.



Ese mismo año, su madre con un pañuelo rosa hermosamente anudado en la cabeza que le regalamos sus hijas y yo por su cumpleaños antes de navidades me dijo: “¿me acompañas al PAC a por las recetas de mi madre en un momento antes de comer?”



Entonces paré la película y me felicité. Esa era yo y afortunadamente ya no. Me dí la enhorabuena porque recuerdo lo realizada que me sentía por cosas como acompañar a Alejandro a los médicos que tuviera que ir y apuntarme sus citas en mi agenda, sus prácticas de la universidad... Lo bien que me sentía por llevarle al trabajo y además cumplir con mis quehaceres diarios. Recuerdo lo feliz que me hacía cuando me decían: “no sé como no estás agotada tienen que estar todos muy contentos contigo por lo que haces por ellos, yo no podría”. Recuerdo lo integrada que me sentía en su vida y en su familia por hacer cosas de esposa de los años 50... Recuerdo que a mí eso me parecía amor y me felicito por haber visto la realidad.



Me felicité porque pese a todo y a todos creo en el amor con toda mi alma -aunque no lo creáis- y ya nunca más me haré eso a mí misma. Nunca me desubicaré, ni haré o daré más de lo necesario para ser querida y aceptada porque ahora me quiero y no merezco eso. Siento nostalgia a veces porque eso es el único “amor-hacendado” que conozco, pero también ilusión porque intuyo que el amor sano y verdadero en el que creo debe ser maravilloso y distinto a todo lo vivido.

martes, 8 de octubre de 2013

El retrato de la mujer que ama demasiado

La dependencia emocional no son los padres -aunque mucho tengan que ver, pero eso es harina de otro costal.



¿Cómo saber si soy dependiente?



       En principio es muy sencillo, lo que pasa es que precisamente por su sencillez y porque está a la orden del día se camufla en una forma “normal” de relación de pareja; en una forma “normal” de amar y relacionarse en pareja. De igual manera que en las rupturas se identifica con una forma más o menos “normal” y culturalmente aceptada de sufrimiento.



Síntomas y conductas típicos -como siempre vaya por delante que salvo mi experiencia no tengo conocimientos profesionales -(no soy psicóloga, ni psiquiatra, ni trabajadora o educadora social)- o de rigor científico sobre lo que explico, pero sé de lo que hablo. Siempre recomendaré acudir a un especialista (preferentemente a un/a psicólogx antes que a un psiquiatra) para cualquier diagnóstico y ulterior tratamiento personalizado.



Puesto que hablo de mí explicaré el problema de la dependencia emocional desde un punto de vista femenino para ayudarme con la narración pero es perfectamente extrapolable al masculino.



1. Somos niñxs adultizadxs, normalmente hermanxs mayores o que por cualquier circuntancia debimos desarrollar muy tempranamente demasiada responsabilidad dentro de la familia de origen.



2.Tener novio es el motor de mi vida, de la Vida y del Universo.



3.Todos los temas de conversación empiezan por “mi novio.../mi marido...” También vale añadir ex a estos dos sustantivos.



4.Si no tengo novio es porque no valgo la pena como mujer ni como persona.



5. La vida de mi novio, sus proyectos, sus triunfos y sus fracasos son mis triunfos y mis fracasos. Soy culpable de sus fracasos e irresponsable de sus triunfos. Yo no me refuerzo con sus logros pero pretendo que los demás lo hagan. Ejemplo: queremos que nos digan y nos reforzamos con frases como; “tu novio es otro desde que está contigo”, “menos mal que te tiene a ti”.



6. Manipulo a mi novio para conservarlo a mi lado (él siempre querrá huir de mi lado y yo conservarlo) y victimizamos para que se quede con nosotras, en plan: “en la vida vas a encontrar a ninguna que te quiera como yo y lo sabes”, “tenías a tu lado a una mujer maravillosa y la has perdido por irte con otra”.



7. Perdonamos lo imperdonable: infidelidades, humillaciones y malos tratos físicos y psicológicos. La magnitud de nuestro amor se mide por lo que consentimos y perdonamos, así, cuantos más cuernos perdono es porque le quiero más, me vanaglorio de todo lo que soporto y perdono para que vean lo grande que es mi amor por él aunque eso me destroce por dentro.



8. Somos la chica para todo, hacemos lo que sea: lavar, planchar, cocinar, ayudar a su familia en lo que es de nuestra competencia y lo que no, cuidamos cuando están enfermos, animamos y más bien obligamos a que estudien o trabajen para que progresen con su vida.



9. Le compramos con: regalos caros, viajes... y nos pasamos el día maquinando cosas que le hagan feliz para que siempre esté bien con nosotras y no quiera dejarnos nunca.





10. Nos sentimos realizadas como personas sólo cuando él lleva a cabo nuestras recomendaciones, es un motivo de orgullo a exhibir a nuestras amigas. Igualmente si no nos hace caso el fracaso es nuestro y debemos mejorar el enfoque para que a él le resulte una idea atractiva. Ejemplo: si queremos que estudie la ESO estudiar con él, hacerle esquemas, acompañarlo a clase...



11. Nunca estamos cansadas si de cualquier cosa de nuestro novio se trata, ni nos quejamos nunca. Creemos que él no merece una mujer quejumbrosa ni cansada.
 12. Ponemos en riesgo nuestra salud (ignoramos a nuestros nervios, ansiedad y malestar) por su amor.



13. Él merece lo mejor siempre, nosotras no. La suerte es nuestra porque él haya querido estar con nosotras y no al revés. Él es lo más importante, nosotras no nos miramos, no nos queremos siempre estamos disponibles para todas sus necesidades. Él nos necesita y estamos ahí fielmente, nada en el mundo es más importante. Creemos más que nada en el mundo que eso es amor.



14. Cualquier hombre que muestre interés en nosotras es buen candidato para ser nuestra pareja. Ni nos planteamos ser selectivas porque sentimos en el fondo que no somos dignas de amor y hay que tener novio, el que sea para sobrevivir.



15. Nos encantan los novios celosos pero fingimos que no nos gustan sus celos ante nuestras amigas. Medimos su amor hacia nosotras por los celos que él tenga. Decimos cosas como “es que me tiene muy celosa porque me quiere muchísimo”. Es lógico y necesario -creemos- que él se enfade o nos nos deje salir vestidas de forma demasiado provocativa. Aceptamos de buen grado que nos diga “ahora tienes novio, no puedes salir así”. Luego ya dejamos de salir porque ni nos apetece, sólo queremos estar con él...



16. Cuando tenemos novio somos (nos creemos): guapas, altas, divinas, estupendas, sensuales, florecidas y maravillosas. Sin novio somos cucarratas -me lo acabo de inventar juntando rata y cucaracha.



17. Buscamos novios adictos y consumidores de drogas, alcohol o juego. Carentes de autoestima, depresivos y con intentos de suicidio. Lo mejor que te puede pasar es que te toque el novio full equip: que sea dependiente de las tres cosas, depresivo y que se haya intentado suicidar. Si tiene una familia desestructurada o es huérfano de padre o madre suma puntos. Creemos que con la fuerza de nuestro gran amor él dejará todo eso y lo superará, sólo necesita que le amen lo suficiente y yo lo voy a hacer. Nosotras somos capaces de amar a la Bestia.



18. La finalidad de cualquier proyecto o actividad es encontrar una pareja si no se tiene ya. Por ejemplo, necesitar sí o sí ligar cuando sales de marcha con tus amigas si no ligas volver a casa llorando sintiéndote la más cucaracha de todas repitiendo "¿qué hay de malo en mí' ¿qué es lo que hago mal para que nadie me quiera ni gustarle a nadie?".

Si se tiene pareja todo en lo que él no esté presente es aburrido y no queremos hacer nada sin ella.



19. No tenemos autoestima. No nos respetamos como personas ni nos aceptamos físicamente y buscamos inconscientemente parejas que aumenten nuestros complejos e inseguridades. Cuanto menos nos queremos ni respetamos más creemos -inconscientemente- amarle a él.



20. Solemos padecer trastornos de ansiedad y del sueño por nuestras relaciones destructivas, pero los ignoramos.



21. Si mi novio me deja como dice Amaral “sin ti no soy nada”, “dragones y abismo” es la mayor desgracia que me puede pasar.



22. Preferimos morir que ser abandonadas por nuestro novio. No tenemos ganas de vivir (solteras).



23. No soportamos estar solas ni pasar tiempo con nosotras mismas, necesitamos estar siempre acompañadas por quien sea, especialmente por las amistades que nos dicen “yo creo que volveréis” pero ninguna compañía nos llena si no es la de él.





24. Siempre queremos volver con él cuando nos deja o es infiel, defendemos lo indefendible y justificamos lo injustificable. Eso es amor-creemos.



25. Siempre tenemos la culpa de que él nos haya dejado y nos la damos por no haber sabido ser lo suficientemente: cariñosa, comprensiva, amorosa, sexual o equis cosa con la que se nos ocurra destruirnos. Si nos ha dejado por otra ella siempre será mejor que nosotras pero la culpa será siempre de ella, nunca de él. Él es bueno, es la víctima de esa seductora y mala mujer, le queremos y queremos volver.



26. Nos asaltan pensamientos suicidas tras la ruptura muy difíciles de controlar.



27. Dejamos de comer o comemos en exceso cuando somos abandonadas, nos damos a la bebida o las drogas y nos regalamos al primero que pase para ver si será él el príncipe rescatador que nos salve de estar solas.



28.Tratamos de darle pena para que vuelva a nosotras aunque ya esté con otra, si no lo hace amenazamos y manipulamos.



29. Nos enamoramos de todos por igual y sufrimos por todos por igual. Sea el chico que conocí ayer de marcha o mi novio de hace dos años, sufro con el mismo grado de ansiedad su pérdida.



30. Estamos obsesionadas con tener al novio que sea o recuperar al perdido y no soportamos que nos lo digan a la cara.



31. Nadie entiende nuestro gran amor ni como nos sentimos, creemos que los demás quieren que no volvamos con él porque no saben lo que estar enamoradx, -somos para con el novio que sea algo así como Gollum con el Anillo Único de Poder.



32. Las mujeres que padecemos esta patología, de no ponerle remedio, corremos un alto riesgo de morir jóvenes por cardiopatías o trastornos nerviosos. vid. María Callas.
Si te has sentido identificadx en algo ¡cuidado! Si te sientes identificadx en todo y además quieres ponerle remedio: SÍ SE PUEDE.


lunes, 7 de octubre de 2013

Reiki

¿Qué es Reiki?



       El reiki es -dicho con mis palabras- la Energía Vital Universal -cuya existencia, vaya esto por delante, no está demostrada científicamente pero en la que yo, que no soy nadie, creo. Se trata de una técnica de sanación milenaria redescubierta por Mikao Usui (un monje zen japonés). Todo en el universo tiene una energía que el reikista canaliza a través de la imposición de manos a otra persona. Mediante el acto de imponer las manos se pretende la sanación de la descompensación (si la hay) de energías en la persona receptora; si no hay descompensación también se puede recibir reiki para potenciar la relajación y el bienestar. 

      Todo el mundo puede dar reiki (si ha sido sintonizado por un maestro) y todo el mundo puede recibirlo en cualquier caso.

Pese a que se practica en muchos hospitales en pacientes enfermos de cáncer y de psiquiatría ,los médicos (en general) son reticentes a esta práctica que consideran paraciencia, placebo y creencia. Lo que sí es un hecho científicamente probado es que mejora el sistema inmunitario, es decir, las defensas. Otro hecho es la efectividad que tiene sobre las quemaduras.


Una mentira muy extendida y que ha hecho no poco daño a esta práctica es que el reiki cura el cáncer.-Sin comentarios.



      De mi familia fui la primera y única en saber que mi padre iba a morir inexorablemente como ya he escrito en otras ocasiones. Mantuve el secreto a salvo de mi madre y mi hermana para protegerlas, “piensa en qué haría papá y hazlo” -me repetía cuando tenía alguna duda (acto que he pagado en incómodos plazos durante casi 3 años).



Cercana la fecha de la muerte dí a entender a mi hermana que “tal vez” (yo sabía bien que no) nuestro padre no se salvaría, ella tuvo un ataque de ansiedad al momento. No dejaba de llorar, ni podía respirar, ni moverse. Yo sabía que iba a pasarle eso y a mi madre algo peor, motivo por el cual guardé el peor silencio que he guardado en mi vida. Tenía claro que mi madre se suicidaría tras la muerte de mi padre o bien, estaría tomando pastillas a perpetuidad sin poder moverse de la cama. Tenía claro que me quedaría sin padre y sin madre a la vez. Tenerlo claro no me restaba dolor ni ansiedad obviamente pero estaba ocupada... No deseo tanto mal a nadie como el que sentí ese mes...



En este contexto, fui fuerte porque ser fuerte era mi única opción. Sólo se lo dí a entender a mi hermana porque a mi padre se le acababa el tiempo y quería amortiguarles el golpe.



Estábamos (cuando mi hermana sufrió el ataque) con una amiga cuya madre es maestra de reiki desde hace años. Nuestra amiga Marta que estaba con nosotras en ese momento me dijo: “vámonos a ver a mi madre, yo os llevo” yo fruncí el ceño y me compadecí de mi amiga por creer en “esas cosas raras que hacía su madre”. “¿Qué cosas eran las que hacía? un día me regaló una piedra que no entendí pero era un regalo... ¿qué era lo que hacía?, ¿brujería?, ¿era santera?, ¿curandera?, ¿astróloga? Tal vez era una de estas personas que cuando una familia pasa por un calvario como tener a un familiar en estado terminal de cáncer trata de aprovecharse de su dinero, yo debía ir con cuidado. Por desgracia ha habido casos donde falsos maestros reikistas han hecho tales cosas. Eso me dije, primero porque nunca creí en estas cosas y no sabía qué me iba a costar la broma de ir a ver a su madre... No sabía a donde iba, ni qué era el reiki. Por respeto a mi amiga y a que esta señora era su madre y si la hija es buena, presumí que la madre también y que no se aprovecharía de nuestra situación, accedí. (Compadeciéndome de mi pobre amiga que cree en las cosas raras de su madre) -pensaba yo en ese momento-, a llevar a mi ansiosa hermana a su casa.

Cuento todo lo que se me pasó por la cabeza porque son muchos prejuicios que tiene la gente sobre este tema, la mayoría, como era mi caso, por absoluta ignorancia y desconocimiento.



Mi hermana no podía hablar así que expliqué la situación como quien narra una historia ajena a la madre de mi amiga, yo debía dar tranquilidad, yo no estaba teniendo un ataque y mi hermana sí. -También he pagado esta protección ajena en incómodos plazos de casi 3 años.



Mi hermana temblaba sobre la camilla, no podía respirar y lloraba como una persona de 21 años que intuye que su padre va a morir dentro de poco. Al imponerle las manos, la que hoy es mi maestra, sobre la cara (chakra del tercer ojo) mi hermana dejó de temblar y llorar de forma automática y cerró los ojos muy relajada. Sé que como prueba sólo tengo mi honor y mi palabra pero fue así y a mí me estalló en la cara todo lo que había prejuzgado a esa mujer a la que no conocía y sobre mi “pobre amiga” la que cree en las cosas rarunas que hace su madre.


        El hecho es que mi hermana se fue muy bien de allí y yo tras mi sesión, después de la de ella, me fui muy relajada. A mi yo escéptica se lo expliqué diciéndole que había sido por el incienso, la música y la tranquilidad que desprendía esa mujer y nada más. Sólo casualidad. Mi hermana durmió toda la noche, lo sé porque yo estuve despierta absolutamente incrédula.



       Mi padre murió ocho días después de mi primera toma de contacto con el reiki. Yo no creía en nada espiritual, ni universal ni en nada obviamente.

Cuando la vida te roba a alguien así es difícil conservar la fé y yo no podía conservar lo que nunca había tenido. Yo quería morirme pronto o dentro de un año en función de como fueran estando mi madre y mi hermana. Cuando ellas estuvieran mejor quería suicidarme, sabía como y donde y que nadie lo sabría. Simplemente no quería ni podía vivir sin mi padre. En mi mente tenía un gran sentido que mi padre viviera y yo muriera, él tenía una familia. Mi madre le necesitaba, mi hermana también. Tenía muchos amigos, se iba a jubilar ese año, tenía que ir a hacer el camino de Santiago, tenía que volver a vivir en su pueblo. Tenía que vivir. Mi vida era absolutamente prescindible, pensaba que mis amigos superarían mi pérdida pronto porque eran de mi edad. Nunca me había (ni me ha) ido bien en el amor así que mi vida no sería una pérdida para nadie, creía que mis padres vivirían por mi hermana, pensaba que mi muerte era lo mejor que podía pasarnos a todos y no deseo a nadie sentir así con 23 años. Si alguien debía morir de cáncer era yo y no él. Pedí todo ese tiempo que guardé el secreto que si había “algo superior” un dios, un equis que nos manejara a todos como piezas de ajedrez cambiara mi vida por la de mi padre. Lo poco que podía dormir, me iba a la cama repitiendo el mantra. “Me cambio por él, que me muera yo y no mi padre”, “me cambio por él...” Puesto que nadie superior, ni inferior, ni ninguna deidad, ni santo, ni ángel,ni mis familiares fallecidos me hizo caso en mis súplicas ¿por qué iba a creer en nada espiritual?¿qué en el Universo podía permitir que mi padre muriera joven dejando a dos hijas que lo amaban y a una mujer de la que estaba enamorado?



     Durante dos años tragué pena, dolor, miedo, rabia, desesperanza y ganas de morir. A mi estómago no le pareció bien ese menú continuado y en febrero de este año me dijo basta. Me detectaron síntomas de úlcera de estómago, finalmente tuve suerte y fue sólo una bacteria llamada helycobacter pilory y a la que le gusta vivir en la boca del estómago de gente que padece ansiedad. Tomaba diez pastillas diarias durante doce días. El médico me dio el alta después de ese tiempo y un mes después yo aun seguía sintiendo que alguien me había colgado un ladrillo con un gancho en el nacimiento del estómago, me dolía mucho y no podía comer de todo. El médico me repitió todas las pruebas dos veces y todo estaba bien, menos mi dolor de estómago, claro.



Hastiada de médicos, ecografías, gastroscopias y demás recordé a la madre de Marta tras haber asistido a una sesión de constelaciones familiares... Pensé en ir a verla, si me sentía mejor bien y sino habría perdido dos horas de mi vida, pero por probar que no quedara.



Me recomendó someterme a un tratamiento depurativo de 21 días y recibir 8 reikis con ella o quien yo quisiera. Yo para mis adentros pensaba “no sé ni qué hago aquí hoy así que imagínate venir 7 veces más”.



El dolor remitió pero no del todo en la primera sesión, al menos dormí sin despertarme por el dolor esa noche. Antes de irme me dio una piedra para que me la pusiera en el estómago cuando me doliera, yo en el coche al irme pensé: “pobre mujer... Cree en estas cosas hay gente para todo, es un poco raruna”.



Para decepción de mi yo escéptica, un día que salí a cenar y el dolor volvió muy intensamente, por desesperación, a las 3 de la madrugada vi la bolsita con la piedra y me la puse en la boca del estómago sintiéndome muy imbécil no os vayáis a creer. No hacía efecto, esperé... Unos diez minutos después el dolor se fue. Mi yo escéptica me dijo: “se ha ido solo, la piedra es casualidad”.



En esas ocho sesiones de reiki me pasó de todo y nada malo. El dolor se fue y no me importa a donde.



A día de hoy me siento muy feliz de haber cursado ya el segundo nivel de reiki y de la paz interior que me ha dado. Me arrepiento de haber sido tan escéptica y de no haber ido antes pero voy intuyendo que no era mi momento y que todo pasa por algo.

domingo, 6 de octubre de 2013

Dependencia emocional

Hoy un chico de 22 años, -lo cuento con su permiso- se ha puesto en contacto conmigo a través de mi página de facebook y me ha hecho sentir muy halagada y acompañada en este proceso de superación de la dependencia emocional. Una de sus preguntas y que mucha gente me ha lanzado desde que tengo el blog es: ¿qué puede hacerse para superarlo? ¿se puede?


Empezando por la última pregunta, sí se puede pero no es fácil. A pesar de lxs boicoteadores que nos encontremos en el camino, y de las dificultades inherentes a nuestra personalidad se puede vencer esta adicción.


Dado que no soy ninguna autoridad en esto, ni tengo estudios especializados sobre la materia hablaré sólo de las posibles soluciones que he experienciado en primera persona y que a mí personalmente me han ido bien y también las que no. Si alguien está interesado en que profundice en por qué sí o por qué no recomiendo alguna cuestión en concreto; que se ponga en contacto conmigo y trataré el tema en el blog por si pudiera ser de provecho para alguien más.



SÍ:



*Psicoterapia continuada:

a)Gestalt.

b)Sistémica.

c)Constelaciones familiares.

d)Terapia de grupo.



*Libros de autoayuda (con el consiguiente tratamiento en terapia de lo leído), recomendaciones: “Las mujeres que aman demasiado” Robin Norwood. "El buen amor en la pareja" Joan Garriga. “El camino de las lágrimas” Jorge Bucay. “Los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus” John Gray. -Me queda pendiente añadir un libro (cuyo título ahora no recuerdo) sobre la fobia al compromiso de los hombres que me ayudó mucho y es justo que lo mencione aquí. 
Me comentan que está descatalogado pero tal vez en internet aun se pueda encontrar "Los hombres que no saben amar" Carter, Steven y Sokol, Julia. Javier Vergara.


*Reiki.



*Gemoterapia.



*Yoga.



*Flores de Bach.



*Meditación.



*Deporte.



*Cambio de hábitos y compañías, entiéndase a cambios saludables.



*Ocupación: estudio, trabajo (si hay posibilidad) y desarrollo de hobbys.



NO/ NUNCA/ EN NINGÚN CASO:



*Ansiolíticos o antidepresivos sin prescripción profesional.



*Beber, comer o drogarse compulsivamente.



*Volver con la persona objeto de nuestra adicción o tener encuentros sexuales esporádicos con él/ella. Tampoco buscar una nueva persona a la que ser adictxs. Si eres dependiente, serás adictx a cualquiera hasta que te trates con ayuda profesional.



*Fomentar la idea de que estar con esa persona es la varita mágica de Hada Madrina que soluciona nuestros problemas y rodearnos de gente tóxica que fomenta esa afirmación.





Matizando afirmaciones y negaciones, estoy a favor de cualquier terapia natural y alternativa, me parece más sano y más recomendable que acudir a las pastillas.


Para la dependencia emocional, repito, yo, que no soy nadie ni sé nada salvo lo que he vivido de este tema, no recomiendo en absoluto y digo NO en rotundo a recurrir a ansiolíticos y/o antidepresivos, la toma de contacto con el dolor y la ansiedad es necesaria. No es fácil ni agradable, pero vale la pena y es lo más efectivo.



Existen muchas soluciones para este extendido problema, lo mejor es probar y quedarse con la que a cada unx le sirva y no dejarlo por difícil que sea.



Por último, ignorad esas voces o personas que -con ánimo de ayudar-, os hagan el flaco favor de decir cosas como: “todo el mundo ha sufrido alguna vez, yo no creo que tengas un problema tan grave” o “es normal, cuando tengas un/a novix buenx no sentirás así” etc. Si has/te han detectado una posible dependencia emocional o eres co-dependiente de una persona adicta a alguna droga y quieres ponerle remedio, pide ayuda y averigua cual puede serte más beneficiosa.