martes, 31 de diciembre de 2013

2013

Cerrar etapas siempre me ha resultado duro en todos los ámbitos de la vida.

Sin lugar a dudas el 2013 ha sido mucho mejor que el 2012 y me siento muy agradecida por ello. “Lo que me pasa es siempre lo mejor que me puede pasar”.

Empecé el año tratando de desengancharme de alguien, más bien, de desintoxicarme e independizarme emocionalmente. Creía que ya había aprendido a no prostituirme emocionalmente y creía también que ya no sentiría dependencia por nadie pero la vida me mandó directa a la recuperación, aunque me dijo que cada vez suspendo menos mal y que pronto aprobaré... Pasé ese examen con nombre y apellidos pero sabe dios lo que me costó. Hoy siento una profunda compasión por lo que fuimos el uno para el otro, hoy lo entiendo todo. Pero las prácticas me siguen fallando en los temas del corazón.

Continué el año cargando con la promesa que le hice a mi padre de terminar la carrera, con el peso de la presión de mi madre y de todos los que no entendieron lo que es perder a un padre como el que tuve y trataron de hundirme a golpe de adverbios temporales como ¿“aun” no has terminado? o “¿todavía” te quedan tres? Y “ya” hace tres años, deberías tenerlo superado. Estoy profundamente agradecida a esas personas que la Vida puso en mi camino para que me viniera abajo, sólo me hicieron todavía más fuerte porque se ve que aun no sabía lo fuerte que soy.

Enfermé del estómago por tragar tanta ansiedad, rabia y dolor, pero desde entonces las enfermedades para mí sólo son avisos de nuestro cuerpo para que le hagamos caso y paremos porque algo estamos haciendo mal.

Así cursé el primer nivel de reiki y más tarde el segundo y las terapias alternativas me sanaron. Esto ha sido lo mejor de 2012 para mí. Acercarme a ese mundo y participar de él.

En junio me rompí cansada de pelear con todo y que todo me saliera mal académicamente. Luchar para perder siempre pudo conmigo y tiré la toalla. Juré intentarlo una última vez o dejarlo para siempre porque estaba harta de mi carrera y sus sinsabores.

Fui bendecida con un buen trabajo en verano cuyo precio fue no ver apenas el mar que amo ni a mis amistades. Pero terminé la carrera que estaba terminando conmigo. Terminé la carrera y como ya auguré no me alegré por ello, sólo me siento menos cargada, ya no debo nada a mi familia. Ellos tienen mi título y yo mi libertad, a todas luces he salido ganando.

Pude ver a mi mejor amiga dando el “sí quiero”. Ese día fue muy especial, entendí muchas cosas sobre mi gran amor, el amor de mi vida sin dudas, -pero soy joven, habrá más, a fuerza de repetirlo me lo acabaré creyendo-. Le vi, me vi y perdoné, aunque aun me quedan algunos flecos que no me he perdonado a mí misma. Cuando nos vi no me quedó más remedio que perdonar porque no existe mayor acto de amor y así le dije adiós y solté el cordel con el que sujetaba nuestro Universo y todos nuestros años. Solté nuestro Universo el que yo guardaba que era un globo en forma de corazón con todas las cosas buenas y malas que habíamos vivido juntos, ¡cuántas cosas había dentro! Solté el globo y se fue muy lejos en el cielo hasta que desapareció de mi vista. Lloré en un avión, no sé a cuantos kilómetros de altura. Ya de pequeña no soportaba que mis globos se fueran volando. Papá no iba a comprarme otro porque estaba en el cielo, yo solté el globo con nuestro Universo para que se fuera al cielo donde debí enviarlo hace mucho. Nunca había soltado nada adrede. Sigue sin gustarme soltar pero tuve que hacerlo, ya soy mayor para globos en forma de corazón ni para crear universos paralelos con quien no me quiere y aun dudamos si lo hizo alguna vez.

Siento mucha más aceptación por la muerte de mi padre desde este año.

Y me fui a vivir a Inglaterra en el penúltimo mes del año. La vida me ha puesto delante nuevos retos, personas y experiencias que creí que nunca volvería a sentir y otras que pensé que nunca sentiría. Ocurrió la magia cuando salí de la zona de confort de mi tierra.

He conocido personas maravillosas que me han llenado el corazón. Sé que todas estan ahí por algo, que unas se llevarán cosas, otras me las dejarán pero todas me enseñarán algo, eso lo tengo claro.

Despido el año llevando dos días con el corazón muy triste y sin entender muy bien por qué lo despido así, en este país y lejos de los míos. ¿Por qué acepté tal cosa?
Pero ya he escrito que pienso que lo que me pasa es lo mejor que me puede pasar así que ya vendrán más nocheviejas, espero que mejores que esta que me deja tanto frío y un sabor tan amargo.

Dicen que cerca del final es donde todo empieza.

He recopilado para vosotrxs las entradas del blog de este año que más visitas han recibido. Muchas gracias a todxs por leerme y por seguir ahí o haber llegado justo ahora. A todxs vosotros: luz, paz y amor y os deseo una mejor Nochevieja que la mía.



nueve semanas y media
escribir evita úlceras
hoy hace 3 años
eres más guapa de lo que crees

lunes, 23 de diciembre de 2013

Celos

Ríos de tinta han corrido casi tan rápido como la proyección de películas. Lo hemos visto en Otello, en Juana la loca, en Moulin Rouge... Me refiero por supuesto a los celos.

Los celos encierran muchos sentimientos y, para mí, ninguno de ellos es de amor en el sentido de amor sano que desde aquí trato de definir.

Opino que lo celos nunca proceden tanto de la conducta del otro como de nosotrxs mismxs. Los celos esconden una obsesión y una inseguridad, esconden falta de autorrespeto y de autoestima. La idea inconsciente de los celos es: “si no me quiere ¿quién me querrá? ¿por qué la quiere a ella y no a mí?”. Una persona que se respeta y con sana autoestima jamás experimentaría esa sensación.

Sé que lo que digo es del todo impopular puesto que he escuchado a no pocas mujeres decir eso de: “es que se enfada si quedo con otros chicos porque me tiene muy celosa” como si ello fuera algo de lo que vanagloriarse. Muchas personas -(especialmente mujeres)- consideran que a más celos de él, más queridas son. Me decanto por el equipo de los chicos que opinan todo lo contrario como yo lo hago.

También está la típica y manida frase de “soy celosx si me dan motivos”. Soy de la opinión de que los motivos nos los damos nosotros mismos, no el otro o la otra. Ya sé que lo que digo es muy difícil, pero no creo que sea imposible de lograr. Aspiro a que Shakira pueda bailarle el “waka-waka en paños menores en un cuarto oscuro a mi pareja y no ponerme celosa y a saber que si lo hago el problema es mío. Mi pareja no me pertenece, es un alma libre como la mía. Si quiere compartir su vida y su sexualidad conmigo seré muy feliz y sino es que no es para mí y debe volar libre hacia el waka- waka de Shakira o cualquier compañera o compañero que le plazca. El Universo tiene preparado algo mejor para mí. “Todo aquello que me pasa es lo mejor que me puede pasar”. Desde que practico esta filosofía de vida, mi vida ha cambiado. Todavía no he logrado ser inmune al hecho de no ser “la elegida”o“la preferida” por él en esa fase en que aun está todo en el aire y no se sabe qué sois, pero sé que cuanto más me ocupe de mí, menos me importarán estas cosas.

Hablando de fases. Es una pena la necesidad de posesión y de marcar y definir al otro como algo nuestro y marcarlo con un hierro al rojo vivo cual “esta vaca es mía” para que todo el mundo lo sepa y nosotras durmamos tranquilas. ¡Cómo si ser novios, matrimonio, estar en una relación en facebook o tener un álbum de fotos rubricado “nosotros” con corazones y caras sonrientes fuera una garantía de fidelidad!

Como mujer cornuda en Navidad que he sido y en el resto de estaciones, la vida me enseñó una valiosa lección; si te va a ser infiel es porque quiere y porque puede y lo será de todas formas. De nada sirve ser celosa, posesiva, controladora. Igualmente lo hará, buscará el método. Y si estás ahí sé que no me crees, pero hasta te está haciendo un favor si esos cuernos son los últimos y puedes empezar a vivir para ti misma.

Como mujer a la que han abandonado como un perro en la autopista y he sido sustituída inmediatamente y por lo tanto me he puesto celosa por ello, la vida me enseñó otra valiosa lección. Primero; confía, llora y respira hondo. Después, la(s) mala(s) experiencia(s) y la terapia para sanar la dependencia emocional, me enseñaron que los que se van con otra “al día siguiente”, no se van con ella porque (pon aquí tu motivo preferido para destruirte y torturarte) se van con otra porque no saben estar solos. Pura y simplemente por eso. Primero fue su mamá y después necesitan a cualquier otra mujer, la que sea, no escogen, todas les vienen bien, para que les acompañe siempre y les solucione la vida. Siempre buscarán a otra porque solos no tienen ni puñetera idea de qué hacer con su vida.
Un día en casa en un momento de inspiración mientras aun estaba con el último dependiente con el que he estado pensé. ¿Si un día tenemos un hijo y se pone enfermo qué hará, llamar a su madre, llorar? Y si yo me pongo enferma y necesito su ayuda ¿qué hará?, ¿Decirme que tiene miedo y que lo siente pero que no puede soportarlo?

También mi orgullo quiere participar en este debate y añadir que nunca nos cambian por algo mejor, siempre nos cambian por algo más fácil. No pretendo denigrar a ninguna mujer cuando digo ´”algo”, me refiero a que a ellos les parece que su relación es mejor que la que teníais y no es que sea mejor es que es más fácil. Los hombres así (de dependientes, los que te cambian por otra al día siguiente) son inmaduros e irresponsables. Un hombre irresponsable nunca podrá comprometerse contigo ni con nadie así sea Adriana Lima con alas. Un hombre irresponsable no está comprometido consigo mismo y no sabe quién es, ni qué quiere. Primero mamá y después sus novias, las cuales ha ido enlazando haciendo liana se han encargado de su vida. Lo más fácil para este tipo de hombres siempre será una relación nueva y una chica nueva, ello siempre es algo más fácil que ser un hombre, ser responsable, ser comprometido e intentar arreglar las cosas. Y por supuesto, si no tienen arreglo, terminar bien. Pero nunca podemos esperar que esta clase de hombres termine bien con nosotras y si tanto lo queremos, sólo podemos desearle que él termine bien consigo mismo.

Para terminar, ¿qué ocurre con los celos extra-matrimoniales? Esos que se siente cuando alguien empieza a gustarte o cuando ya se ha terminado... Hace poco alguien me dijo que los celos en ese caso no son celos, es rabia o egoísmo. Puesto que la rabia es dolor camuflado estoy de acuerdo. Entiendo la rabia y el dolor por las expectativas truncadas en el primer caso, o por los proyectos fracasados en el segundo.
En cuanto al egoísmo por querer a esa persona para nosotros y no aceptar que esa persona quiere a otra; una relación desde el ego siempre se relacionará contra otro ego o con el ego del otro, nunca tendrá acceso a la esencia (al corazón). Si el ego es la coraza y nos relacionamos con la coraza puesta no podemos abrazarnos de verdad, las corazas (los egos) chocan, parece que se pelean, hacen ruido y molesta porque es desagradable ese juego/combate de egos de acción y reacción.
Pero si nos atrevemos a dejar la coraza y a abrazarnos a ciegas podremos expresar y no discutir, podremos pedir, comunicarnos y no exigir. Podremos decir: “sí, es verdad preferiría gustarte yo pero te deseo lo mejor si no sientes lo mismo, no eres para mí”. Tan importante como saber abrazar la esencia del otro, es saber soltarlo sobre todo si quiere irse. No ates a nadie nunca porque el corazón no se ata, la coraza sí y ahí está toda la basurita de uno.

Ese es el amor, sincero y sin celos, que quiero ofrecer y que deseo recibir, llamadme soñadora.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Hipatia

No sé si alguien vio hace unos años la película “Ágora” de Alejandro Amenábar. Pese a que dicen los entendidos que ésta pisotea la historia deliberadamente, me gustó mucho y ayer mismo recordé al personaje de Hipatia.

Como sabéis, Hipatia ha sido aclamada desde antiguo por movimientos feministas como un ejemplo de mujer hecha a sí misma, luchadora e inteligente, entregada a la enseñanza y el pensamiento, e incluso liberada sexualmente (de lo cual no hay datos históricos de rigor).

Ayer, por circunstancias del corazón y de la vida londinense recordé, como persona no entendida en el tema que soy, la película. Más concretamente la muerte de Hipatia y cómo uno de sus discípulos -(yo creo que enamorado de ella)- la asfixia porque sabe que un tumulto de cristianos enfurecidos van a lapidarla hasta la muerte. Simplemente me parece el momento de mayor carga dramática, ella acepta su muerte cierra los ojos lentamente dando a entender que ha entendido que es mejor morir así que lapidada. No me sorprende en absoluto la aceptación de su propia muerte, sin duda era una mente brillante y portentosa la que ostentaba.

Esta muerte me llevó a reflexionar algo que habitualmente digo a mis amistades y a mí misma en temas del corazón. “¿Qué prefieres: la muerte o la agonía?”

Al principio, cuando conocemos a alguien, como ya he dicho otras veces, se nos muestra el/la otrx en todo su esplendor -y oscuridad-, sólo hay que mantener los ojos bien abiertos y ser sincerx con unx mismx. Pero no pongáis esa cara de alivio que parece fácil pero a la hora de la verdad, el corazón nos juega malas pasadas. De esta forma, si no es valiente cuando le conoces, no lo será y si no te pregunta por tus cosas ya desde el principio, no esperes que lo haga movido por el clásico “deus ex machina”; el amor. Le gusta hablar de él y no de ti (alarma), no te está engañando lo está mostrando abiertamente y te lo está demostrando no incurriendo nunca ni por accidente en la consideración de preguntarte cómo estás o de pensar que alomejor estás absolutamente agotada y que mueres por dormir, pero claro, "pobrecito (otra alarma) está muy triste y ha tenido un día horrible, ¿y tú qué? tú sin embargo puedes con todx porque eres Harry Potter (sal corriendo).

En cualquier caso, la responsabilidad es de una misma, cuando en lugar de escucharnos a nosotras mismas y decirnos en un alarde de sinceridad “estoy muy cansada, (y haciendo el idiota muy bien) primero yo (mi bienestar) y luego él” seguimos ahí, a las migajas, a las tantas de la noche, como un perro muerto de hambre a ver si así ve que soy más buena que las uvas con queso y me quiere para siempre jamás amén. No es culpa de que él sea egoísta o deje de serlo (decía mi padre que “cada uno es como es y bastante desgracia tiene"). Es responsabilidad nuestra prostituirnos emocionalmente con premeditación y alevosía. Él no tiene la culpa porque somos dueñas de nuestra vida y podemos elegir quedarnos a las migajas por si caen, o pensar más en nosotras y valorarnos. Esto es, la muerte o la agonía de la que hablaba antes.

Aún así, a menudo la falta de afecto, el aburrimiento o la necesidad de creer que sí, que por qué no, que tal vez es hora ya de abrir el corazón y rezumar corazoncitos rosas y rojos correteando por una verde pradera... Tal vez eso nos haga caer en el error de que cambiará. Pero nunca cambian nada -(salvo de novia y si eres tú, que los dioses te ayuden)- y a mi edad y con lo que llevo a las espaldas lo sé de más, pero da igual. De pronto estoy ahí otra vez, en el mismo juego en el que otro ha empezado la partida y claro... Yo estaba tan aburrida y sola que ya estábamos con el juegos reunidos. 


 
Tristemente (y no lo digo por dar ideas) los juegos del ego y estrategias de “ahora paso de ti para que me hagas caso" siempre funcionan de un modo u otro. Pero ya soy mayor para juegos, no quiero jugar, para tonterías me bastan las que me invento para hacerme reír. Me quiero más que para contentarme con alguien que me dedica su tiempo porque “ahora paso de él, ahora le hago caso”, valgo más que para mantener a alguien a mi lado suscitando su interés a golpe de estrategias infantiloides tales como no hablarle. Así que prefiero asfixiar todas las mariposas de mi estómago lentamente y ver cómo mueren. Elijo la asfixia de Hipatia para todo sentimiento que haya podido tener porque ya he muerto lapidada emocionalmente varias veces y no es un juego divertido, si quiere jugar creo que ya ha salido la Play Station 4.
Seamos inteligentes como Hipatia, aunque duela, nuestra dignidad lo merece.

viernes, 6 de diciembre de 2013

6 de diciembre

Querido padre:

No puedo creerlo pero va a hacer 3 años que no estás físicamente aquí conmigo, me siento nostálgica y melancólica por ello pero ya sabes que soy demasiado sensible, siempre lo he sido y por eso siempre me creí todas las historias que me contabas, como aquella en la que la madre de Bambi no estaba muerta, sino que estaba escondida tras los arbustos... Puede parecértelo por el desdén, pero no estoy enfadada, es sólo que me protegiste demasiado siempre, pero no sabías quererme de otra forma.

Quererme así casi te costó la vida padre y eso no está bien tienes que saberlo. Como aquel día en la playa que casi te ahogaste nadando desesperadamente porque la marea se llevaba mi pelota en forma de tomate y yo estaba llorando en la orilla. Padre, esa pelota no valía nada ¡por favor! por muy importante que fuera para mí y por mucha pena que dieran mis pucheritos con seis años y mi llanto a lágrima viva, tu vida valía muchísimo. Debiste dejarla marchar y decirle adiós a la pelota conmigo desde la orilla, me habría gustado aprender a perder contigo y no con esos chicos no muy buenos que fueron mis novios años más tarde. Yo creía que todos serían tan buenos como tú lo eras conmigo, eras el hombre de mi vida, yo me creía que me querrían como tú a mamá, yo no sabía que había hombres malos que hacían daño a las mujeres. Debiste decirme que hay personas en el mundo que sólo quieren hacer daño y que pueden partirte el corazón en constelaciones enteras, no estuviste muy lúcido callándote eso; que era un riesgo que me podría ocurrir también a mí y que tenía que ser valiente de todas formas y que podría superarlo. Te estoy dando mucha caña papá pero que no te duela, te lo has currado mucho como padre de verdad. Tú no te enteraste mucho porque bueno... Eras mi padre, pero me han hecho mucho daño. Yo creía que si era tan buena con ellos como tú eras conmigo, les protegía como tú hacías conmigo y les pintaba un mundo de colores y aventuras me querrían como yo a ti. Ya sé que es muy complicado lo que te digo padre, y que me dirías que soy más rara que un perro verde, pero es que pasó exactamente así y no veas toda la terapia que me he tenido que tragar por ello, porque te fuiste muy pronto y porque no entendía nada de lo que estaba pasándome. Mi psicóloga es muy maja, fíjate que me ha aguantado con todo lo que hablo, lo loca que estoy y lo difícil que he sido. Te habría caído muy bien y seguro que se la habrías torrado un montón haciéndole muchas preguntas y contándole muchas cosas de psicología inventadas por ti mismo para hacer ver que sabías más cosas de las que sabes y le hubieras contado chistes sin gracia. Siempre hacías lo mismo y yo ponía los ojos en blanco.

Tan sensible era yo que si se me iba volando un globo y se me perdía ya me traías otro en seguida o dos. Si veías un twingo como yo los odiaba simplemente me decías “Carmencita no mires” y yo ya sabía que ese coche horrible y que me ponía de mal humor estaba ahí y no debía mirar para ser feliz...

Desde que era muy pequeña -y especialmente con el episodio del rescate de los socorristas de Cruz Roja en la playa cuando fuiste a por mi pelota- supe que arriesgarías tu vida para salvarme del llanto, de la pena y de la pérdida. Pero al morirte tú, con perdón, se nos jodió el chiringuito y montar un kiosko está muy caro. Ya no estabas para salvarme del llanto y ojalá sólo hubiera sido llanto como cuando la pelota, pero es que el mundo dejó de girar papá y tú no estabas más en él. -¿Entiendes por qué debiste enseñarme a perder algo alguna vez?­ De todas formas gracias padre por haberme dado tanto amor y haberme hecho sentir tan querida, siempre tengo todo ese cariño paterno conmigo , sé que estás en mí y que he tenido mucha suerte de poder disfrutar un padre así durante 23 años y no olvidarlo nunca.

Estás en mi lunar sobre el labio, en mi nariz y en mis pequeñas manos. Estás en los hombres de tu edad que van por la calle vestidos de maestro zamorano como tú. Estás en todas las cosas porque has trascendido, sé que estás en el Universo otra vez aunque no sepa donde.

He cumplido dos de las promesas que te hice cuando dejaste de respirar en el hospital y toda esa gente que no pintaban nada (tal vez no tenían lienzos ahora que caigo) nos dejaron despedirnos a ti y a mí solos. Me dió mucha pena hablar contigo y que no me contestaras, era la primera vez que eso pasaba y siempre sería así. He cuidado a mamá y a mi hermana lo mejor que he podido y sabido como tú lo habrías hecho. He terminado la carrera este año, sé que era muy importante para ti. En tu honor ahí está, quiero que sepas que no me ha valido la pena todo lo que he sufrido por ese papel, pero ya lo tenemos papá. Sé que te prometí que intentaría hacer que cada día de mi vida estuvieras orgulloso de mí, pero no lo he conseguido, me dejaste un vacío muy grande mucho tiempo y me hice mucho daño a mí misma por ello. Espero que puedas perdonarme, yo casi ya me he perdonado todo el daño que me hice y que me dejé hacer. No soy perfecta papá, no lo puedo todo. Eso no estuvo bien, me hiciste creer que podía lograr cualquier cosa que me propusiera, pero los que montan el desfile de Victoria's Secret no opinan igual que tú. No, ahora en serio, era sólo para que te rieras un poco porque sé que estarás llorando con mi carta papá porque te estás haciendo viejo. No puedo conseguir todo lo que me proponga porque soy humana y no todo depende de mí. Cuando enfermaste me propuse protegeros a todos, especialmente a ti. Me propuse tener cáncer yo y morirme yo en vez de tú y míranos tú allí y yo aquí. Me propuse protegerte mientras vivieras y un momento que me fui a hacer la compra para casa te caíste solo en la habitación sin que yo estuviera allí para protegerte de caer o decirte que no te levantaras de la cama que aun estabas bajo los efectos de la anestesia. Si me hubieran arrancado las uñas una por una no me habría dolido tanto como saber que te caíste porque yo no estaba allí¿entiendes por qué tengo razón y no debiste hacerme creer que puedo conseguir todo lo que me proponga? Yo me propuse dar mi vida por la tuya y no funcionó y luego ya no me propuse nunca más nada durante mucho tiempo.

Ahora me siento mejor, ya no te debo el terminar la carrera. Era una deuda que tenía contigo a un tipo de interés muy bajo por mi parte.

Tienes que estar tranquilo, realizado y feliz papá, te echamos mucho de menos pero las 3 estamos bien. Yo estoy viviendo en Londres y me va bien, aun aquí veo y siento cosas que me demuestran que estás muy cerca de mí. Me siento muy fuerte ahora padre no te preocupes por mí porque me rompí en muchos pedazos y me hice de nuevo y ahora soy más fuerte que nunca.
Voy entendiendo cada vez más porque tuviste que marcharte pero me gustaría mucho que estuvieras aquí. Quiero darte las gracias por marcharte día 6 de diciembre para que podamos tener unas felices navidades alguna otra vez en la vida. Echo de menos montar el belén y el árbol de Navidad contigo con todos esos adornos horribles que teníamos y hacer sopa de Navidad contigo, nunca ha vuelto a ser Navidad en casa, pero estaré bien con tu familia, la mía.

Tienes que saber que no tengo novio papá porque me da mucho miedo volver donde he estado ¿qué te parece? Con lo pequeño que eras y el listón tan alto que dejaste, parece mentira...

Me acuerdo mucho de todas las veces que me daban ataques de asma de pequeña y me llevabas de madrugada al hospital en brazos para que mamá pudiera descansar, me acuerdo de aquella vez con 41 de fiebre que yo no podía hablar ni ver bien y te escuché pelear con los médicos “¡que yo me quedo con mi hija le digo y si no le parece bien llame a su superior, la niña está muy asustada! Nunca ha tenido tanta fiebre”. Me acuerdo de cuando me llevabas a natación y me hacías esa coleta de cebolla horrible arrebatándome la dignidad infantil porque era el único peinado que sabías hacerme con todo el pelo que tengo. De como me enseñaste a cortar patatas onduladas y a cocinar, a no llorar por no saber atarme los zapatos tan rápido como mi hermana, de cuando me regalaste todos los libros de Harry Potter atados con un lazo de raso, de lo mal que conducías en serio papá, nadie podía conducir peor que tú ni más distraído, qué mal me lo hacías pasar...
Por todo esto, no tengo esperanza de encontrar un padre tan bueno como tú para mis hijos aunque eso ya no me quita el sueño, sola o acompañada -si es para bien-, si tengo un niño se llamará como tú. Ya sé que no te gustaba tu nombre pero no voy a discutir contigo padre, te digo que a mí me hace ilusión que mi hijo se llame como tú y punto.
Me voy a despedir con esta canción que escuchabas cuando me acunabas de bebé para que me durmiera. Recuerdo cuando me dijiste mientras escuchábamos esta canción “cuando eras un bebé y no había quien te hiciera dormir si no era dando vueltas con el coche o meciéndote en el cochecito. Siempre que escuchaba esta canción lloraba mucho pensando en cuando fueras mayor y te fueras de casa”. Papá, estaba muy bien que fueras tan sentido y sensible, pero por favor, menos ñoñería hombre. No me ayudaste nada con eso, me hiciste creer que si me iba de casa te morirías de pena y por eso nunca me fui a estudiar fuera, igualmente te perdono porque es que eras muy mono. Todas esas cosas las hacías porque me querías a tu manera, sin límite, por encima de ti y así no se puede ni se debe amar padre, esas cosas pueden costar la vida de uno mismo.

Gracias por permitirme ser y existir y conocerte, ha sido el mejor regalo de mi vida. Hasta Siempre.