viernes, 19 de junio de 2015

Piedra, papel o tijera

Hay daños colaterales, bandos y aliados en todas las guerras.

El amor es el único reposo de la guerra como Afrodita para Ares en aquel sofá. El amor propio, claro, que es para siempre.

No voy a mentir, se me han caído unas cuantas flores cuando he sabido que el uranio era tóxico y que hoy estaba enriquecido de vacua felicidad.

No tiene nada que ver pero sí. Urano significa cielo, como sus ojos. Significa hijo del tiempo, el tiempo que quita y da razones. Hace meses que espero al tiempo para que cambie y ya sé que eso no se hace, que ha de cambiar uno mismo. Por eso he llovido, he nevado, he llovido, he sembrado, he llovido más, he tenido mucho frío.
He florecido y me ha pillado esta tormenta de verano, se me han caído flores. Estoy yo viendo y lloviendo la primavera que no quiere ser verano y no puedo llover más. Puedo quitar la palabra llover de la última frase sólo por hoy.

Me ha dicho el tiempo que no se puede hacer nada y escribo.

Estoy muy triste porque en primavera también hay nubes y en invierno sol, debo rendirme a eso en cuanto pueda pero no me sale.

No quiero que se malinterprete esto. Estoy muy llena, la verdad; podéis coméroslo por la connotación de su primer apellido. No se trata de eso, sino de recordar muy fuerte que cuando se pierde muchas veces se gana. Lo siento, hoy no me acuerdo de nada.

Perdí una amiga. Gracias por enseñarme lo que no es una amiga.

Me rompí en tantos trozos que al montarme me sobran y faltan piezas. Gracias por romperme es lo que diferencia a los humanos de las hienas.

Aún me pregunto a veces si mi misión es curar al mundo de la ceguera, pero antes de terminar la pregunta sé la respuesta.
Yo también te echo de menos Bob, eres el daño colateral que he sacrificado por mí. Sé que lo sabes. Deberías ir a la playa solo, ellas quieren tu sangre y van a tirar el cuerpo a una cuneta cuando se la hayan bebido. Deseo equivocarme muy fuerte.

Si nadie hubiera creído que el lobo disfrazado era la abuela de caperucita no habría cuentos. Los ingenuos hacen falta en el mundo. Tú no ves la maldad del mundo Bob, pero en el nido de cobras tienes que ser una de ellas o te envenenan. Deseo equivocarme muy fuerte.

Estoy muy triste por haber comido amor de sobras y no de sobra. Quiero entender como se quiere después de morir.

Sabina me ha cantado que lo malo de morir de amor es que no mueres. Yo le he entendido, él no lo hizo y por eso os está mintiendo a todos diciendo que un día me quiso y no pudo y está lloviendo, se me ha caído otra flor.

Tengo que aceptar que hay personas que sigan respirando y que otras ya no respiran. También, la soledad de esta frase y una despedida que me he inventado porque no existe.

Me encuentro en un día en que los malos ganan, o en un año. No pasa nada, tampoco puede llover siempre.


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