lunes, 31 de agosto de 2015

No quiero salir en el telediario

Callar parecía buena idea hasta que me ha dado un fuerte ataque de pasado.
 

Mi corazón ha aguantado y me dice que está ahí.
Estoy forzando al cosmos a repetir la historia porque nunca hubo final. Aunque me escriba uno cada cuando recuerdo la historia.
 

El karma me sonríe sin dientes cuando te pone en la mano a barbie "vans of the wall" y te has acostado con todas sus amigas, accesorios que se te venden por separado. Da ganas de vomitar pero me voy a mi restaurante favorito y ahora no tengo tiempo.

La macabra coincidencia nos reúne a los 3 en 31 y el trío se repite. Y la que sobra soy yo porque las lágrimas me están follando las ganas de vivir y ya no respiro porque soy llanto.
Que no olvido que salí huyendo.
Llorando.
Salí corriendo y no perdí el zapato, perdí la sonrisa.
No buscaste ninguna de las dos cosas, ni yo tampoco porque no sabía por donde empezar.
He perdido un ser amado y me rimó con desgraciado.
He dejado lo que más amado en otra mano. Pero tenía dos que eran casi místicas porque estando en todas partes nunca están, ni se quedan en ninguna. Amélie llora porque no lo sabía, llora lo que se merece pagando karma, pero los impuestos los desembolso yo.
Y ya no lloro.


Se me hicieron agua las flores y se me regalaron para poder respirar cada 5 gotas que me rozan la lengua.
¿Siempre nos encontraremos huyendo? cada vez que hago las maletas y las deshago. No quiero volver a ningún sitio.
Siento arrepentimiento hasta del instante en que unimos nuestros ombligos. Y he vertido más lágrimas por ese deseo concedido que por todos los suplicados contigo.
 

Y me están follando las ganas de vivir entre dos trabajos.
Esta amargura me sale del estómago, sólo es dolor desatado, las cuerdas guardaban una podredumbre que sólo vi tarde, como me pasó con tu alma.


Estoy aprendiendo a perdonar porque no quiero salir en el telediario.
 

Que después de a ti hoy también me la he cruzado. 
Le lancé un puñetazo contra el labio y otro le dió en el occipital y ya no me mira, mientras estaba en el suelo le he pateado las costillas que abrazaste, le he roto dos y no le ha dolido tanto como a mí me dolió lo que hicisteis. Lo está certificando un médico, ha muerto una parte de mí y su dolor es ínfimo al lado de éste. Pero las hienas no piensan, sobreviven como pueden. Estoy esperando al coche patrulla entre mis dos trabajos. Les he contado mi historia a los dos agentes y han llorado. El samur hace su trabajo.
 

Estoy aprendiendo a perdonar porque no quiero salir en el telediario.
 

Con el labio partido y un diente roto llora y pide perdón sentada en la ambulancia. Y yo la perdono y os perdono a todos. 
Me perdono por amar.
Me perdono por amar.
Me perdono por quedarme inconsciente y que me susurrara una voz al oído "dime qué coño está haciendo contigo".
Nunca he querido salir en el telediario, todo fue soñado.
 

Cuando vaciaba aquel bidón de gasolina en el suelo de tu casa sólo pensé que ya no me acuerdo de cómo suena mi risa y cuando tiré la cerilla lo recordé. Pensé en la justicia y ahora está ardiendo todo y no vas a encontrarme.
Me inmolaste el corazón pero aun puedo correr aunque me estén follando las ganas de vivir.

Estoy huyendo hacia ninguna parte, tus colegas de prensa me preguntan si me siento culpable y yo os perdono porque no quiero salir en el telediario. Por fortuna lo he soñado.
Tengo miedo de cumplir mis sueños cada vez que me buscas y te veo.
Cada vez que recuerdo te llamo y te sueño. Estamos unidos en un vínculo eterno, indestructible.
Ya no sé si el karma me pide así que me cobre, o si sólo es una voz que yo escucho mientras enumero mi lista de personas que matar antes de dormir, como la pequeña de los Stark que me enseñó a matar por la punta de la aguja. Y después duermo y me despierto en una vida donde me la gasto para ganar dinero.
 

Yo para ser feliz quiero un orgasmo en las Islas Figi, un abrazo en enero, no quiero que te atropelle un camión sólo quiero que recibas de lo que has dado. Lo llamo justicia.
 


Para ser feliz voy a comprarlo llorando mientras estas flores me acarician la lengua. 
Para ser feliz quiero una cama balinesa para dos delante del mar, fruta fresca y cosquillas en la barriga. 

Para ser feliz no quiero volver a veros en mi puta vida.
 

Quiero ir al cine y compartir manos y palomitas, dormir desnuda y no tener miedo al desayuno con café y realismo. Quiero saber que es acostarse despacio para no vestirse a salir corriendo.
Merezco una puesta de sol con dos manos en forma de medio corazón y un beso.
Hay que vivir sabiendo lo que es que no te follen las ganas de vivir jodiendo. Que no puedo más con el "pero".
 

La vida se burla de lo que tú y yo nos merecemos. Creo que el director de la obra nos ha cambiado los papeles y voy a romper el mío por no hacer lo propio con tu cara.
Quiero olvidar y perdonar para no salir en el telediario y si me ven ahí algún día era todo verdad que todo fue una mentira.